Luz en las residencias
Urge un sistema eficaz y transparente de inspecci¨®n de los centros de mayores
En una sociedad acostumbrada a la valoraci¨®n y puntuaci¨®n de tantas pr¨¢cticas cotidianas, sorprende la opacidad que envuelve las residencias de mayores en Espa?a, una constelaci¨®n de centros que ofrecen unas 390.000 plazas, seg¨²n datos del Instituto de Mayores y Servicios Sociales. La muerte de alrededor de 30.000 personas en esas residencias durante la pandemia ha causado conmoci¨®n en la sociedad. Desgraciadamente, el cuadro alarmante va mucho m¨¢s all¨¢ de los problemas coyunturales de la crisis pand¨¦mica y retrata inaceptables fallos estructurales: el n¨²mero de inspecciones es insuficiente, las sanciones son por lo general irrisorias y la falta de transparencia es muy elevada. Una investigaci¨®n llevada a cabo por EL PA?S arroja luz sobre algunas de las zonas oscuras.
La escasez de inspecciones es el primer aspecto problem¨¢tico. Desde 2014 hasta 2019, 10 de las 17 comunidades aut¨®nomas no han inspeccionado ni siquiera una vez al a?o de media sus residencias. La situaci¨®n ha mejorado levemente en 2020, pero aun as¨ª siete comunidades no han llegado a ese control anual por residencia que deber¨ªa considerarse como el umbral m¨ªnimo ineludible. La insuficiente cantidad de funcionarios destinados a ejercer ese control es una de las claves del problema.
El r¨¦gimen sancionador tampoco resulta satisfactorio. Seg¨²n los datos recabados por este diario, un 21% del total de residencias han sido sancionadas. Pero, por un lado, esta informaci¨®n no es p¨²blica ni accesible a los ciudadanos, que se ven as¨ª obligados a elegir a ciegas los centros en los que ingresar a sus mayores; por el otro, las multas son por lo general irrisorias, lo que dif¨ªcilmente funciona como est¨ªmulo para evitar comportamientos inadecuados. Un 75% de las 1.500 multas contabilizadas por este diario son por faltas graves o muy graves; una cuarta parte del total corresponden a falta de personal para atender a los residentes (con importes que algunas empresas prefieren pagar al ser m¨¢s baratos que las contrataciones necesarias); otro 8%, a maltrato f¨ªsico, ps¨ªquico o trato degradante. Todo el sistema induce demasiado a menudo a una situaci¨®n de indefensi¨®n de los mayores y sus familiares, que hasta han recurrido a c¨¢maras ocultas para grabar y difundir escenas deplorables que permanec¨ªan impunes.
El oscurantismo, el desconocimiento y el descontrol del sistema en Espa?a son indignos de este pa¨ªs, y m¨¢s a¨²n en un contexto europeo y occidental en el que esta informaci¨®n se hace p¨²blica por su obvia utilidad para los ciudadanos. En Alemania, los resultados de las inspecciones p¨²blicas se colocan en las entradas de las residencias junto a alguna otra realizada de forma privada. En Estados Unidos, los centros son evaluados con estrellas al modo de los hoteles.
Urge una evaluaci¨®n seria de la situaci¨®n, el establecimiento de un sistema eficaz de inspecci¨®n, mecanismos de transparencia, y adem¨¢s un debate sobre los recursos y m¨ªnimos de calidad necesarios para la atenci¨®n en las residencias. Gran parte del sector est¨¢ a favor de aumentar la transparencia. Hay que mejorar ya, se trata de una improrrogable cuesti¨®n de justicia y decencia.
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