Migraci¨®n: el gran reto de la salud mental
No todas las personas tienen los recursos necesarios para emigrar: hay que ser valiente, tenaz, flexible y resiliente
¡°Por mucho que me integre nunca ser¨¦ danesa, siempre ser¨¦ distinta y es cierto porque ya no me siento ni de aqu¨ª ni de all¨ª¡±, me contaba una paciente entre l¨¢grimas. Su sufrimiento hablaba de c¨®mo la identidad y el estatus se resienten con el desarraigo que conlleva la migraci¨®n.
La crisis econ¨®mica ha llevado a muchos j¨®venes a emigrar en busca de un futuro mejor. Los cantos de sirena de programas como Espa?oles por el mundo los hacen lanzarse a la aventura desoyendo los consejos de Ulises, sin chaleco salvavidas. Por esta raz¨®n, los hay que tienen que volver cuando su estabilidad emocional se quiebra. Y es que, una vez llegados a la tierra prometida, no todos sobreviven emocionalmente al proceso. No todas las personas tienen los recursos necesarios para emigrar: hay que ser valiente, tenaz, flexible y resiliente. Una de las primeras cosas que deber¨ªamos saber de la migraci¨®n es que no todo el mundo puede hacerlo salvaguardando su salud mental.
Aquellos que lo logran pasan por una fase de adaptaci¨®n en la que idealizan la cultura del pa¨ªs de acogida, poniendo en tela de juicio la de su lugar de origen. De repente todo lo espa?ol es malo, casi vergonzoso. Este mecanismo de defensa nos ayuda a sobrevivir lejos de aquellos que amamos. Tiene sentido. ?C¨®mo podr¨ªa uno si no hacer tal renuncia? Parece que mientras aprenden ingl¨¦s, alem¨¢n, etc¨¦tera, entran en la civilizaci¨®n y abandonan Espa?a y su barbarie. En este estado, que los psic¨®logos llamamos disociaci¨®n adaptativa, pueden permanecer durante a?os. Es como si fueran con el piloto autom¨¢tico puesto. Indolentes, ajenos a todo aquello que han perdido.
Con el trabajo duro llegan las recompensas y los que se fueron alcanzan sus metas, encuentran un trabajo cualificado en el pa¨ªs de acogida, tienen una retribuci¨®n impensable para sus hom¨®logos en Espa?a, hablan el idioma y est¨¢n socialmente integrados. Deber¨ªan sentirse felices por todo lo que han conseguido pero a menudo constatan que no lo son. Su malestar puede manifestarse en forma de tristeza, ansiedad o alg¨²n otro s¨ªntoma som¨¢tico. Empiezan a ser conscientes de todo lo que han perdido por el camino, a reflexionar sobre qu¨¦ es la calidad de vida, a sentir morri?a por la comida familiar de los domingos, a hacer cosas que de haber hecho en Espa?a les hubiesen parecido ca?¨ªs, como escuchar flamenco o poner una pegatina de su equipo de f¨²tbol en el coche.
Se dan cuenta de que, por muy adaptados que est¨¦n, siempre ser¨¢n extranjeros, nunca pertenecer¨¢n del todo a ese hogar que han construido. Aparecen las secuelas de lo que en psicolog¨ªa denominamos duelo migratorio, que no es otra cosa que aceptar aquello que se pierde cuando se emigra.
Elaborar el duelo migratorio no es f¨¢cil, por eso muchos deciden volver.
Celia Arroyo es psic¨®loga.
Cap¨ªtulo 3. Opositores y emigrantes
Testimonios | ¡°Espa?a es una promesa incumplida¡±
Reportaje | Natalia, publicista, quiere ahora ser polic¨ªa
Reportaje | La vida que Suiza hizo posible para Ram¨®n
Podcast | Vivo en Alemania
TODA LA SERIE | Una generaci¨®n en busca de futuro
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.