Ucrania y Taiw¨¢n en el tablero de Biden y Xi
Ninguno de los dos l¨ªderes tiene la partida ganada en su af¨¢n por conquistar la hegemon¨ªa mundial, pero est¨¢ claro que seguir¨¢n moviendo sus piezas, en las que la reina es Asia y no Europa
Desde el inicio de la guerra en Ucrania el pasado 24 de febrero, los movimientos tect¨®nicos en la geopol¨ªtica mundial que Donald Trump inici¨® con su cruzada econ¨®mica contra China han adquirido una velocidad vertiginosa. Por un lado, Joe Biden ha conseguido aunar posiciones en el mundo desarrollado para imponer sanciones contundentes a Rusia como consecuencia de su invasi¨®n de Ucrania, incluso por parte de geograf¨ªas lejanas al conflicto. Este es el caso de Jap¨®n, pero tambi¨¦n Australia, Corea del Sur, Taiw¨¢n y, en menor medida, Singapur. Al mismo tiempo, China no se ha mantenido neutral ante el conflicto, sino que ha ahondado su ret¨®rica antiamericana, acerc¨¢ndose peligrosamente a la de Rusia aunque sin refrendar esa narrativa de apoyo con el incumplimiento de las sanciones impuestas por el mundo desarrollado.
Por tanto, las diferencias crecientes entre la narrativa occidental y la de China, por no hablar de Rusia, son se?ales claras de que, tras la invasi¨®n de Ucrania, el mundo se asemeja m¨¢s que nunca a un tablero de ajedrez en el que Biden y Xi Jinping est¨¢n librando una importante partida con vistas a alcanzar la hegemon¨ªa mundial. Visto desde Europa, la guerra en Ucrania y las consecuencias para el viejo continente son clave en esta partida, pero una observaci¨®n m¨¢s global de la situaci¨®n deber¨ªan llevarnos a una conclusi¨®n bien diferente, que Europa no puede obviar. Biden ha dado se?ales claras de que su estrategia en esta partida no pretende focalizarse en Europa m¨¢s de lo necesario, sino en Asia. De hecho, el acuerdo que el Consejo Europeo acaba de alcanzar aceptando la adhesi¨®n de Ucrania a la Uni¨®n Europea (UE) sin duda conviene a EE UU para reorientar su pol¨ªtica exterior, y de seguridad, hacia Asia y dejar a la UE a cargo de Ucrania.
Dos pruebas evidentes de la importancia de Asia para la pol¨ªtica exterior estadounidense, incluso en un momento tan ¨¢lgido como la invasi¨®n de Ucrania, es la cumbre reciente organizada por Biden en la Casa Blanca con los pa¨ªses de ASEAN (Asociaci¨®n de Naciones del Sureste Asi¨¢tico, en sus siglas en ingl¨¦s). Esta cumbre, que ten¨ªa como objetivo acercar las posiciones hasta la fecha neutrales de los pa¨ªses de ASEAN sobre el conflicto en Ucrania, acab¨® con m¨¢s pena que gloria puesto que ninguno de ellos, con la excepci¨®n de Singapur, se movi¨® un ¨¢pice de su posici¨®n de neutralidad sin duda bajo la presi¨®n de China, su mayor socio comercial e importante financiador y ejecutor de grandes proyectos de infraestructura en la regi¨®n. Lejos de darse por vencido, Biden se embarc¨® poco despu¨¦s en su primer viaje oficial a Asia, focaliz¨¢ndose en dos de los principales aliados de EE UU en la regi¨®n: Corea del Sur y Jap¨®n. Dado el escaso ¨¦xito de la cumbre con el ASEAN, las expectativas respecto al viaje de Biden eran bajas, percepci¨®n que cambi¨® repentinamente con el respaldo de 12 pa¨ªses asi¨¢ticos a la propuesta de Biden de crear un Marco Econ¨®mico del Indo-Pac¨ªfico (IPEF, por sus siglas en ingl¨¦s). Aunque apenas se ofreciera ning¨²n detalle sobre lo que este acuerdo realmente implica y de qu¨¦ beneficios econ¨®micos podr¨ªan disfrutar sus miembros, el apoyo pr¨¢cticamente incondicional de un elevado n¨²mero de pa¨ªses asi¨¢ticos constituye una muestra importante del inter¨¦s ¡ªsi no de necesidad¡ª de encontrar un contrapeso al dominio econ¨®mico de China en la regi¨®n. M¨¢s all¨¢ del peso que esta zona tiene para EE UU, la apuesta de la Administraci¨®n de Biden por el IPEF tiene un protagonista de excepci¨®n que ni siquiera ha sido invitado: Taiw¨¢n. Conseguir mantener el statu quo en lo que se refiere a Taiw¨¢n, ante el objetivo de reunificaci¨®n por parte de China, no solo es clave para Estados Unidos sino tambi¨¦n para sus aliados en Asia-Pac¨ªfico: desde Jap¨®n hasta Australia, pasando por Singapur. Los motivos son econ¨®micos ¡ªdado el dominio de Taiw¨¢n en la producci¨®n de semiconductores avanzados¡ª y de seguridad. EE UU puede f¨¢cilmente perder el control del Pac¨ªfico si China alcanza su objetivo. En cualquier caso, el hecho que la Administraci¨®n de Biden no haya invitado a Taiw¨¢n al IPEF no debe equipararse con irrelevancia, sino m¨¢s bien con flexibilidad y cautela por su parte, puesto que ha preferido profundizar sus relaciones econ¨®micas bilaterales con Taiw¨¢n, en vez de regionalizarlas dentro del IPEF.
El viaje de Biden a Asia constituye una se?al decisiva de la importancia estrat¨¦gica de Asia para Estados Unidos, a pesar del aparente giro hacia Europa a la luz de la guerra en Ucrania. En segundo lugar, el lanzamiento del IPEF deja claro tambi¨¦n que Asia no es solo relevante dentro de la pol¨ªtica de seguridad estadounidense sino tambi¨¦n en el orden econ¨®mico. De hecho, Biden podr¨ªa haberse contentado, durante su reciente viaje a Asia, con participar en la cumbre del nuevo grupo de seguridad creado alrededor del concepto del Indo-Pac¨ªfico, el Quad (la alianza informal que aglutina a democracias tan dispares como Estados Unidos, Jap¨®n, Australia y la India), pero no ha sido as¨ª. La oferta econ¨®mica de Biden a Asia se ha revelado esencial porque nos encontramos en un momento de difuminaci¨®n de fronteras entre la econom¨ªa y la seguridad dada la creciente competencia estrat¨¦gica entre Estados Unidos y China.
Mientras Biden recurre a Asia como mercado, Xi tambi¨¦n est¨¢ cambiando su estrategia de juego en el gran tablero de ajedrez de la hegemon¨ªa mundial. En concreto, el poder¨ªo econ¨®mico de China, primero como la f¨¢brica del mundo, pero tambi¨¦n como un im¨¢n para la inversi¨®n de las multinacionales extranjeras, parece estar pasando a un segundo lugar, quiz¨¢s porque el objetivo ya ha sido alcanzado. De hecho, China es el principal socio comercial de un elevado n¨²mero de pa¨ªses, especialmente en Asia. La guerra en Ucrania parece haber dejado un mensaje claro para Xi, en concreto que el poder econ¨®mico de China necesita ser protegido por lo que Pek¨ªn tiene que convertirse en una gran potencia en el ¨¢mbito de la seguridad y poder ofrecerla a sus aliados. El refuerzo de las alianzas por parte de Estados Unidos como respuesta a la invasi¨®n rusa, desde una OTAN en expansi¨®n, el Quad y el Indo-Pac¨ªfico, solo ha acelerado la respuesta de China. En ese sentido, el anuncio por parte de Xi, en el seno del Foro de Boao, de crear una Iniciativa de Seguridad Global (GSI, seg¨²n siglas en ingl¨¦s) no deber¨ªa pasar desapercibido, como ha quedado claro en la reciente cumbre de los BRICS donde el dossier de seguridad ha adquirido un peso inusitado en la agenda. As¨ª, parece claro que Xi pretende crear un contrapeso a Estados Unidos y sus aliados en ese ¨¢mbito.
En general, Biden y Xi parecen estar convergiendo en sus estrategias para el dominio del tablero de juego para el dominio global. Biden necesita una apuesta m¨¢s econ¨®mica que apoye a sus alianzas de seguridad. Xi, en cambio, necesita ofrecer una opci¨®n de seguridad para poder mantener su enorme peso econ¨®mico. En otras palabras, ambos necesitan un poco m¨¢s de exactamente lo contrario.
La gran pregunta es qui¨¦n lo tiene m¨¢s f¨¢cil. El tal¨®n de Aquiles de Biden es su debilidad dentro de EE UU que limita enormemente su capacidad de acci¨®n. Xi tambi¨¦n tiene un problema interno, relacionado con una situaci¨®n econ¨®mica mucho m¨¢s precaria de lo que parece. A esto se le a?ade el fuerte deterioro de la imagen de China en el exterior, lo que sin duda dificulta su llamada hacia alianzas en el ¨¢mbito de la seguridad. En resumen, ni Biden ni Xi tienen la partida ganada, pero lo que est¨¢ claro que seguir¨¢n moviendo sus piezas en el tablero del mundo y su reina es Asia y no Europa.
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