La desaparici¨®n de la Cofece solo reforzar¨ªa el ¡°capitalismo de cuates¡±

En la C¨¢mara de Diputados circula un predictamen que propone eliminar varios ¨®rganos aut¨®nomos, entre ellos la Comisi¨®n Federal de Competencia Econ¨®mica (Cofece). El proyecto busca ¡°racionalizar los recursos p¨²blicos (¡­) a fin de erradicar las desigualdades sociales¡±.

Estuve al frente de la Cofece entre 2013 y 2021. A partir de esa experiencia, quisiera responder a la pregunta de si vale la pena mantener el modelo actual de ¨®rgano constitucional aut¨®nomo. Parto de los siguientes principios:

1. Las desigualdades en nuestro pa¨ªs eran y son lastimosas; urge revertir esta situaci¨®n.
2. El presidente L¨®pez Obrador y la presidenta electa Sheinbaum correctamente se?alan que en t¨¦rminos de bienestar, miles de mexicanos vivieron una promesa incumplida durante el periodo neoliberal. Si bien es cierto que hubo inversi¨®n y crecimiento econ¨®mico, la creaci¨®n de riqueza no se tradujo en m¨¢s bienestar para la mayor¨ªa.
3. Una de las razones por las cuales la riqueza generada en ese periodo no se distribuy¨® de forma efectiva fue la falta de competencia. Durante d¨¦cadas, algunos empresarios de sectores importantes para el desarrollo nacional consiguieron proteger y hacer crecer sus negocios sin la presi¨®n de la competencia. En muchos casos, esto fue resultado de leyes, regulaciones y pol¨ªticas p¨²blicas que protegieron a ciertos actores, y generaron mercados muy concentrados que permitieron a sus empresas obtener m¨¢rgenes de ganancia desproporcionados, da?ando el bolsillo de las familias mexicanas.
4. Es prioritario que el Estado mexicano cuente con las mejores herramientas a su alcance para erradicar esta desigualdad social, entre ellas, una comisi¨®n de competencia capaz de limitar la concentraci¨®n econ¨®mica.

Mantener a la Cofece como comisi¨®n de competencia con autonom¨ªa constitucional es una herramienta esencial para evitar la simbiosis entre el poder pol¨ªtico y el econ¨®mico, un fen¨®meno conocido en M¨¦xico como ¡°capitalismo de cuates¡±. Como expliqu¨¦, este se traduce en mercados concentrados y precios m¨¢s altos en perjuicio de los consumidores. La autonom¨ªa de la comisi¨®n es central para poder romper esa simbiosis. Por el contrario, si las funciones que hoy desempe?a pasan a la responsabilidad de la Administraci¨®n P¨²blica Federal (APF), estas podr¨ªan usarse para favorecer a unos empresarios y extorsionar a otros.

Esta posibilidad es real. Durante mi mandato al frente de la Cofece recib¨ª presiones tanto de personas dentro del Gobierno como del sector privado para otorgar tratos preferenciales. Solicitaban el cierre de alguna investigaci¨®n, dejar fuera de un procedimiento a una persona moral o f¨ªsica en espec¨ªfico, investigar alguna empresa que les incomodaba o permitir la fusi¨®n de dos empresas para librarlas de la competencia. Estas llamadas nunca dejaron de existir, pero con el tiempo fueron disminuyendo porque quienes ped¨ªan favores se dieron cuenta de que lo ¨²nico que conseguir¨ªan era una explicaci¨®n de los procesos y las reglas de la comisi¨®n.

No ceder a estas presiones es solo posible porque el arreglo institucional actual le da al organismo antimonopolios un blindaje muy particular. Su autonom¨ªa abarca todas las dimensiones de la gesti¨®n p¨²blica: presupuestal, operativa, de gesti¨®n y t¨¦cnica. En los casos m¨¢s relevantes, los intereses econ¨®micos en juego son mayores y una autoridad de competencia no puede ser efectiva ni imparcial sin estos anclajes m¨ªnimos.

Esta autonom¨ªa le permite a la Cofece operar y emitir sus resoluciones basadas en consideraciones t¨¦cnicas, al margen de las presiones tanto de los grupos econ¨®micos como del Gobierno en turno. Gracias al dise?o institucional de la autoridad, nadie dentro de la comisi¨®n tiene los instrumentos para definir la agenda institucional de manera individual, ni puede incidir unilateralmente en los procedimientos o posibles sanciones que emite el regulador. La autonom¨ªa permite al ¨®rgano de gobierno de la Comisi¨®n absorber ¡°golpeteo¡± pol¨ªtico (es decir, aguantar las llamadas, las presiones medi¨¢ticas y las amenazas de destituci¨®n), permitiendo que el resto del equipo tenga el espacio necesario para realizar su trabajo con criterios estrictamente t¨¦cnicos.

Esta forma de tomar de decisiones asegura que el Estado pueda sancionar severamente a quienes llevan a cabo comportamientos anticompetitivos, independientemente de su cercan¨ªa con el poder. La autonom¨ªa del Ejecutivo garantiza tambi¨¦n que la Cofece no se use como herramienta de represi¨®n pol¨ªtica, evitando incluso afectar negativamente el clima de inversi¨®n en el pa¨ªs. Recientemente, por ejemplo, Walmart de M¨¦xico anunci¨® que la Cofece la hab¨ªa emplazado a ra¨ªz de una investigaci¨®n a tiendas de autoservicio en octubre de 2023. Esto provoc¨® una ca¨ªda en el precio de sus acciones de 58.000 millones de pesos. Al tratarse de un acto de un regulador aut¨®nomo, el anuncio no repercuti¨® en la confianza de los inversionistas.

Cuando se debilita a las instituciones, por el contrario, los malos comportamientos corporativos no pueden ser sancionados severamente por los reguladores. Las empresas abusan m¨¢s. La posibilidad de sanciones promueve la autorregulaci¨®n por parte de los actores econ¨®micos. Cuando el Estado no tiene la capacidad de regular y sancionar comportamientos ilegales, proliferan, en palabras del presidente L¨®pez Obrador, ¡°los empresarios rapaces¡±.

Una comisi¨®n m¨¢s d¨¦bil tambi¨¦n refuerza el sistema de los tratos preferenciales. En el marco de esta discusi¨®n, me imagino que algunos empresarios est¨¢n pensando que una autoridad de competencia debilitada les permitir¨¢ comprar a sus competidores, aumentar su poder en el mercado y tener mayor espacio para subir precios. No dejemos que las empresas con mayor poder econ¨®mico y cercan¨ªa con el Gobierno en turno, sea del partido que sea, abusen de una comisi¨®n de competencia debilitada.

En vez de restarle autonom¨ªa, mejor discutamos c¨®mo mejorar la normativa en materia de competencia para que la Cofece rinda mejores cuentas, para fortalecer su vinculaci¨®n con la APF y dotarla de nuevas herramientas legales que le permitan actuar con contundencia en un entorno cambiante. Estoy convencida de que una autoridad de competencia aut¨®noma servir¨¢ mejor al Estado mexicano en la urgente tarea de aminorar la desigualdad social.

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