PRI, elefante rosa de la marea rosa
De todos los partidos, el tricolor es el que verdaderamente est¨¢ en problemas y, dada su relevancia hist¨®rica, el que podr¨ªa convertirse en el gran perdedor del 2 de junio
Los comicios de 2018 provocaron un cambio de r¨¦gimen pol¨ªtico; los de 2024, en unos pocos d¨ªas, podr¨ªan desencadenar un sismo en la estructura de partidos vigente en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Se trata de organizaciones que en muchos sentidos han quedado desfasadas de la evoluci¨®n pol¨ªtica de la sociedad mexicana. Nada lo demuestra mejor que la marea rosa que llen¨® el Z¨®calo y march¨® en varias ciudades del pa¨ªs el domingo pasado. Los participantes hicieron acrobacias para manifestar un apoyo pol¨ªtico electoral en favor de X¨®chitl G¨¢lvez, sin invocar los partidos que la abanderan, particularmente el impresentable PRI de Alito Moreno. Y no deja de ser parad¨®jico que el PRI sea el elefante rosa en la habitaci¨®n del que prefieren no hablar los simpatizantes de la marea rosa. Un rechazo a los partidos un tanto esquizofr¨¦nico porque los ciudadanos tendr¨¢n que cruzar la boleta en favor de alguno de los tres que no quer¨ªan nombrar.
No es un reproche a los participantes de estas marchas, se entiende que muchos de ellos asumen que, a pesar de esos partidos, la hidalguense es mejor opci¨®n que el resto de los candidatos. Est¨¢n en su derecho. Pero exhibe el enorme desajuste que existe entre contenido y continente. La opci¨®n ciudadana que se expres¨® en el movimiento rosa, a partir de organizaciones de la sociedad civil reales y presuntas (porque s¨ª, hay de todo), es boicoteada por las dirigencias de PAN, PRI y PRD que monopolizaron para s¨ª mismas, y al margen de los ciudadanos, las candidaturas a las c¨¢maras de diputados y senadores.
Se supone que la raz¨®n de ser de los partidos, no la ¨²nica pero s¨ª la m¨¢s importante, reside en su capacidad para representar y ser veh¨ªculo de los intereses y banderas pol¨ªticas de un segmento significativo de la sociedad. Pero habr¨ªa qu¨¦ preguntarse a qu¨¦ estamento o grupo demogr¨¢fico representan el PRI o el PRD. Vac¨ªos de base social y carentes de identidad ideol¨®gica, son partidos que simplemente instrumentan los intereses de la fracci¨®n de la clase pol¨ªtica que los controla.
En ¨²ltima instancia, lo mismo podr¨ªa decirse de PVEM y de PT, ambos asociados a Morena en los actuales comicios. Asumiendo, sin conceder, PT podr¨ªa argumentar que constituye el ala de la izquierda ortodoxa del movimiento obradorista. El PVEM, en cambio, parecer¨ªa rebasado por el oportunismo y la traici¨®n a la agenda medioambientalista que en teor¨ªa le daba sentido. Seguir¨¢ sobreviviendo gracias a la ambig¨¹edad de su nombre (Partido Verde es una patente de corzo que garantiza una renta gratis).
El PRI es el que verdaderamente est¨¢ en problemas (con el PRD no vale gastar palabras pues desde hace rato vive horas extras y juega un papel meramente testimonial; en estos comicios podr¨ªa incluso perder su registro).
Pero el PRI, dada su relevancia hist¨®rica, podr¨ªa convertirse en el gran perdedor del 2 de junio. Cabe, incluso, la posibilidad de que con un buen desempe?o MC desplace al partido del tercer lugar, lo cual ser¨ªa un hito hist¨®rico. Pero ni siquiera se trata de un asunto de n¨²meros, porque el tema de la alianza con el PAN oscurece lo que significan los resultados. Es decir, las negociaciones provocan que en muchos distritos el candidato de la alianza sea un priista y que los ciudadanos adversos a la 4T no tengan m¨¢s remedio que votar por ¨¦l. Parad¨®jicamente, en el caso de que su voto tenga ¨¦xito, es un ciudadano que ser¨¢ representado por el PRI en las c¨¢maras, con todos los riesgos de que el desempe?o del legislador sirva a los intereses de un dirigente como Alito Moreno, regenteador de esca?os y curules de ese partido. Extra?o fin para muchos simpatizantes panistas que, durante d¨¦cadas, asumieron como un deber c¨ªvico votar contra el PRI y lo que este representa. Algo no muy distinto, dicho sea de paso, de lo que un votante obradorista experimentar¨¢ en los 68 distritos en los que el candidato del Verde ser¨¢ la ¨²nica opci¨®n del bloque ¡°Sigamos haciendo historia¡±.
Entre otras cosas por eso es que la estructura de partidos y los maridajes forzados de las alianzas hacen agua. En cualquier escenario, la existencia de Morena y del PAN est¨¢ garantizada porque son organizaciones con base social y una consistencia ideol¨®gica que se corresponde con segmentos importantes de la sociedad mexicana. MC, en tanto tercera v¨ªa y en proceso de construir una identidad en torno a las nuevas generaciones, apuesta por encontrar eco en la sociedad mexicana. Todav¨ªa est¨¢ por verse y, en ese sentido, el 2 de junio ser¨¢ una interesante etapa intermedia para evaluar sus pretensiones.
Los dem¨¢s (PRD, PT, PVEM) parecer¨ªan anacronismos en distintas fases de extinci¨®n, destinados a parasitar de las alianzas y negociaciones para alargar su existencia aunque sea en animaci¨®n suspendida o vida artificial. El PRI estar¨ªa destinado a un proceso de descenso a esa segunda divisi¨®n o al menos esa es la tendencia en la que se encuentra. Ciertamente los comentaristas hemos ¡°matado¡± varias veces al PRI, solo para verlo regresar de su supuesta tumba. Pero me parece que las vidas se le est¨¢n terminando, por lo menos en la versi¨®n en la que lo conocemos.
En este posible reacomodo de intereses de votantes y partidos pol¨ªticos, la marea rosa es la nueva variable. La pregunta del mill¨®n es si este impulso puede convertirse en una organizaci¨®n pol¨ªtica que, eventualmente, derive en un nuevo partido. No es sencillo, porque hacerse de una base social con identidad propia implica competir con dos organizaciones vigentes: MC que aspira al voto ciudadano y ya es gobierno en dos entidades y, sobre todo, el PAN cuyos militantes y simpatizantes se traslapan con la masa enfundada en rosa. Es cierto que la convocatoria a estas marchas rosas surgieron de organizaciones sociales m¨¢s o menos ciudadanas, pero el llamado tuvo ¨¦xito justo en las zonas geogr¨¢ficas en las que predomina la clientela del PAN.
Cabe la posibilidad de que, tras las elecciones, X¨®chitl G¨¢lvez sea tentada a abanderar la organizaci¨®n de un partido independiente con los colores rosas. Pero habr¨ªa que considerar cu¨¢l es la fuerza real de esta iniciativa una vez desprovista del monopolio de los contingentes anti lopezobradoristas. Habr¨ªa que recordar que, en la competencia interna por el voto opositor, debi¨® ser rescatada tras el embate de Beatriz Paredes.
No, no me parece que la Marea Rosa sea el anticipo de un nuevo partido, pero s¨ª un fen¨®meno sintom¨¢tico de que la actual estructura de partidos ha sido rebasada. Hasta qu¨¦ punto, lo veremos el 2 de junio.
@jorgezepedap
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