La vida en Sinaloa despu¨¦s de El Mayo y su captura
M¨¢s all¨¢ de operativos inservibles, declaraciones y promesas vac¨ªas del gobernador y c¨¢rteles que no dan un d¨ªa de tregua, a veces se nos olvida que m¨¢s de un mill¨®n de habitantes no han podido regresar a sus actividades cotidianas
El 25 de julio pasado, el Gobierno de Estados Unidos captur¨® al legendario capo mexicano Ismael El Mayo Zambada, uno de los l¨ªderes fundadores del c¨¢rtel de Sinaloa junto con Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n. Se trat¨® de la ca¨ªda m¨¢s inesperada en la historia criminal moderna de M¨¦xico, pues El Mayo no hab¨ªa pisado una c¨¢rcel en sus 35 a?os de carrera criminal. En la misma operaci¨®n fue detenido un hijo del Chapo, Joaqu¨ªn Guzm¨¢n L¨®pez, quien presuntamente secuestr¨® a Zambada y lo llev¨® en un avi¨®n a El Paso, Texas, donde fueron capturados. El c¨¢rtel de Sinaloa, una de las organizaciones criminales m¨¢s poderosas del mundo, est¨¢ dividido en varias facciones, siendo dos las principales: la de los hijos del Chapo (por ello llamados ¡®Chapitos¡¯) y la del Mayo.
De esta captura han pasado 100 d¨ªas y en estos poco m¨¢s de tres meses hemos escuchado a mandos militares decir que la escalada de violencia no va a parar hasta que los criminales as¨ª lo decidan; hemos visto desplegados cientos de elementos para reforzar la ¡°seguridad¡± ¨C as¨ª con comillas-; fuimos testigos de burdos montajes de la fiscal¨ªa estatal, expuestos por la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica; y por supuesto tambi¨¦n contabilizamos los cientos de muertos en masacres que no paran.
Pero m¨¢s all¨¢ de operativos inservibles, declaraciones y promesas vac¨ªas del gobernador y c¨¢rteles que no dan un d¨ªa de tregua, a veces se nos olvida que m¨¢s de un mill¨®n de habitantes no han podido regresar a sus actividades cotidianas. Aqu¨ª testimonios de personas que viven d¨ªa a d¨ªa un ¡°culiacanazo¡± sin fin.
¡°De que ha habido balaceras, asaltos, persecuciones y uno que otro decapitado a veces, s¨ª. Desafortunadamente, eso viene con el pan nuestro de cada d¨ªa. Pero cuando la ciudad es sitiada, cuando hay enfrentamientos con los militares, cuando se cierran carreteras, cuando la ciudad se paraliza; cuando estamos todos encerrados porque a las cinco de la ma?ana nos empiezan a llegar mensajes de que hay desmadre: que ya se tomaron carros, que est¨¢n cerradas calles, que est¨¢n despojando camiones y que ya cerraron tales carreteras, se escuchan los helic¨®pteros, ese es el que nosotros conocemos como culiacanazo. Nom¨¢s llevamos dos, y este culiacanazo fest que tenemos desde el 9 de septiembre¡±, me explica el arquitecto Benjam¨ªn Vega, habitante de esa ciudad.
En otra entrevista, una profesora de primaria que solicit¨® anonimato me dice esto: ¡°yo no lo puedo normalizar, ahorita sales y te encuentras a la Marina, a la Guardia Nacional, a la estatal, porque aparte quitaron a los tr¨¢nsitos y a los municipales, y por un momento cuando no estaba tanta patrulla de los otros de los servicios que mencion¨¦, pues s¨ª estabas como m¨¢s expuesto. Ahorita tambi¨¦n hay sobrevuelos de helic¨®pteros, de avionetas, donde lo hacen por aire, entonces a veces eso te da cierta tranquilidad, pero no es una vida normal, eso no es algo que uno est¨¦ acostumbrado, pues¡±.
Benjam¨ªn se niega a comparar las balaceras como si se hablaran de d¨ªas lluviosos: ¡°Lo que creo que quieren normalizar es que vivamos como: ¡®as¨ª como a veces te toca que llueve, bueno pues a veces te va a tocar balacera¡¯. A veces te va a tocar que un s¨¢bado a las tres de la tarde pasen por el centro comercial mientras est¨¢s con tu familia en un restaurante de carnes, y veas a los militares empu?ando rifles de asalto porque est¨¢n siguiendo a qui¨¦n sabe qu¨¦¡±, dice Benjam¨ªn.
Una de las formas m¨¢s notorias en que el gobierno pretende normalizar la situaci¨®n es al negarse a suspender las clases. A finales de septiembre, luego de cuatro semanas en que las escuelas segu¨ªan abiertas pero sin estudiantes, algunas autoridades escolares advirtieron que habr¨ªa consecuencias para los alumnos que no completaran su curso presencial, por lo que grupos de padres empezaron a colocar mantas exigiendo al gobierno regresar a las clases virtuales, modalidad aplicada durante otra crisis: la pandemia de Covid-19.
Y es que la situaci¨®n ya era insostenible: el personal escolar se ve¨ªa obligado a asistir a las escuelas corriendo su propio riesgo, pero si los alumnos acud¨ªan, tambi¨¦n arriesgaban su vida. La tensi¨®n escal¨® al grado de que en una secundaria, los padres encadenaron la puerta en protesta por la negativa de suspender las clases oficialmente (porque en la praxis no hab¨ªa, los padres no arriesgaban a sus hijos).
Otra habitante de Culiac¨¢n, la activista Esmeralda Qui?onez, lo compara con un hurac¨¢n: ¡°?Sabe qu¨¦ es lo m¨¢s complicado? Cuando viene un hurac¨¢n te puedes preparar, sabes c¨®mo actuar con eso. Pero ?c¨®mo te preparas para esto? ?Cu¨¢nto se va a tardar? Eso es lo peligroso, lo feo. Tiene m¨¢s de un mes y no sabes cu¨¢ndo va a parar. Aunque mucha gente piense que es el pan de cada d¨ªa para los sinaloenses, no es as¨ª. Yo me sent¨ªa segura en Sinaloa, yo siempre he dicho que si eres alguien honrado, no te metes con nadie, est¨¢s tranquilo, puedes andar a gusto. Pasaban cosas pero no tan fuertes como las que est¨¢n pasando ahora¡±.
Aunque el saldo total de las afectaciones de esta crisis se ver¨¢ hasta que concluya, desde ya los culichis est¨¢n pagando el costo de la guerra entre facciones del c¨¢rtel de Sinaloa. Cien d¨ªas despu¨¦s de la captura de Zambada y Guzm¨¢n L¨®pez, as¨ª describen su situaci¨®n: ¡°No vive uno, sobrevive¡±, me dice la maestra. ¡°Es una sobrevivencia con mucha incertidumbre, con impotencia y con miedo y tambi¨¦n con mucha tristeza. Porque hay mucha gente que est¨¢ cerrando sus negocios, amigos que, los negocios que ten¨ªan de cena, de comida, ya no pueden mantenerlos¡±.
El arquitecto Benjam¨ªn Vega trabaja en el sector construcci¨®n que ha sido uno de los m¨¢s impactados por la reducida movilidad. ¡°En mi caso particular, yo como arquitecto s¨ª tra¨ªa varias obras, unas remodelaciones, mantenimientos, impermeabilizaciones y ahorita pues la gente est¨¢ encerrada en su casa. S¨ª hay obras, s¨ª hay chamba, pero est¨¢ muy dif¨ªcil conseguir alba?iles, hubo un tiempo que las carreteras se cerraron, los insumos a veces no te llegaban, yo considero que se puso peor¡±.
Una maestra, una activista y un arquitecto sobreviven Culiac¨¢n 100 d¨ªas despu¨¦s, la vida diaria no conoce de juicios en Nueva York, ni de ocurrencias de seguridad que se dictan desde la Ciudad de M¨¦xico, sabe de escuelas cerradas, alba?iles sin trabajo, personas que han dejado de vivir al d¨ªa con la esperanza de que no acumular otros 100 d¨ªas m¨¢s de balaceras y masacres.
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