El fin de la dispersi¨®n
La consolidaci¨®n de la convivencia pac¨ªfica en el Pa¨ªs Vasco incluye aplicar la progresi¨®n de grados de los presos de ETA
La realidad social y pol¨ªtica en el Pa¨ªs Vasco sigue buscando m¨²ltiples v¨ªas de consolidaci¨®n de la normalidad democr¨¢tica, cumplidos ya m¨¢s de 10 a?os desde el final del terrorismo etarra. Hoy, algo m¨¢s de la mitad de los 185 presos de ETA cumplen condena en c¨¢rceles vascas y navarras, y todos en prisiones de la mitad norte de Espa?a. El Gobierno ha amparado su decisi¨®n en la legalidad penitenciaria que recomienda que los presos cumplan condena en sus lugares de arraigo.
Un tercio de los presos etarras ha cumplido tres cuartas partes de su condena, y la pr¨¢ctica totalidad de ellos est¨¢ en segundo grado. Si accedieran al tercero ¡ªsolo lo han hecho 11 en este periodo¡ª, podr¨ªan beneficiarse de la libertad condicional como sucede con los presos comunes y bajo las condiciones que impone la ley penitenciaria: claro rechazo de la violencia, reconocimiento del da?o causado a las v¨ªctimas del terrorismo, contribuci¨®n a su resarcimiento econ¨®mico y colaboraci¨®n con la justicia. Las Juntas de Tratamiento de las c¨¢rceles proponen las progresiones de grado y pueden ser recurridas por la Fiscal¨ªa y decididas por los jueces de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional.
Sare, la organizaci¨®n que convoc¨® las movilizaciones del s¨¢bado en apoyo a las reivindicaciones de los presos etarras, se?ala que la mayor¨ªa de las propuestas de progresiones de grado de las Juntas de Tratamiento son recurridas por la Fiscal¨ªa. El Gobierno vasco, que asumi¨® hace tres meses la competencia de prisiones, ha anunciado que procurar¨¢ activar las progresiones de grado para facilitar la reinserci¨®n de los penados sin distinguir comunes de etarras. Tambi¨¦n se ha comprometido a respetar las decisiones ¨²ltimas de los jueces de vigilancia penitenciaria.
El debate sobre las progresiones de grado de los presos etarras no deb¨ªa haber quedado enfangado por el cortoplacismo pol¨ªtico de Pablo Casado. Confundir la reivindicaci¨®n de los presos etarras con enaltecimiento del terrorismo; rechazar su acercamiento a c¨¢rceles vascas, cuando el presidente Aznar lo hizo masivamente con la banda terrorista activa, y considerar este debate una concesi¨®n espuria del Gobierno a Bildu por su apoyo presupuestario debilita la convivencia y falta a la verdad. El Parlamento vasco lo ha venido proponiendo reiteradas veces por mayor¨ªa abrumadora desde el final del terrorismo y cada vez son m¨¢s las v¨ªctimas, que tienen un papel fundamental en este debate, quienes rechazan la utilizaci¨®n pol¨ªtica de su sufrimiento.
Racionalizar este debate con el clima pol¨ªtico actual es complicado. Hay nuevos datos que los jueces de vigilancia penitenciaria analizar¨¢n. Medio centenar de presos etarras han escrito cartas de reconocimiento del da?o causado a las v¨ªctimas de sus actos terroristas ¡ª42 en 2020¡ª y otra veintena participar¨¢ en encuentros restaurativos con v¨ªctimas. A la par, resulta cada vez m¨¢s necesario que Sortu, que hoy rechaza el terrorismo, impulse estas iniciativas con un reconocimiento de la injusticia y el dolor que aval¨® en el pasado.
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