Prioridad para la dependencia
La dotaci¨®n econ¨®mica adicional de 2021 sigue siendo insuficiente ante las necesidades de una poblaci¨®n con elevada esperanza de vida
Espa?a tiene la fortuna de encontrarse entre los pa¨ªses con mayor esperanza de vida y esa ventaja evidente comporta a la vez el aumento de los cuidados a la poblaci¨®n de edad m¨¢s avanzada. Con retraso sobre otros pa¨ªses europeos, se dot¨® por fin de un sistema de ayuda a la dependencia durante el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, aunque en fechas que no facilitaron su puesta en marcha m¨¢s eficaz. La ley que lo regula entr¨® en vigor en enero de 2007, poco antes de que estallara la crisis financiera, y el programa se vio lastrado por la insuficiencia presupuestaria inicial y los recortes posteriores. Quince a?os despu¨¦s, casi 1,5 millones de personas se benefician de este pilar del Estado de bienestar, pero la atenci¨®n a la dependencia en Espa?a sigue lejos de cubrir las necesidades sociales. Una parte importante de la demanda est¨¢ sin atender y las prestaciones son en muchos casos insuficientes. El sistema presenta diferencias territoriales inaceptables y carencias graves de accesibilidad y calidad de los servicios, seg¨²n constata un informe encargado por el Ministerio de Derechos Sociales a un equipo de expertos. El plan de choque de 2021 con una inyecci¨®n de 600 millones de euros adicionales fue un avance, pero insuficiente.
El reto no es solo llegar a todos los que lo necesitan, sino ofrecerles la ayuda que precisan. Una de las caracter¨ªsticas del modelo es la baja intensidad de las prestaciones, lo que significa que las ayudas se reparten entre muchos, pero no alcanzan a cubrir sus necesidades. De hecho, el 80% de las personas que reciben atenci¨®n domiciliaria tienen que complementar los cuidados por su cuenta y los copagos necesarios para otros servicios son elevados. A esto se suma una notoria falta de equidad territorial. La gesti¨®n del sistema depende de las comunidades aut¨®nomas y no todas destinan los mismos recursos ni muestran la misma diligencia en la gesti¨®n. Sirva como ejemplo el tiempo medio de tramitaci¨®n de los expedientes, algo que en la prestaci¨®n por dependencia es un factor cr¨ªtico por la carga de sufrimiento que representa para la persona afectada y su familia. El tiempo medio es de 421 d¨ªas, pero el abanico de espera oscila entre los 943 d¨ªas de Canarias o los 680 de Andaluc¨ªa, y los 117 de Castilla y Le¨®n o los 139 del Pa¨ªs Vasco. En 13 comunidades aut¨®nomas se superan los seis meses que establece la ley. La consecuencia es que, en 2021, 46.000 dependientes con derecho a prestaci¨®n murieron mientras esperaban.
Tan importante como la dotaci¨®n econ¨®mica es en la dependencia la calidad de la gesti¨®n. Los 10.000 millones anuales destinados a prestaciones (el 0,82% del PIB) deber¨¢n incrementarse porque las necesidades no paran de crecer seg¨²n la poblaci¨®n envejece. Pero es preciso tambi¨¦n repensar la gesti¨®n de esos fondos para quitar rigidez burocr¨¢tica y que se adapte con m¨¢s flexibilidad a cada beneficiario.
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