?Por qu¨¦ es popular L¨®pez Obrador, pese a todo?
El apoyo del que goza el presidente parte de un hecho: el modelo anterior, la alternativa a la 4T, provoc¨® la inconformidad pol¨ªtica y social de las mayor¨ªas
Muchos mexicanos tienen la sensaci¨®n de vivir en el surrealismo pol¨ªtico, la esquizofrenia colectiva o de plano en el absurdo: todo y todos confirman ¡°las barbaridades¡± que est¨¢ cometiendo el Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. En los c¨ªrculos que les rodean, sean familiares, amigos, redes sociales o medios de comunicaci¨®n, la indignaci¨®n frente a los actos y dichos por el presidente va en aumento.
?C¨®mo es posible, entonces, que L¨®pez Obrador mantenga esa popularidad? Peor a¨²n, las cotas de aprobaci¨®n del presidente no solo se mantienen en torno al 60%, puntos m¨¢s o puntos menos seg¨²n la encuesta de que se trate; todas ellas, adem¨¢s, se?alan un repunte adicional en las ¨²ltimas semanas.
Puede advertirse el desconcierto de muchos ciudadanos que miran estos n¨²meros con perplejidad e incluso con la sensaci¨®n de haber sido traicionados por sus compatriotas. En los primeros a?os, se refugiaban en la noci¨®n de que hab¨ªa una especie de enga?o en esas cifras, pero tuvieron que asumirlas cuando sus peri¨®dicos de cabecera comenzaron a confirmarlas. Luego concluyeron que la mayor¨ªa de los mexicanos eran presa de la demagogia, resultado de la ignorancia y el atraso. Pero los m¨¢s l¨²cidos entendieron que ese argumento resultaba comprometedor: ?c¨®mo declararse dem¨®crata y al mismo tiempo sostener, a lo largo de cinco a?os, que las mayor¨ªas est¨¢n equivocadas porque piensan diferente que las minor¨ªas? Finalmente, llegaron a una explicaci¨®n del fen¨®meno; los sectores populares hab¨ªan sido comprados por los programas sociales y las d¨¢divas del gobierno de la 4T. Hab¨ªa una l¨®gica en su apoyo a L¨®pez Obrador, pero era una l¨®gica perversa.
Y en efecto, la derrama de 35.000 millones de d¨®lares anuales entregados directamente al bolsillo de los beneficiarios, el aumento en el salario m¨ªnimo de 88 a 249 pesos, la entrega gratuita de fertilizantes, el fin del outsourcing o subcontrataci¨®n que burlaba derechos de los trabajadores y las reformas laborales ofrecieron un enorme respiro a los sectores populares. Para millones de ancianos, el apoyo bimestral hace la diferencia entre la miseria y la pobreza relativa.
Al tercio m¨¢s pr¨®spero, todas esas ayudas pueden parecer un gesto demag¨®gico o migajas indignas; para muchos que las reciben pueden representar la posibilidad de escapar a las versiones m¨¢s agresivas e indignas de la penuria y la desesperaci¨®n. Y si tales beneficiarios constituyen m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n, la m¨¢s necesitada, no habr¨ªa ning¨²n misterio, enga?o o perversidad en el apoyo de los sectores populares al Gobierno de la 4T. En conjunto, son acciones que han provocado una mejor¨ªa del poder adquisitivo de los ¡°de abajo¡±.
Al suscribir en favor de la presidencia, est¨¢n actuando estrictamente a partir de sus intereses objetivos. Lo contrario ser¨ªa il¨®gico: que estas mayor¨ªas pidieran el regreso de un modelo que hab¨ªa congelado el poder adquisitivo de los trabajadores de base, hab¨ªa aumentado la desigualdad y condenaba al 56% de la poblaci¨®n activa a buscarse la vida en la econom¨ªa informal. Eso no ha cambiado con la 4T, dir¨¢n los cr¨ªticos, pero en todo caso estar¨ªa sujeto a discusi¨®n. Hay un impulso pendular en esa direcci¨®n, con muchas insuficiencias, pero tambi¨¦n con algunos logros concretos, los suficientes para generar la percepci¨®n de que este Gobierno lo est¨¢ intentando.
No hay nada perverso ni il¨®gico en estas pol¨ªticas porque sobre aviso no hay enga?o: el ascenso al poder se hizo bajo el emblema ¡°primero los pobres¡± y a tirones y jalones es lo que se ha buscado ?Errores de la 4T? Sin duda. Pero eso tambi¨¦n lo saben quienes lo siguen apoyando. Los m¨¢s desprotegidos son tambi¨¦n los m¨¢s impactados por la inseguridad o las insuficiencias educativas o de salud. Pero mal har¨ªamos en cuestionar su capacidad para extraer el balance que hacen sobre su realidad y la manera en que esta ha cambiado o no con el presente r¨¦gimen.
Enga?ados por el verbo de L¨®pez Obrador, se dice. ?En serio? Tendr¨ªamos que creer que millones de personas suspenden lo que hacen de 7 a 10 de la ma?ana para ser indoctrinados por la Ma?anera. Se estima que las reproducciones promedio de ese espacio ronda la cifra de 430.000. Ni siquiera el 1% respecto a una poblaci¨®n de 124 millones de habitantes. Y en todo caso, una gota frente al impacto acumulado de los medios de comunicaci¨®n que, mayoritariamente, critican al Gobierno. Los m¨¢s influyentes conductores de radio, opinadores, programas de televisi¨®n y peri¨®dicos de mayor circulaci¨®n han cuestionado duramente a L¨®pez Obrador durante cinco a?os.
Tendr¨ªamos que concluir que los medios de comunicaci¨®n tienen menos penetraci¨®n e influencia de la que les atribu¨ªamos en la definici¨®n de la opini¨®n p¨²blica; o que tienen la penetraci¨®n, pero carecen de la suficiente credibilidad para modificar la percepci¨®n que muchos mexicanos han construido sobre su realidad, al margen de lo que escuchan y ven en los medios.
El tercio que hoy desaprueba a L¨®pez Obrador sin duda puede esgrimir argumentos respecto a los errores, excesos e insuficiencias del Gobierno en curso. Hay muchas cosas que pudieron hacerse mejor o de plano de otra manera. Pero el tema de fondo es otro. Dar cuenta de esas incongruencias no quita algo mucho m¨¢s categ¨®rico. El apoyo del que goza el presidente parte de un hecho: el modelo anterior, la alternativa a la 4T, provoc¨® la inconformidad pol¨ªtica y social de las mayor¨ªas y hasta ahora, y con todos sus claroscuros, estas siguen pensando que lo realizado por el Gobierno de Morena les resulta m¨¢s conveniente que lo que ten¨ªan antes.
La oposici¨®n seguir¨¢ careciendo de futuro mientras siga perpleja respecto a la popularidad de L¨®pez Obrador, lo asuma como una aberraci¨®n o lo atribuya a actos de demagogia, sin dar ning¨²n cr¨¦dito a la capacidad de la gente para valorar su situaci¨®n. O como suele decir de manera coloquial el propio presidente: el pueblo no es tonto, son tontos los que creen que el pueblo es tonto.
@jorgezepedap
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