Impuestos asumibles
Las cr¨ªticas del BCE obligan al Gobierno a buscar un mejor encaje legal al nuevo impuesto a la banca
El Banco Central Europeo (BCE) ha asestado esta semana un duro golpe a la intenci¨®n del Gobierno de imponer el nuevo impuesto que la banca deber¨¢ abonar durante dos a?os. El informe es inusualmente cr¨ªtico con el nuevo tributo transitorio, y a pesar de que no es vinculante y no frena en ning¨²n caso su tramitaci¨®n parlamentaria obliga al Ejecutivo a buscar el modo de evitar un choque con el supervisor bancario europeo y la m¨¢xima autoridad monetaria del continente. El documento reclama un ¡°an¨¢lisis exhaustivo¡± de sus consecuencias negativas. Exige que Hacienda informe del impacto sobre la rentabilidad de los bancos y excluya todo tipo de riesgos sobre la estabilidad financiera, la resiliencia del sector y la concesi¨®n de cr¨¦ditos. Arroja dudas sobre el encaje legal, al pedir aclaraciones sobre la base imponible de la nueva figura tributaria. Y obliga al Ejecutivo a detallar los mecanismos que emplear¨¢ Competencia para verificar que la banca no acabe trasladando ese coste a los clientes: el BCE entra en esa promesa de Pedro S¨¢nchez y, a diferencia del objetivo declarado por el presidente, se muestra a favor de que sean los clientes quienes finalmente sufraguen el coste del nuevo tributo.
El Ejecutivo ya ha advertido que seguir¨¢ adelante. Al tono inusualmente cr¨ªtico del BCE, el presidente del Gobierno respondi¨® con un ataque inusualmente directo al vicepresidente del BCE ¡ªy exministro del PP¡ª, Luis de Guindos, considerado uno de los padres intelectuales del informe. No le conviene a Espa?a entrar en un cuerpo a cuerpo con el Eurobanco, pero cabe recordar que es el propio BCE, en su ¨²ltima decisi¨®n, el que ha laminado la rentabilidad del sistema financiero con la retirada de parte de sus medidas de liquidez. Su economista jefe, Phillip Lane, abog¨® recientemente por ayudar a los hogares y empresas m¨¢s golpeados por la escalada inflacionista mediante mayores impuestos a los ciudadanos m¨¢s ricos o a las empresas m¨¢s rentables; tambi¨¦n el FMI se ha mostrado con claridad a favor de que los sectores con mayores m¨¢rgenes contribuyan a financiar el gasto p¨²blico en momentos de gran incertidumbre. El Gobierno identific¨® en su d¨ªa a las energ¨¦ticas y la gran banca como los sectores que m¨¢s deben contribuir a socorrer a los m¨¢s vulnerables. La reactivaci¨®n econ¨®mica tras el par¨®n de la pandemia y la sucesi¨®n de subidas de tipos de inter¨¦s por parte del BCE se han reflejado en un fuerte aumento de los beneficios en las cuentas del sector bancario. Pero Fr¨¢ncfort se agarra a que el gravamen entorpecer¨¢ la pol¨ªtica monetaria que est¨¢ desplegando para tratar de combatir la inflaci¨®n.
El Gobierno tiene en su mano argumentos de peso para defender el impuesto. En primer lugar, el impacto recaudatorio es muy limitado en un momento de fuerte incremento de los beneficios. Adem¨¢s, los bancos est¨¢n trasladando con retraso a los dep¨®sitos la fuerte subida del precio del dinero, algo que se ha dejado notar autom¨¢ticamente en sus ratios de rentabilidad y solvencia. El Ejecutivo alega adem¨¢s que el impuesto forma parte de un paquete m¨¢s ambicioso que pretende cumplir con las demandas expresadas por los organismos internacionales: permitir pol¨ªticas focalizadas en ayudar a los m¨¢s desfavorecidos sin elevar el ya de por s¨ª abultado d¨¦ficit. El sector p¨²blico tuvo que salir la pasada crisis a rescatar a las cajas de ahorro con unas muletas que en el caso de Espa?a incluyeron un rescate europeo de m¨¢s de 40.000 millones a cambio de duras condiciones; el Estado da por perdidos ya en las ayudas a la banca m¨¢s de 73.000 millones, una cifra que a¨²n no est¨¢ cerrada. Ahora se le pide que aporte 3.000 millones en dos a?os, cuando los beneficios de las seis mayores entidades rondaron los 5.800 millones hasta septiembre y podr¨ªan irse hasta los 10.000 millones a final de a?o.
El monto que pretende recaudar el Ejecutivo no parece inasumible para el sector, a la luz de esas cifras, y ante la evidencia de las graves dificultades que atraviesa gran parte de la ciudadan¨ªa. Pero al Gobierno le toca ahora afinar esa propuesta con un encaje legal irreprochable: ignorar al BCE nunca es una buena idea, aunque el BCE sea la autoridad monetaria, y no la autoridad fiscal, y a pesar de que Luis de Guindos sume a su condici¨®n de banquero central la de expol¨ªtico pr¨®ximo al PP e integrante de sus gobiernos.
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