El tren que no deben construir en Sonora
El Rancho Aribabi es una reserva natural protegida privada en el norte del Estado de Sonora, en peligro de convertirse en ¡°el nuevo Tren Maya¡±
El Rancho Aribabi es una reserva natural protegida privada en el norte del Estado de Sonora, entre ?muris y Cananea, a menos de 50 kil¨®metros de la frontera con Arizona, Estados Unidos. Por su enorme importancia medioambiental fue declarada como ?rea de Conservaci¨®n Voluntaria por la Comisi¨®n Nacional de ?reas Protegidas (Conanp) y es un sitio destinado a la conservaci¨®n. Desde el a?o 2000 sus due?os, los miembros de la familia Robles, han realizado enormes esfuerzos para protegerlo.
Sobre Aribabi tenemos la suerte de saber mucho. Desde hace varios a?os, un grupo internacional de bi¨®logos, bot¨¢nicos, ec¨®logos, ge¨®logos, zo¨®logos especialistas en aves, reptiles y mam¨ªferos de diferentes instituciones de gobierno, acad¨¦micas y privadas, han llevado a cabo extraordinarios trabajos de campo que nos brindan la posibilidad de tener una visi¨®n amplia del enorme inventario de recursos biol¨®gicos y ambientales del lugar. Es, sin exagerar, un lugar ¨²nico, una de las regiones de mayor biodiversidad de Am¨¦rica del Norte. Por sus 13 mil hect¨¢reas pasan ocelotes, jaguares (especie en peligro de extinci¨®n), osos negros, coyotes, venados, monstruos de Gila y una fabulosa variedad de aves (al menos 200 especies), reptiles (40 especies) y otros animales protegidos por la Norma Oficial Mexicana 059 de la Secretar¨ªa de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la herramienta legal mediante la que se identifican especies de flora y fauna silvestre en riesgo en el pa¨ªs. En verano, al caer la noche, miles de luci¨¦rnagas invaden las copas de los ¨¢rboles y arbustos, creando un espect¨¢culo extraordinario que lleva a cientos de turistas y a expertos a visitarlas a?o con a?o. El r¨ªo Coc¨®spera, uno de los pocos r¨ªos realmente limpios en M¨¦xico, corre a lo largo de la propiedad y forma un corredor biol¨®gico fundamental para las migraciones de distintas especies, entre ellas la de la mariposa Monarca que descansa ah¨ª en largo su camino hacia los bosques de Michoac¨¢n y el Estado de M¨¦xico.
Hoy, este tesoro natural est¨¢ en riesgo existencial por el desarrollo de una nueva l¨ªnea de ferrocarril que el presidente L¨®pez Obrador encarg¨® ¨Csorpresa, sorpresa¨C a la Secretar¨ªa de la Defensa Nacional (Sedena). El objetivo del nuevo tren es aumentar la capacidad de carga y comercial de la l¨ªnea que ya corre de Guaymas a la frontera con Estados Unidos en Nogales. Aunque sin duda comercialmente tenga sentido ampliar los intercambios fronterizos en la zona, el proyecto ¨Cal que algunos grupos ambientalistas ya han bautizado como ¡°el nuevo Tren Maya¡±¨C es un error, por lo menos planteado como est¨¢ en este momento. Porque en su af¨¢n por economizar y tomar la ruta m¨¢s corta para llegar a Nogales, el trazo atraviesa la zona en su punto m¨¢s vulnerable y ambientalmente m¨¢s preciado: el valle del r¨ªo Coc¨®spera.
La Sedena busca terminar el tren antes de que finalice el sexenio del presidente L¨®pez Obrador, cosa que preocupa ¨C y con raz¨®n ¨C a la comunidad, grupos de expertos y ambientalistas que ven en este tren un ecocidio evitable e innecesario: el trazo del tren podr¨ªa f¨¢cilmente sortear esa valiosa zona, aunque rodearla costar¨ªa m¨¢s y tomar¨ªa m¨¢s tiempo. Pero el trazo no es su ¨²nico problema: en realidad el proyecto est¨¢ plagado de irregularidades por d¨®nde se le mire. A la fecha el gobierno no ha consultado al respecto a los miembros de la comunidad, quienes se enteraron del tren por una nota que escucharon en la radio local a principios de a?o. Nadie les mostr¨® los planos o el proyecto y ninguna autoridad ha dado respuesta a sus preguntas o atendido seriamente sus leg¨ªtimas preocupaciones. Este parece ser un nuevo caso de ¡°el proyecto sale porque sale, porque as¨ª lo quiere el presidente y as¨ª lo vamos a hacer¡±. Y siguiendo con el nefasto ejemplo del Tren Maya, los trabajos ya arrancaron, sin contar con los estudios de impacto ambiental correspondientes. ?Es que ¡®saltarse las trancas¡¯ con temas delicados ya se les hizo costumbre? ?Es f¨¢cil porque no hay consecuencias? ?Qu¨¦ esconde el gobierno federal? ?Es que su proyecto es incapaz de sostenerse frente a un leg¨ªtimo escrutinio p¨²blico?
La comunidad en ?muris est¨¢ enojada: as¨ª no se deben hacer las cosas, dicen. Ambientalistas en M¨¦xico y Estados Unidos amagan con llevar el caso a la Comisi¨®n de Cooperaci¨®n Ambiental, instancia de soluci¨®n de controversias en el marco del T-MEC, para exponer las irregularidades y omisiones que ha cometido el gobierno de M¨¦xico con el af¨¢n de llevar a cabo el proyecto bajo los peores est¨¢ndares de la costos¨ªsima y enga?osa ¡°austeridad republicana¡±. Ese tren no debe construirse, no as¨ª.
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