Una perspectiva de crisis abrumadora

Lejos de los campos de batalla junto al mar Negro, los misiles caen sobre los pobres del mundo, en forma de aumento de los precios de los alimentos b¨¢sicos provocado por un conflicto en el que ellos no desempe?an ning¨²n papel. Aunque la paz sea lo primordial, un acuerdo global hoy en d¨ªa deber¨ªa incluir medidas para evitar que la guerra en Ucrania provoque un repunte devastador del hambre y el estancamiento econ¨®mico en pa¨ªses de bajos ingresos. La concesi¨®n de cr¨¦ditos asequibles para garantizar la disponibilidad de suficientes alimentos para todos no solo es lo correcto, sino que es financieramente viable y probablemente d¨¦ frutos a medio plazo.

Ya se ha hecho antes, y podemos hacerlo mejor hoy, permitiendo a los pa¨ªses aligerar el lastre de las facturas cada vez m¨¢s elevadas por importaci¨®n de alimentos y garantizando que no se les impide buscar mejoras de productividad sostenibles que disminuyan el riesgo de futuras crisis de la oferta de alimentos.

La Organizaci¨®n de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO) ha presentado una propuesta de Mecanismo de Financiaci¨®n de las Importaciones de Alimentos (FIFF, por sus siglas en ingl¨¦s) que, en caso de aprobarse, podr¨ªa beneficiar a casi 1.800 millones de personas de los 61 pa¨ªses m¨¢s vulnerables.

La idea b¨¢sica es sencilla: los pa¨ªses de rentas bajas que son importadores netos de alimentos reciben pr¨¦stamos subvencionados para cubrir el impacto de los costes m¨¢s altos, reduciendo as¨ª el riesgo de inseguridad alimentaria para sus pueblos. A cambio, se comprometen a mantener y ampliar las inversiones en sus propios sectores agroalimentarios, con lo cual se reduce el riesgo a largo plazo de dependencia y crisis perpetua.

Los precios de los productos alimentarios b¨¢sicos se encuentran en m¨¢ximos hist¨®ricos. El ¨ªndice de precios de los alimentos de la FAO es actualmente un 30% m¨¢s alto que hace un a?o. Lo m¨¢s importante es que el precio de los cereales y los aceites vegetales comercializados internacionalmente, que representan la mitad de la factura bruta de las importaciones de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo, frente a apenas el 20% de los pa¨ªses de ingresos elevados, ha subido a¨²n m¨¢s r¨¢pido.

La guerra est¨¢ exacerbando la tendencia de los precios, debido a las grandes cuotas de exportaci¨®n de trigo, aceite de girasol y otros alimentos procedentes de la Federaci¨®n Rusa y Ucrania. Otros factores, como los precios de la energ¨ªa y de los fertilizantes, los movimientos de divisas y la proliferaci¨®n de barreras comerciales ¨D53 gobiernos tienen ahora controles a la exportaci¨®n de alimentos y fertilizantes, la mitad de ellos desde el 23 de febrero¨D tambi¨¦n est¨¢n contribuyendo a la subida de los precios de los alimentos y son un indicador de que no es probable que esa subida remita pronto.

Exigir a los beneficiarios de los pr¨¦stamos que sigan invirtiendo en sistemas agroalimentarios m¨¢s productivos y sostenibles reducir¨¢ las futuras necesidades de ayuda externa. El FIFF est¨¢ dirigido a los pa¨ªses de bajos ingresos importadores de alimentos. Estos pa¨ªses representan menos del 10% de las importaciones mundiales de alimentos, y el coste de cubrir sus l¨ªneas de cr¨¦dito es muy asequible.

De lo contrario, la perspectiva de crisis humanitarias lejos del conflicto es abrumadora. Sin alternativas, los sectores agr¨ªcolas se ver¨¢n afectados, ya que la gente se concentra en la supervivencia, lo cual socava los esfuerzos colectivos por proteger nuestro clima, el agua, los suelos y la biodiversidad. Ayudar a los m¨¢s pobres a no verse obligados a elegir revertir¨¢ en el bien de todos.