Hay una nueva Venezuela: no mejor, solo distinta
El Gobierno chavista libera prisioneros, pero solo estadounidenses. No venezolanos
El pasado s¨¢bado Leopoldo L¨®pez, l¨ªder de Voluntad Popular, uno de los principales partidos de oposici¨®n de Venezuela, denunci¨® que fuerzas del servicio secreto del r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro ingresaron a su casa y detuvieron al agente de seguridad que custodiaba el domicilio. L¨®pez est¨¢ exiliado en Madrid pero su figura sigue molestando a la dictadura. La prepotencia autoritaria es una constante en el pa¨ªs. Parece ser la ¨²nica. Todo lo dem¨¢s est¨¢ cambiando y no hay que suponer que para bien. Son mutaciones destinadas a garantizar el statu quo.
La alteraci¨®n m¨¢s evidente se registra en el clima colectivo. La sociedad venezolana se ha desmovilizado. Las cuestiones pol¨ªticas importan menos que hace cuatro o cinco a?os. Muchos atribuyen este desinter¨¦s a la pandemia. Como si la ola de peligro y sufrimiento hubiera replegado a los ciudadanos hacia sus casas, sin ¨¢nimo de protestar o luchar por un viraje en la peripecia colectiva. Es un estado de ¨¢nimo com¨²n a muchas otras comunidades. Solo que en Venezuela es m¨¢s asombroso por el tama?o de los padecimientos de la poblaci¨®n.
La econom¨ªa ingres¨® en un ajuste draconiano. No lo organiz¨® el Gobierno. Lo produjo, ciego a toda consideraci¨®n humanitaria, el mercado. La raz¨®n es la misma que sorprende a todos los populismos: se terminaron los recursos. En especial, se terminaron los d¨®lares. La disparada del tipo de cambio fractur¨® a la sociedad, mucho m¨¢s que antes, en dos fracciones. La de los que est¨¢n felices y acomodados. Aquellos que, dolarizados, resolvieron su problema econ¨®mico. Ni siquiera deben hacer colas, porque los comercios ofrecen lo que ellos pretenden adquirir. Eso s¨ª, a precios exorbitantes. La otra parte es una inmensa mayor¨ªa sumergida en la privaci¨®n, que experimenta una reducci¨®n dr¨¢stica en sus pautas de consumo. La tradicional encuesta sobre indicadores socioecon¨®micos que realiza la Universidad Cat¨®lica Andr¨¦s Bello arroj¨® en 2021 resultados alarmantes. La pobreza alcanz¨® al 94,5% de la poblaci¨®n, y la pobreza extrema al 76,6%. Sin embargo, la adversidad se agrava sin disparar nuevos conflictos ni inducir a una mayor creatividad pol¨ªtica. Los venezolanos est¨¢n fatigados frente a un descalabro que ya presenta rasgos cr¨®nicos.
El entorno internacional tambi¨¦n se est¨¢ modificando. En Colombia ya no hay un gobierno hostil. El uribismo fue desplazado y ahora en el poder est¨¢ Gustavo Petro. La frontera se distiende y podr¨ªa prometer una reanimaci¨®n del comercio bilateral. Habr¨¢ que esperar hasta el domingo pr¨®ximo para saber si desde Brasil tambi¨¦n llegan buenas noticias para el r¨¦gimen. Un triunfo de Lula da Silva no pondr¨ªa al frente del pa¨ªs a un caudillo bolivariano estilo Evo Morales o Rafael Correa. Pero en Brasilia habr¨ªa un amigo y no un ultraderechista que, como Jair Bolsonaro, lleg¨® a so?ar con entrar a Venezuela con el Ej¨¦rcito para terminar de mala manera con el sistema encabezado por Maduro. Las elecciones brasile?as, decisivas para toda la regi¨®n, para el chavismo son vitales.
La invasi¨®n rusa sobre Ucrania deb¨ªa ser un nuevo factor de aislamiento para el Gobierno. La influencia de Mosc¨² sobre Caracas tendr¨ªa que haber incrementado la presi¨®n de los Estados Unidos y sus aliados para una salida democr¨¢tica. As¨ª lo imaginaron los l¨ªderes de la oposici¨®n. Pero la historia tuvo otras ideas. El presidente de Venezuela cambi¨® de canciller el 16 de mayo. Se fue un moderado, F¨¦lix Plasencia, y lleg¨® Rafael Far¨ªa Tortosa, desde Rusia, donde era embajador. Far¨ªa es un ingeniero mec¨¢nico graduado por la Universidad de J¨¢rkov, en 1987, durante la era de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. La interpretaci¨®n corriente es que a Far¨ªa lo puso Putin. Una demostraci¨®n pr¨¢ctica y espec¨ªfica de su influencia en Venezuela, que se extiende a muchos otros campos. Sobre todo al de las comunicaciones, donde el aparato ruso de intervenci¨®n en las redes se mantiene muy activo. Los medios venezolanos ligados al gobierno son agentes de la reproducci¨®n en espa?ol de informaci¨®n difundida por Russia Today Actualidad o Sputnik Global, seg¨²n un estudio detallado de la organizaci¨®n NewsGuard. Desde que, hace casi ya una d¨¦cada, los Estados Unidos decidieron favorecer a gobiernos ucranianos, Venezuela se fue transformando en una discreta colonia rusa.
Para sorpresa de los opositores a Maduro, este refuerzo del alineamiento con Mosc¨² no tuvo una respuesta agresiva desde los Estados Unidos. Al rev¨¦s, se puso en marcha un t¨ªmido acercamiento. El responsable de Am¨¦rica Latina en el Consejo Nacional de Seguridad, Juan Gonz¨¢lez, viaj¨® a Caracas y se entrevist¨® con el dictador, cuyo gobierno Washington desconoce. El motivo fue encontrar una garant¨ªa a la seguridad energ¨¦tica. Desde entonces se est¨¢ procurando que la petrolera Chevron vuelva a operar en Venezuela. Las autoridades de los Estados Unidos pretenden que, antes de dar el visto bueno para ese regreso, Maduro haga un gesto de distensi¨®n que vaya m¨¢s all¨¢ de liberar presos pol¨ªticos estadounidenses. Esperan que restablezca las negociaciones con los partidos que se le oponen para garantizar una transici¨®n hacia la democracia.
Estas transacciones constituyen un desaire doloroso hacia Juan Guaid¨®, el presidente interino, que para los norteamericanos sigue siendo, en teor¨ªa, el verdadero presidente. El pasaje de Donald Trump a Joe Biden fue muy perjudicial para Guaid¨®, que hab¨ªa recibido un inmenso respaldo de los republicanos, en el marco de un plan que no se verific¨®: la idea de que la instalaci¨®n de un gobierno encabezado por el presidente del Poder Legislativo ir¨ªa acompa?ada de una rebeli¨®n militar contra Maduro. Con el enfriamiento de Washington llegan otros distanciamientos: desde la Uni¨®n Europea a la Argentina, Chile o Per¨², cuyos gobiernos tambi¨¦n cambiaron de orientaci¨®n ideol¨®gica en los ¨²ltimos a?os.
Esta transformaci¨®n del entorno tiene impacto en las filas opositoras. En Panam¨¢, hace 15 d¨ªas, 10 partidos venezolanos pactaron un sistema para elegir un candidato presidencial ¨²nico para enfrentar al chavismo en las elecciones de 2024. Pero entre ellos existe una discusi¨®n sobre la conveniencia de mantener el gobierno interino. El experimento no sirvi¨® para acercar a los rivales de Maduro con el electorado. Pero s¨ª para aislar al r¨¦gimen en el exterior. No solo porque existen organismos como, por ejemplo, el BID, donde la silla venezolana es ocupada por un representante del gobierno paralelo. Tambi¨¦n porque la existencia de ese gobierno ha permitido el bloqueo de fondos venezolanos en el exterior, algunos de los cuales fueron volcados a ayuda humanitaria administrada por Guaid¨® y sus colaboradores.
En medio de esta pol¨¦mica dom¨¦stica, la oposici¨®n debe negociar las reglas de la democratizaci¨®n venezolana. Han existido mil ensayos m¨¢s o menos veros¨ªmiles. Ninguno fiable. El Gobierno libera prisioneros, pero solo estadounidenses. No venezolanos. La verdadera salida aparecer¨¢ cuando en la agenda aparezca un tema complej¨ªsimo por su conflictividad: qu¨¦ suceder¨¢ con el destino pecuniario y, sobre todo, judicial, de los jerarcas del r¨¦gimen, acusados en La Haya por cr¨ªmenes de lesa humanidad. Hasta que no llegue ese momento, la gente como Leopoldo L¨®pez, en Caracas o en Madrid, tendr¨¢ que seguir¨¢ durmiendo con un ojo abierto, por si llegan las bandas del tirano.
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