Palabras al l¨ªmite
Si el presidente L¨®pez Obrador admiti¨® que su palabra era una broma, cruel en algunos casos, amarga en otros, la respuesta no puede m¨¢s que ir en el mismo sentido
Es el fin. Ya no habr¨¢ Rep¨²blica. La destrucci¨®n de las instituciones acabar¨¢ con el pa¨ªs. Ahora s¨ª, seremos Venezuela. Ya no tenemos Constituci¨®n. Adem¨¢s, cambiaron a los de La Hora de Opinar. Ya no hay libertad. Nadie puede decir nada. Ya no queda nada. No queda ni el INE. Es un estercolero. Quieren abolir la propiedad privada. Se les dijo: son comunistas. Ahora s¨ª, seremos como Nicaragua. Llover¨¢ fuego y arderemos junto con la democracia. No respetan nada. Son como An¨ªbal: no crecer¨¢ ni el pasto despu¨¦s de que lo pisen. Nos gobierna la ignorancia y el pandillerismo. Es hora de pensar nuevamente en ir a Miami o a Madrid. ?Por qu¨¦ Claudia Sheinbaum no se independiza de este demagogo? ?A d¨®nde vamos a parar con este se?or?: ya se pele¨® con Estados Unidos. Se ir¨¢n las inversiones: ahora s¨ª seremos como Bolivia. Es imperativo salvar el orden republicano. Hay que identificar a los traidores al pa¨ªs y a la democracia. Nos espera vivir aislados del mundo: ahora s¨ª, seremos como Cuba. Ser¨¢ el maximato de Kim Jong-L¨®pez.
Los lamentos de los adversarios de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador son de lo m¨¢s variado. Las voces opositoras se mueven como el famoso cuadro de El Grito de Edward Munch. Ahora bien, la cosa s¨ª est¨¢ fea. No podemos decir que la situaci¨®n en el pa¨ªs sea de tranquilidad y armon¨ªa. Adem¨¢s de la derecha que ve caer¡ª m¨¢s bien c¨®mo se destruye¡ª el edificio neoliberal que construy¨® en d¨¦cadas de la mano con socialdem¨®cratas, priistas y un grupo de coment¨®cratas, hay empresarios y grupos de la sociedad que lamentan, con raz¨®n, el desmantelamiento de lo logrado. Ahora bien, se habla con nostalgia de las presidencias limitadas, los gobiernos divididos, los presidentes contenidos porque no ten¨ªan mayor¨ªa. Suena muy bien, pero la verdad es que el sue?o dorado de cualquier presidente de nuestra democracia hubiera sido tener la mayor¨ªa calificada en el Congreso. Tener la mayor¨ªa es un anhelo muy democr¨¢tico. Ni modo, as¨ª son las elecciones y as¨ª son los cambios. El ganador toma todo, dice un refr¨¢n universal.
Que regresamos a la ¨¦poca del partidazo, pero en una versi¨®n cavernaria es algo, por lo que hemos atestiguado estos d¨ªas, bastante posible. Que ser¨¢ una dictadura, nuestra inevitable venezolizaci¨®n, eso ya suena a que nuestro sistema de salud es mejor que el de Dinamarca. Pero las exageraciones tienen sentido cuando lo que ha predominado por a?os es la ret¨®rica del exceso, las palabras sin costo, el discurso flam¨ªgero sin consecuencias. Si el presidente admiti¨® que su palabra era una broma, cruel en algunos casos, amarga en otros, la respuesta no puede m¨¢s que ir en el mismo sentido. Tambi¨¦n las expresiones oficialistas son consignas estridentes: una mezcla de populismo y acci¨®n revolucionaria que llaman la atenci¨®n no por su contenido sino por la ferocidad con que son expresadas. Porque atr¨¢s de las consignas morenistas ¡ªsalvo en lo electoral¡ª nunca hay trabajo de fondo. Sus proyectos de reformas est¨¢n llenos de errores y desprop¨®sitos. Sus defensas en el Congreso son pat¨¦ticas. La gran mayor¨ªa no sabe ni lo que vota. Las ocurrencias campean en los discursos legislativos del morenismo. No saben lo que votan, solo lo que gritan.
Parece ser que viviremos algunos meses en medio de una vor¨¢gine pol¨ªtica. La oposici¨®n ya tiene una bandera que le regal¨® Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador y Sheinbaum ya tiene un problem¨®n que tambi¨¦n le confeccion¨® su mentor. En tan solo cuesti¨®n de quince d¨ªas las alarmas han proliferado en el claudismo. La cosa no est¨¢ padre. El ambiente general se descompuso en unos d¨ªas. Lo cierto es que ya estamos ante la transici¨®n m¨¢s revuelta de nuestra vida democr¨¢tica, situaci¨®n parad¨®jica, pues Sheinbaum ha ganado con m¨¢s votos que cualquier otro. Mientras la presidenta electa balbucea algunas consignas de apoyo al asalto institucional, el fest¨ªn de los radicales contin¨²a. Parece que festejan que se cortaron un brazo. Es evidente que no tienen idea de lo que viene, pero est¨¢n fascinados con la guillotina.
Mientras tanto, seguiremos viendo las palabras al l¨ªmite: por un lado, los que esperan la hecatombe, la instalaci¨®n del comunismo, la disoluci¨®n de la vida democr¨¢tica y la decadencia generalizada. Por el otro, la llegada del pueblo al poder, la encarnaci¨®n del pueblo en el l¨ªder, las procesiones a la finca chiapaneca, la beatificaci¨®n del pr¨®cer de Macuspana.
Por lo pronto no me parece que haya llegado el fin de la Rep¨²blica ni que L¨®pez Obrador sea Julio C¨¦sar. Seguiremos siendo Rep¨²blica. Bananera, pero Rep¨²blica.
@juanizavala
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