X¨®chitl: entre propuestas de Obrador y de Bukele. N?'?jpy
A falta de brillo propio, G¨¢lvez y la oposici¨®n tratan de iluminarse electoralmente con la luz de la popularidad de las ideas de otros personajes, aunque se trate de sus adversarios pol¨ªticos
Ya ha pasado tiempo desde que columnistas y miembros destacados de la ahora oposici¨®n escrib¨ªan y opinaban sobre el peligro que entra?an los programas sociales que otorgan apoyos econ¨®micos directos a diferentes sectores de la poblaci¨®n, nos repet¨ªan que lo correcto era ense?ar a pescar y no regalar el pescado, que los programas sociales s¨®lo serv¨ªan para crear redes clientelares y sacar dividendos electorales que tanto le hacen da?o a nuestra joven democracia. Lo que hab¨ªa que hacer, dec¨ªan, es impulsar el emprendedurismo al estilo Vicente Fox y su idealizaci¨®n de los ¡°changarros¡±, fomentar la creaci¨®n de empresas y de empleos; esto ¨²ltimo era tan fundamental que constitu¨ªa uno de los t¨®picos de propaganda electoral m¨¢s socorridos por quienes ahora son oposici¨®n; el n¨²mero de empleos creados durante un periodo de gobierno constitu¨ªa tambi¨¦n una de las medidas de ¨¦xito m¨¢s importante en este tipo de narrativa, independientemente de si esos empleos estaban bien pagados o no, si eran temporales o si respetaban derechos laborales b¨¢sicos. Poca autocr¨ªtica hubo y, en muchos casos, la tan glorificada creaci¨®n de empleos, fomentaba en realidad la explotaci¨®n de mano de obra barata. Todo esto fue creando un gran descontento social que decant¨® en la elecci¨®n como presidente de la Rep¨²blica a Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador quien ya en la Ciudad de M¨¦xico hab¨ªa apostado por modelos de transferencia econ¨®mica directa y que hablaba de este tipo de programas abiertamente durante sus tres campa?as electorales.
Lejos ya de usar la creaci¨®n de empleos como protagonista discursiva de su campa?a electoral, la oposici¨®n dio un asombroso, y muy conveniente, viraje discursivo en el tema. Lejos de satanizar los programas de transferencia directa como hac¨ªan con anterioridad, la candidata presidencial de la oposici¨®n, X¨®chitl G¨¢lvez, ahora jura, una y otra vez, que los programas sociales impulsados por el ahora presidente de la Rep¨²blica no ser¨¢n eliminados, la insistencia es tanta que prometer lo que no har¨¢ se ha vuelto m¨¢s protag¨®nico que las promesas de lo que s¨ª har¨¢ en caso de convertirse en presidenta. La obsesi¨®n ha llegado a tal grado que, en un extra?o acto, firm¨® con su propia sangre y ante notario un documento que asegura aquello que no har¨¢: eliminar los programas sociales creados durante el sexenio de L¨®pez Obrador. La candidata de la oposici¨®n no define su postura por oposici¨®n, como habr¨ªa de esperar, si no lo hace insistentemente por afinidad con los programas sociales m¨¢s importantes del gobierno al que, ir¨®nicamente, aspira a desterrar del poder. Cuando el expresidente Vicente Fox ha expresado su desprecio por los programas sociales como el apoyo econ¨®mico directo a j¨®venes o a adultos mayores, personajes como Santiago Creel han salido inmediatamente a desmentirlo y a prometer, una vez m¨¢s, que, si la oposici¨®n gana la presidencia, estos programas no van a desaparecer.
Por otro lado, X¨®chitl G¨¢lvez se ha centrado en poner de relieve la inseguridad y la violencia en el pa¨ªs, tan es as¨ª, que comenz¨® su campa?a presidencial en Fresnillo Zacatecas, la ciudad con la percepci¨®n de inseguridad m¨¢s alta en M¨¦xico. En el discurso trat¨® de marcar contraste haciendo referencia a la famosa frase de ¡°abrazos, no balazos¡± que populariz¨® el actual presidente de la rep¨²blica, dijo que ¡°se acabaron los abrazos a criminales¡± orbitando de nuevo en el universo discursivo de L¨®pez Obrador. Las propuestas para hacer frente a la violencia y a la inseguridad tampoco parecen ser muy novedosas del lado de la oposici¨®n. Los 15 puntos del plan de seguridad presentados por X¨®chitl G¨¢lvez no se alejan del ya conocido discurso de sexenios panistas de actuar con toda la fuerza y capacidad del Estado en contra de la delincuencia y quitarle a las Fuerzas Armadas labores civiles para que recuperen su ¡°vocaci¨®n¡± por el combate a las organizaciones criminales. Esto ¨²ltimo me parece lamentable, porque normaliza que las Fuerzas Armadas deben combatir la delincuencia cuando no era su atributo constitucional, normaliza pues la militarizaci¨®n de las funciones civiles de la polic¨ªa. En esto, tampoco es que se diferencie mucho de la militarizaci¨®n de la Guardia Nacional en este sexenio.
Otra de las propuestas en las que m¨¢s ha insistido ¨²ltimamente X¨®chitl G¨¢lvez es en la creaci¨®n de una gran prisi¨®n de m¨¢xima seguridad dotada con la tecnolog¨ªa m¨¢s avanzada. Esto remite inevitablemente al Centro de Confinamiento del Terrorismo creado por el muy popular presidente salvadore?o Nayib Bukele, una megac¨¢rcel en donde los derechos humanos parecen estar suspendidos y en d¨®nde, con muchas dudas sobre el respeto al debido proceso, han sido confinados decenas de miles de reclusos.
Pareciera que las propuestas de X¨®chitl G¨¢lvez que m¨¢s destacan informativamente son ideas relacionadas con personajes de alta popularidad como L¨®pez Obrador o Nayib Bukele. A falta de brillo propio, X¨®chitl G¨¢lvez y la oposici¨®n tratan de iluminarse electoralmente con la luz de la popularidad de las ideas de otros personajes, aunque se trate de sus adversarios pol¨ªticos. En cuanto a otros temas, la oposici¨®n ha hecho del lugar com¨²n una constante; por los n¨²meros, estos lugares comunes poco parecen apelar al gran electorado.
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