Presidenta: m¨¢s de 100 mujeres te escriben
Es emocionante pensar en una mujer, pero el g¨¦nero de la titular del Poder Ejecutivo en s¨ª mismo no va a implicar una mejora en la forma de concebir la pol¨ªtica o de gobernar
Recib¨ª hace unos meses un mensaje de mi querida amiga, la periodista Yuriria Sierra, que dec¨ªa: ¡°te quiero invitar a participar en un libro maravilloso que dar¨¢ testimonio de un momento hist¨®rico para M¨¦xico: el 2 de junio, quien sea que resulte electa, tendremos la primera presidenta de M¨¦xico¡±, y soltaba la provocadora pregunta: ¡°?Qu¨¦ esperas de ella? Tu texto, junto con el de otras mujeres tan luminosas como t¨², dar¨¢ testimonio de este hist¨®rico momento. Una cuartilla, Times New Roman, 12 puntos¡±, finalizaba.
No respond¨ª de inmediato. Confieso que me qued¨¦ medio pasmada algunos d¨ªas pensando y repensando su pregunta sin encontrar una respuesta clara. Es, por supuesto, emocionante pensar en tener por primera vez en la historia a una mujer presidenta. Muchas generaciones de mexicanas han dado valientemente distintas batallas pol¨ªticas, sociales y culturales para que esto suceda. Desde las sufragistas de la d¨¦cada de los 50 del siglo pasado, hasta la marea verde y morada que en a?os recientes sale cada 8 de marzo a las calles del pa¨ªs para exigir una vida libre de violencia, pasando por la lucha para despenalizar el aborto, o la prohibici¨®n constitucional a la discriminaci¨®n en raz¨®n de g¨¦nero en 2011, generaci¨®n tras generaci¨®n se han librado duras batallas para el reconocimiento de nuestros derechos pol¨ªticos, denunciar las muy diversas violencias y desmontar ¨Duna a una¨D todas y cada una de las piezas del patriarcado asfixiante y cotidiano en que nos ha tocado vivir.
Es pues emocionante pensar en una mujer presidenta, pero bajo ning¨²n concepto el g¨¦nero de la titular del Poder Ejecutivo en s¨ª mismo va a implicar un cambio o una mejora en la forma de concebir la pol¨ªtica o de gobernar. Puede, podr¨ªa ser que as¨ª sea, pero no es algo que debamos asumir en autom¨¢tico so pena de quedar eternamente desilusionados con los resultados.
Responder qu¨¦ esperar de la primera presidenta de M¨¦xico tiene, adem¨¢s, una complejidad adicional: estas elecciones no son cualquier elecci¨®n. La polarizaci¨®n azuzada y capitalizada desde la silla presidencial, pero tambi¨¦n ¨Dcuando conviene¨D desde los liderazgos de los principales partidos pol¨ªticos, han ido cerrando poco a poco espacios de di¨¢logo, deliberaci¨®n, reconocimiento del otro y construcci¨®n de acuerdos, condiciones esenciales para la salud democr¨¢tica del pa¨ªs. Las agendas y proyectos de las candidatas, como casi todo lo que ha sucedido en la agenda p¨²blica mexicana en los ¨²ltimos a?os, han quedado b¨¢sicamente secuestradas por la perversa dicotom¨ªa ¡°en contra¡± o ¡°a favor¡± definidas exclusivamente por el presidente L¨®pez Obrador.
Por ello, el ejercicio al que nos invit¨® Yuriria a m¨¢s de 100 mujeres de todos los ¨¢mbitos de la vida p¨²blica y del espectro ideol¨®gico tiene un valor inmenso. Porque con la pluralidad maravillosa de voces e intereses que logr¨® reunir en el libro Presidenta: m¨¢s de 100 mujeres te escriben (Edit. Oc¨¦ano), nos recuerda que es precisamente a trav¨¦s de compartir en espacios comunes y respetuosos nuestras muy variadas visiones, anhelos, preocupaciones y diagn¨®sticos, que podemos comenzar a pensar en c¨®mo reconstruir los puentes de di¨¢logo, acercamiento y empat¨ªa que con tanta urgencia requiere el pa¨ªs.
En las respuestas que periodistas, acad¨¦micas, activistas, actrices, escritoras, deportistas, empresarias, pol¨ªticas, cantantes, animalistas y poetas dieron a la pregunta planteada, se asoman las enormes complejidades, contradicciones, escepticismos y posibilidades que despiertan este particular momento hist¨®rico y las figuras de X¨®chitl G¨¢lvez y Claudia Sheinbaum. Encuentro en su lectura tambi¨¦n un anhelo compartido por la mayor¨ªa de que quien sea que gane las elecciones presidenciales quiera y busque gobernar de forma diferente, sin hacer lo mismo que hicieron ellos, sin sucumbir al estilo masculino del quehacer p¨²blico. ?Va a hacerlo la primer mujer presidenta de la historia de M¨¦xico? ?Tendr¨¢n Sheinbaum o G¨¢lvez, quien sea que gane en las urnas el 2 de junio, la consciencia, voluntad y fuerza necesaria para comenzar a recorrer ese in¨¦dito camino? No lo s¨¦, no hay muchas se?ales que nos animen a pensar que as¨ª ser¨¢. Lo que s¨ª queda claro y por ello celebro la publicaci¨®n de este texto, es que las mujeres, esas voces plurales, cr¨ªticas, creativas y poderosas, seguiremos siendo la br¨²jula, el motor y la fuerza de cambio en este pa¨ªs.
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