Colombia, un gobierno sin legado
Iv¨¢n Duque lleg¨® al poder con las banderas de la reconciliaci¨®n y se qued¨® en el revanchismo
Poco menos de un a?o le queda de gobierno al presidente de Colombia, Iv¨¢n Duque. El primer mandatario sin reelecci¨®n en m¨¢s de 16 a?os. Lleg¨® con las banderas de la reconciliaci¨®n y se qued¨® en el revanchismo, como el mandatario m¨¢s joven que no supo conectar con los j¨®venes. El presidente que perdi¨® su primer a?o de gobierno objetando al tribunal de justicia transicional, creado de los acuerdos de paz de su antecesor, y al que luego le cay¨® la pandemia del siglo, plante¨¢ndole una oportunidad para brillar en medio de la cat¨¢strofe. En qu¨¦ ha acertado y en qu¨¦ ha fallado es la pregunta obligada para establecer lo que deber¨ªa lograr en el tiempo restante.
Ha sido un gobierno signado por la protesta social que ven¨ªa desde antes de la pandemia, con el paro nacional de 2019, las protestas de septiembre pasado y el m¨¢s reciente en mayo del 2021. Un gobierno que pasar¨¢ a la historia por el regreso de las crecientes violencias territoriales que cobran la vida de l¨ªderes cada d¨ªa y desplaza a poblaciones. Casi 150 masacres desde agosto de 2018 y 133 l¨ªderes asesinados en 2020.
El discurso desde el gobierno muchas veces ha ido por el lado contrario a los de los miembros de su partido, el Centro Democr¨¢tico, quienes claramente buscaban dinamitar el acuerdo de paz con las FARC, con un resultado para la implementaci¨®n de los acuerdos de paz fraccionada. Cumplimientos en la ley de tierras, privilegio de la erradicaci¨®n forzosa sobre la sustituci¨®n voluntaria y una desgastante discusi¨®n sobre el retorno del glifosato dando como resultado las mismas tierras sembradas de coca y los traficantes con los bolsillos llenos. El presidente, en las ¨²ltimas semanas, firm¨® por fin las curules para las v¨ªctimas, validadas en la Corte Constitucional. Implementaci¨®n agridulce.
El estilo del equipo del mandatario result¨® variopinto. Ministros activos y comprometidos ¡ªsobre todo los m¨¢s j¨®venes¡ª mientras que otros parec¨ªan contratados para reventar la gobernabilidad, como ocurri¨® con el caso de Hacienda y sus inoportunos anuncios tributarios en medio de una pobreza que se aument¨® en casi 2,7 millones de personas por los confinamientos y volvi¨® a sacar a la gente a las calles, a protestar, a manifestarse y ponernos en los ojos del mundo por el uso desmedido de la fuerza ante la degradaci¨®n de un sector de los manifestantes convertidos en v¨¢ndalos. Un acierto, no obstante, ha sido la campa?a de vacunaci¨®n liderada por el ministro Fernando Ruiz, que comienza a dar frutos en el pa¨ªs despu¨¦s de la peor ola de covid, surgida en medio de las protestas.
Sin duda, un gobierno al que se le ha dificultado el di¨¢logo. Como a cualquiera que solo quiere ser escuchado y no escuchar. Terco y vanidoso, para los analistas, una de las caracter¨ªsticas que le impidi¨® al presidente conectar con la realidad de las calles y no leer sus necesidades. Tard¨ªo, pero favorable, result¨® para el final del gobierno el cambio en la cartera de Hacienda con Jose Manuel Restrepo, quien ha logrado equilibrar las cargas impositivas presentando una nueva reforma tributaria m¨¢s sensata y cuando empieza el a?o de la reactivaci¨®n.
Duque ha tenido una gobernabilidad escasa, con un partido de gobierno dividido por los extremos y sin una oposici¨®n organizada. El mandato de Duque firm¨® las ¨²ltimas horas del uribismo y se qued¨® sin el partido. El presidente no encontr¨® jam¨¢s su centro ni su propia narrativa. Contrario a su anuncio de posesi¨®n de reconciliar al pa¨ªs, lo entrega a¨²n m¨¢s dividido. Ha tenido m¨¢s oposici¨®n en los liderazgos de la alcaldesa de Bogot¨¢ que en el propio congreso, que pr¨¢cticamente dej¨® de sesionar por tres per¨ªodos durante la pandemia.
Los incumplimientos le han pasado una factura grande: el hurac¨¢n que destroz¨® a Providencia en el caribe colombiano ha terminado por demostrar una incapacidad para atender las necesidades de un territorio peque?o y necesitado; las excusas se han vuelto el pan de cada d¨ªa, en Providencia se demostr¨® que este gobierno tampoco logr¨®, como ya ha ocurrido antes, contratar y gestionar en los tiempos de la gente ni tramitar las diferencias con las comunidades raizales. Ojal¨¢ no termine Providencia convertido en un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n.
Aciertos: el estatuto para los migrantes venezolanos en medio de una apuesta fallida para derrocar a Nicol¨¢s Maduro. Duque realiz¨® quiz¨¢ uno de los hechos m¨¢s humanitarios para proteger a m¨¢s de un mill¨®n de venezolanos vulnerables que han llegado por trochas y puentes a buscar un futuro con hambre y los pies descalzos. Imposible no reconocer la decisi¨®n de aumentar como el presupuesto en educaci¨®n, y una apuesta certera por el emprendimiento y la conectividad y las energ¨ªas renovables.
Este gobierno no deja una sola reforma transformadora, ni una modernizaci¨®n institucional como la que exige la complejidad de nuestros tiempos. Ojal¨¢ en el tiempo que le resta logre aumentar los puestos de trabajo que parecen ir en la ruta correcta, pues hay din¨¢micas que se dan solas, sin gobierno, como esa, la de la reactivaci¨®n natural despu¨¦s de la debacle. Ojal¨¢ para el final del gobierno haya una autocr¨ªtica que nos hable de la posibilidad del poder como fuente de cambio y no de vanidades que impiden a quien lo ostenta entender el valor de haber llegado donde so?aron y no honraron.
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