Camboya, Birmania, Espa?a
El cambio de un pa¨ªs por otro resta importancia al recuerdo de las v¨ªctimas
El presidente del Gobierno inaugur¨® el curso someti¨¦ndose a las preguntas de cincuenta ciudadanos seleccionados por la Moncloa. En una de las respuestas el presidente declar¨® que Espa?a es ¡°despu¨¦s de Birmania el pa¨ªs con m¨¢s desaparecidos del mundo¡±. Hace unas semanas, en el debate del estado de la naci¨®n, dijo que ¨¦ramos el segundo pa¨ªs del mundo con m¨¢s desaparecidos forzosos despu¨¦s de Camboya. Parec¨ªa un cruce entre las paradojas de Zen¨®n de Elea y el sketch de los Monty Python sobre la Inquisici¨®n espa?ola. Pudo ser un lapsus, aunque ya dec¨ªa Men¨¦ndez Pidal que el romance vive en variantes; romances, explica la RAE, tambi¨¦n son cuentos o excusas. La versi¨®n de Camboya, que es la m¨¢s conocida, fue repetida a menudo por Pablo Iglesias e Irene Montero: su objetivo no era impulsar la reparaci¨®n de las v¨ªctimas, sino deslegitimar la Transici¨®n y desacreditar la democracia espa?ola. Ese no es el prop¨®sito del presidente, y por eso sorprende m¨¢s que insista en una afirmaci¨®n refutada hace mucho. Antonio Villarreal entrevist¨® al penalista Miguel ?ngel Rodr¨ªguez Arias, autor de la cita, que ha explicado que se le malinterpret¨®. La web de verificaci¨®n Newtral muestra de manera did¨¢ctica que no hay pruebas que sustenten la afirmaci¨®n. La ONU y la Organizaci¨®n Internacional de Personas Desaparecidas aseguran que no conocen ese r¨¢nking y la segunda posici¨®n de Espa?a les parece inveros¨ªmil. La tragedia de la Guerra Civil y la dictadura es real y terrible: no hace falta exagerar las cifras. Esto no quiere decir que no se deban abrir esas fosas. Es una tarea pendiente y es bueno que el Estado haya decidido realizarla. El gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero se equivoc¨® al privatizar las exhumaciones y el de Rajoy err¨® al no asumir ese deber: hacerlo hab¨ªa tenido sentido t¨¢ctico para el partido, estrat¨¦gico para el pa¨ªs y valor moral, porque es una cuesti¨®n de humanidad. Lo ejemplar del prop¨®sito hace que la repetici¨®n propagand¨ªstica del bulo ¡ªun verdadero hecho alternativo¡ª resulte lamentable. El cambio de un pa¨ªs por otro no solo muestra que la mentira exige buena memoria, sino que resta importancia al recuerdo de las v¨ªctimas y al dolor de quienes sufrieron su p¨¦rdida: precisamente, aquello que tanto parec¨ªa preocuparnos. @gascondaniel
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