Claudia, la hora de gobernar
La secretar¨ªa de Hacienda no puede tener a un titular espectral. Y menos a uno sobre quien versan rumores no de ambici¨®n desmedida, sino de ganas de tirar la toalla
En la Secretar¨ªa de Hacienda las cosas no han sido f¨¢ciles el ¨²ltimo trimestre. Su titular ha dado tumbos y a 72 horas del cambio sexenal la presidenta no ha informado sobre qui¨¦n ocupar¨¢ el lugar n¨²mero dos del equipo hacendario, una duda que genera inoportuna incertidumbre.
Gabriel Yorio, desde 2019 subsecretario del ramo en Hacienda, pas¨® semanas preguntando al secretario Rogelio Ram¨ªrez de la O con qui¨¦n deb¨ªa ver su entrega-recepci¨®n, ese proceso donde funcionarios clave ponen al tanto de su encargo a quienes les suceder¨¢n.
Ram¨ªrez de la O fue elusivo en sus respuestas. Aunque esta transici¨®n ha tenido un poco de todo, cosa que no es un halago, el err¨¢tico desempe?o del secretario puntea alto en las singularidades, por no llamarlas anomal¨ªas, vistas desde el 2 de junio.
Este a?o de importantes cambios, Ram¨ªrez de la O pas¨® de factor de gobernabilidad a motivo de suspicacias.
El tercer secretario de Hacienda del sexenio que termina fue invitado en plena campa?a por la candidata Claudia Sheinbaum a permanecer en el puesto. ¡°Me gustar¨ªa¡±, fue su respuesta cuando cuestion¨¦ directamente a la morenista sobre el tema el 10 de abril.
La decisi¨®n de la aspirante oficial agrad¨® a la prensa econ¨®mica; el sector del dinero expres¨® su aprobaci¨®n por la continuidad de un tipo ortodoxo y serio; el problema es que al correr de los meses lo vimos desde?ar, por partida doble, una realidad evidente.
El secretario Ram¨ªrez de la O se volvi¨® en un corto periodo noticia por su mutismo ante una serie de turbulencias, reales como la depreciaci¨®n del peso y medi¨¢ticas por los temores ante el aniquilamiento del Poder Judicial, y porque de pronto el tema es que se ¨¦l se va en diciembre.
Las versiones que alimentan el rumor de su renuncia provienen del propio Ram¨ªrez de la O, quien no habr¨ªa escatimado sus expresiones al compartir su decepci¨®n porque la presidenta electa ¡°no cumpl¨ªa¡± el acuerdo de permitirle nombrar en ciertos puestos a gente de su gusto.
De forma que en vez de convertirse en un secretario que aprovechaba leg¨ªtimamente el cargo que ostenta para disipar los temores que genera la alocada aprobaci¨®n de la riesgosa reforma judicial, el titular del despacho gubernamental m¨¢s delicado puso su energ¨ªa en lamentarse.
Ahora s¨ª que ¡®haiga sido como haiga sido¡¯ pero la realidad es: el primer funcionario que supo que tendr¨ªa un alto cargo en el nuevo gobierno de Sheinbaum tiene hoy el equipo no solo incompleto sino sujeto a todo tipo de trascendidos. Al fin y al cabo la econom¨ªa va bien (no).
Funcionario que tiene conciencia de que su encargo es eso, m¨¢s que un trabajo personal una responsabilidad delegada, el subsecretario Yorio present¨® su renuncia desde tiempo atr¨¢s. Reconoc¨ªa as¨ª a la presidenta y al secretario. Pero ¨¦ste no resolvi¨® oportunamente.
?dgar Amador, a quien ahora se menciona para sustituir a Yorio, es conocido tanto de Sheinbaum como de Ram¨ªrez de la O y del propio subsecretario saliente. Y est¨¢ hoy en el Banco de M¨¦xico, donde colabora eficientemente con la gobernadora Victoria Rodr¨ªguez.
De hecho, Amador y Yorio se vieron en estas semanas, cosa que oportunamente supo Ram¨ªrez de la O. Una cita de esa naturaleza debi¨® haber abonado a una transici¨®n tersa en Hacienda. Salvo que el secretario nunca fue claro sobre qu¨¦ deseaba¡ como hasta hoy.
Todo este episodio pone de manifiesto el crucial reto que tiene la presidenta de la Rep¨²blica. Es un ejemplo muy claro, y ojal¨¢ que aleccionador, de lo que ha de demostrar muy pronto Claudia Sheinbaum: que puede gobernar, sabido como es que puede trabajar.
Famosa por su dedicaci¨®n y obsesivo seguimiento a lo que delega, Claudia Sheinbaum tiene fama de trabajadora. Ese atributo est¨¢ fuera de duda. A partir del martes habr¨¢ de demostrar que adem¨¢s de empe?o, tiene talento para gobernar a su equipo y a la naci¨®n.
Porque una cosa es que el presupuesto de 2025 est¨¦ listo ¡ªaunque con un d¨¦ficit que no cumplir¨ªa con el tres por ciento que Sheinbaum prometi¨®¡ª, y otra muy distinta es que Hacienda luzca fuerte en el umbral de un a?o, el primero de Claudia, econ¨®micamente muy dif¨ªcil.
Es decir, si bien la presidenta ha estado al tanto del paquete econ¨®mico de su primer ejercicio en Palacio Nacional, eso no significa que su equipo en Hacienda haya trabajado como a ella le hubiera gustado o que en estos meses genere la mejor de las percepciones.
La transici¨®n que no fue transici¨®n tuvo en los ¡®retreats¡¯ otro de sus ejemplos cuestionables. O al menos eso es lo que se dice con respecto a los que implicaban al equipo de Hacienda, en donde no pocas veces brill¨® por su ausencia Ram¨ªrez de la O.
Sheinbaum quiso que sus colaboradores se dieran el tiempo que a ella le fue escamoteado por las inopinadas giras; que se reunieran seguido quienes entraban y quienes sal¨ªan para intercambiar informaci¨®n y generar conjuntamente an¨¢lisis de sendas problem¨¢ticas.
En el caso de Hacienda, hubo ¡®retreats¡¯ en donde la actual secretaria de Finanzas de la Ciudad de M¨¦xico, Bertha G¨®mez Castro, que va a Egresos de la SHCP, tomaba nota a subsecretarios de Ram¨ªrez de la O que o ya ten¨ªan otra chamba o cero noticias de su futuro laboral.
Gobernar es mucho m¨¢s que las ma?aneras. Implica sobre todo lograr una percepci¨®n de control y poder. El secretario Ram¨ªrez de la O tendr¨ªa que repensar muy bien la responsabilidad que asumi¨® al aceptar permanecer. Y la presidenta lo mismo con respecto a ¨¦l.
M¨¦xico no puede darse el lujo de tener en Hacienda a quien no dese¨¦, de forma inocultable e incuestionable, servir a la presidenta para que ¨¦sta tome las mejores decisiones econ¨®micas en un entorno donde se habla de recesi¨®n y temores de inversionistas por cambios jur¨ªdicos.
Desde el 2 de junio algunos de los equipos de la presidenta han trabajado fortaleciendo expectativas. El caso de Luz Elena Gonz¨¢lez en Energ¨ªa es uno de ellos.
En sentido contrario, ?alguien vio al secretario Ram¨ªrez de la O en modo proactivo ante la turbulencia cambiaria y acumulativas dudas de bancos y calificadoras sobre la fortaleza mexicana?
La responsabilidad, sin embargo, no es de Ram¨ªrez de la O. Es de su jefa, que pronto tendr¨¢ que demostrar, en Hacienda y en cualquier otro, que no solo trabaja mucho, sino que gobierna bien, para empezar a su equipo, y con una determinaci¨®n que no tolera dubitaciones.
La secretar¨ªa de Hacienda no puede tener a un titular espectral. Y menos a uno sobre quien versan rumores no de ambici¨®n desmedida, sino de ganas de tirar la toalla.
Nadie dice que el secretario Ram¨ªrez de la O no trabaje, pero ?ser¨¢ que est¨¢ haciendo el trabajo necesario para que su jefa sea vista como enterada, poderosa y due?a de la situaci¨®n en una materia que, por si fuera poco, no es su fuerte?
Y menos se puede decir que Claudia Sheinbaum no trabaje. Pero eso hoy no basta. Se trata de gobernar, de que nadie en su equipo se confunda creyendo que tienen una chamba trivial o de mera continuidad, se trata de no llegar improvisando el 1 de octubre.
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