Prudencia fiscal en Am¨¦rica Latina
Los gobiernos han aprendido la importancia en la mesura del manejo de las finanzas p¨²blicas
La prudencia fiscal suele ser algo que se aprende. De inicio, muchos gobiernos parecen tener una tendencia natural en la direcci¨®n contraria: tienden a gastar de m¨¢s o a ser renuentes a la idea de cobrar m¨¢s impuestos. No es sino hasta que se entienden o se viven los efectos indeseables de la irresponsabilidad fiscal que algunos gobiernos han logrado aprender la importancia de la prudencia en el manejo de las finanzas p¨²blicas.
Los gobiernos de Am¨¦rica Latina, por ejemplo, aprendieron de la peor manera posible. Durante varios a?os, muchos de ellos tuvieron un comportamiento fiscalmente irresponsable. Las crisis econ¨®micas subsecuentes mostraron los peligros y los costos asociados a este tipo de comportamiento. La secuencia es bien conocida: los gobiernos gastaban de m¨¢s, ya sea para impulsar la actividad econ¨®mica o para tratar de atender las crecientes demandas de la sociedad, los bancos centrales contribu¨ªan a financiar dichos gastos, las presiones inflacionarias aumentaban. Si se ten¨ªa un tipo de cambio fijo, el tipo de cambio real se apreciaba, lo que comenzaba a generar problemas en las cuentas con el exterior, las exportaciones disminu¨ªan, las importaciones aumentaban, el d¨¦ficit en cuenta corriente crec¨ªa, se perd¨ªan reservas, los inversionistas comenzaban a desconfiar de la sostenibilidad de esta trayectoria, sal¨ªan capitales y eventualmente se terminaba devaluando la moneda, lo que tra¨ªa episodios inflacionarios y la necesidad de hacer un ajuste en la macroeconom¨ªa, con los consabidos costos econ¨®micos y sociales en la poblaci¨®n. Si se ten¨ªa un tipo de cambio flexible, el tipo de cambio se depreciaba, lo que alimentaba la inflaci¨®n y se perd¨ªa poder de compra. Eventualmente, para tratar de controlar la inflaci¨®n se ten¨ªan que aplicar programas de ajuste econ¨®mico, con consecuencias negativas para el bienestar de la poblaci¨®n. En general, los intentos por estimular la econom¨ªa o por tratar de ayudar a la poblaci¨®n, terminaban siendo contraproducentes. Esto fue algo que aprendimos con las crisis econ¨®micas de los a?os setenta y ochenta en Am¨¦rica Latina.
Sorprendentemente, no todos los pa¨ªses de la regi¨®n aprendieron la importancia de la prudencia fiscal. Los casos m¨¢s evidentes son Venezuela y Argentina, que actualmente est¨¢n pasando por severos problemas macroecon¨®micos, en buena medida originados por su imprudencia fiscal de a?os pasados. El caso de Venezuela es evidentemente el m¨¢s grave, ya que incluso ha dejado de publicar las cifras oficiales sobre el monto de su deuda. Estimaciones no oficiales sugieren que su deuda p¨²blica podr¨ªa estar por encima del 200% de su Producto Interno Bruto (PIB). Por su parte, la deuda p¨²blica de Argentina cerr¨® 2022 en 85% de su PIB.
Estos no son, sin embargo, los ¨²nicos pa¨ªses grandes de la regi¨®n cuya deuda p¨²blica como porcentaje del PIB es relativamente alta. Hay otros dos pa¨ªses con niveles de endeudamiento no menores: Brasil, con una deuda p¨²blica del gobierno central cercana al 73% del PIB, y Colombia, con una deuda del sector p¨²blico no financiero ligeramente por debajo de 70% de su PIB.
Otros tres pa¨ªses de la regi¨®n (Bolivia, Ecuador y Chile) tienen niveles de endeudamiento menores, pero con un comportamiento un tanto preocupante en los ¨²ltimos a?os. Bolivia, por su parte, ha tenido un incremento de su deuda p¨²blica como porcentaje del PIB de 30 (?treinta!) puntos porcentuales en un periodo de solo 4 a?os, ya que su deuda pas¨® de 36.8% en 2018 a 66.8% del PIB en 2022. Ecuador, mientras tanto, vio crecer su deuda en poco m¨¢s de 20 puntos porcentuales del PIB en ese mismo periodo, ya que esta pas¨® de 45% a 65.8% entre 2018 y 2022. Por otro lado, Chile tuvo un incremento de 15 puntos porcentuales del PIB entre 2018 y 2022, ya que esta pas¨® de 35% a 50% en dicho periodo. En este caso, sin embargo, lo que m¨¢s llama la atenci¨®n es su comportamiento creciente de mediano plazo, ya que en 2010 su deuda era de s¨®lo 14.8% del PIB, lo cual implica que en un lapso de doce a?os su nivel de deuda p¨²blica se ha m¨¢s que triplicado como porcentaje del PIB.
De entre los pa¨ªses grandes de la regi¨®n, solo tres de ellos destacan por haber mantenido su deuda p¨²blica en niveles bajos o relativamente controlados en los ¨²ltimos a?os: Guatemala, Per¨² y M¨¦xico. Guatemala ha mantenido su nivel de endeudamiento por debajo de 30% del PIB por lo menos desde 1990. Per¨², en cambio, es una historia de ¨¦xito, ya que logr¨® disminuir sus niveles de deuda de niveles extraordinariamente altos en los a?os ochenta del siglo pasado (cercanos incluso al 100% del PIB) a niveles de solo 20% del PIB en 2012. De entonces a la fecha, su deuda ha crecido hasta 34% del PIB, un incremento sin duda importante, pero que a¨²n mantiene su endeudamiento en niveles razonablemente bajos.
M¨¦xico, por su parte, es otra historia de ¨¦xito. Despu¨¦s de tener niveles de deuda muy elevados en los a?os ochenta del siglo pasado, logr¨® reducir su deuda hasta niveles cercanos al 22% del PIB en 2006-07. Esta deuda, sin embargo, se increment¨® en poco m¨¢s de 26 puntos porcentuales del PIB entre 2007 y 2016, como resultado de diversos episodios de expansi¨®n fiscal del gasto p¨²blico en las administraciones de los presidentes Calder¨®n y Pe?a Nieto. De entonces a la fecha, la deuda se ha mantenido relativamente constante (en alrededor de 47% del PIB), lo que es sin duda un ejemplo de prudencia fiscal. Prudencia, que quiz¨¢ fue excesiva durante la crisis de la pandemia, pero que ahora le ha valido a M¨¦xico ubicarse como uno de los pa¨ªses con una situaci¨®n fiscal m¨¢s desahogada dentro de los pa¨ªses de la regi¨®n.
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