La involuci¨®n democr¨¢tica del PP
Que m¨¢s de 40 a?os despu¨¦s de desaparecido el dictador todav¨ªa existan problemas para avanzar en asuntos tan b¨¢sicos dice poco de la capacidad del entorno pol¨ªtico espa?ol
La reci¨¦n presentada Ley de Memoria Democr¨¢tica se plantea situar a las v¨ªctimas del franquismo en el centro de las pol¨ªticas de memoria, busca su reparaci¨®n y la verdad, y pretende equiparar la normativa espa?ola a la de otros pa¨ªses europeos que tambi¨¦n sufrieron dictaduras. Tras m¨¢s de cuarenta a?os de democracia, es toda una anomal¨ªa que sea necesaria una ley as¨ª. Y todo un anacronismo el tipo de debates que est¨¢ despertando.
Con esta Ley se quiere dar un paso m¨¢s all¨¢ de lo que fue capaz su antecesora, la Ley de Memoria Hist¨®rica, en asuntos claves como la nulidad de las condenas emitidas por tribunales franquistas, la asunci¨®n por parte del Estado de exhumaciones, censo y banco de ADN, la resignificaci¨®n del Valle de los Ca¨ªdos o la actualizaci¨®n de los contenidos curriculares para que la represi¨®n franquista se ense?e a nuestros adolescentes. Todo ello de acuerdo con las recomendaciones internacionales y los est¨¢ndares europeos.
Es una aut¨¦ntica rareza que hoy, en Europa, sea necesaria esta Ley. El hecho de que m¨¢s de 40 a?os despu¨¦s de desaparecido el dictador todav¨ªa existan problemas para avanzar en asuntos tan b¨¢sicos dice poco de la capacidad del entorno pol¨ªtico espa?ol. Y digo pol¨ªtico y no social porque no existe indicador alguno de que, m¨¢s all¨¢ de los nost¨¢lgicos consabidos, existan dudas entre la ciudadan¨ªa sobre c¨®mo se inici¨® la Guerra Civil o lo que generaron cuarenta a?os de dictadura.
La discrepancia, si es que puede considerarse tal, existe s¨®lo en una parte de los dirigentes de la derecha. De Vox, que jam¨¢s ha condenado la dictadura ni el golpe del 36 ¡ªes m¨¢s, coquetea con su adhesi¨®n impl¨ªcita al Alzamiento siempre que puede¡ª, ni tampoco del PP. Conviene recordar que a este ¨²ltimo, representante del conservadurismo constitucional y sist¨¦mico, le cost¨® veintisiete a?os condenar el franquismo. Fue en una sesi¨®n de la Comisi¨®n Constitucional del Congreso en noviembre de 2002, cuando el PP pact¨® con todos los grupos una resoluci¨®n en la que se condenaba el alzamiento, se hac¨ªa un reconocimiento moral a quienes ¡°padecieron la represi¨®n de la dictadura franquista¡± y se promet¨ªan ayudas para reabrir las fosas comunes.
Diecinueve a?os despu¨¦s, Casado da un paso atr¨¢s de gigante no mostrando reacci¨®n alguna cuando un antiguo diputado de UCD niega en su presencia que el golpe de Estado del 36 fuera tal, y se sit¨²a en contra de una Ley de Memoria Democr¨¢tica cuando ni siquiera conoce a¨²n su contenido, aline¨¢ndose con la extrema derecha.
Pagar¨ªa por saber qu¨¦ hubiera pensado la conservadora Merkel, o el derechista Sarkozy, al ver a su hom¨®logo espa?ol felicitar a Camu?as tras su intervenci¨®n negando el golpe de Estado del 36 o re¨ªr las gracias a Arias Salgado apelando a Rutte como ¡°hijo de puta¡±. Un l¨ªder pol¨ªtico no puede ser, en ning¨²n caso, un moderador neutral, pero mucho menos puede permitir que su formaci¨®n involucione de esta manera respecto de los m¨¢s m¨ªnimos est¨¢ndares democr¨¢ticos.
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