Bomba nuclear en Barcelona
La simulaci¨®n de un ataque at¨®mico sobre la capital catalana levanta cr¨ªticas y rechazos
La reiterada amenaza de Vlad¨ªmir Putin de utilizar armas nucleares llev¨® el pasado domingo a EL PA?S a publicar una amplia informaci¨®n sobre el riesgo de un apocalipsis at¨®mico. El art¨ªculo, con 300.000 visitas en la web, constitu¨ªa un ejercicio period¨ªstico adecuado, pero inclu¨ªa una simulaci¨®n animada del impacto de una bomba nuclear en el centro de Barcelona, con edificios identificables, junto a la cifra de 500.000 muertos que causar¨ªa. Numerosos lectores han calificado esa escenificaci¨®n de ¡°sensacionalista¡±, ¡°alarmista¡±, ¡°catastrofista¡± o ¡°esperp¨¦ntica¡±.
El lector Javier Moncayo se?al¨® la paradoja de que el peri¨®dico publicara eso una semana despu¨¦s de que el suplemento Ideas dedicara su portada a un texto titulado Contra el catastrofismo, donde se afeaba la acumulaci¨®n de informaciones sobre hechos lamentables y negros augurios. El martes pasado, el columnista Enrique Vila-Matas dec¨ªa que, tras las obras de Luis Mart¨ªn-Santos Tiempo de Silencio y Tiempo de Destrucci¨®n, la sociedad ha entrado en Tiempo de Suspense, ¡°como lo demuestra el relato permanente de las mil y una amenazas de cat¨¢strofes¡±.
Pese a todo, resulta l¨®gico que EL PA?S analice las posibilidades de un ataque nuclear y sus consecuencias. En ese objetivo se centr¨® Andrea Rizzi, experto en pol¨ªtica internacional de seguridad, que plasm¨® su trabajo el d¨ªa 7 bajo el t¨ªtulo ?Qu¨¦ probabilidad hay de un ataque nuclear de Putin? Rechaza Rizzi las quejas de sensacionalismo porque en el segundo p¨¢rrafo destacaba que una mayor¨ªa de los especialistas considera ¡°remota¡± la opci¨®n nuclear y esa era la conclusi¨®n de su texto: ¡°La perspectiva de que Rusia lance un ataque es remota¡±.
Los lectores han centrado sus quejas en la simulaci¨®n del descenso de una bomba nuclear sobre Barcelona, acompa?ada de estas leyendas: ¡°En Barcelona, la bola de fuego inicial, a la temperatura del n¨²cleo del sol, desintegrar¨ªa todo en un ¨¢rea de 2,3 kil¨®metros de di¨¢metro¡±. O este otro: ¡°La explosi¨®n y la radiaci¨®n t¨¦rmica matar¨ªan a m¨¢s de 500.000 personas en una ciudad como Barcelona¡±.
El lector Antonio M. Infante se pregunt¨® si es ¡°responsable¡± un art¨ªculo as¨ª, para contestarse que es ¡°innecesario y catastrofista¡±. Germ¨¢n Temprano neg¨® la mayor: ¡°No sab¨ªa que las especulaciones alarmistas tuvieran rango de noticia¡±. Para Xulio Delgado, se trata de ¡°un grave error del peri¨®dico¡±. C¨¦sar Fueyo pone el ¨¦nfasis en la falta de sensibilidad: ¡°EL PA?S subestima el grado de informaci¨®n, la sensibilidad y la solvencia intelectual de muchos de sus lectores¡±.
Tanto Rizzi como Mariano Zafra, redactor jefe de Narrativas Visuales del peri¨®dico y firmante tambi¨¦n de la informaci¨®n, defienden esa simulaci¨®n. ¡°Consideramos que es importante ofrecer un conocimiento preciso, no solo abstracto, del potencial destructivo de esas armas¡±, se?ala Rizzi. ?Por qu¨¦ Barcelona? Zafra lo explica: ¡°Elegimos un escenario reconocible, f¨¢cil de situar y de dimensiones reconocibles para lectores espa?oles y extranjeros. Madrid era otra posibilidad, pero se utiliza en exceso¡±.
Junto a la expl¨ªcita y animada representaci¨®n de la bomba en descenso sobre Barcelona, el art¨ªculo ten¨ªa otros dos gr¨¢ficos, esta vez peque?os y est¨¢ticos, dedicados a los efectos de un ataque similar sobre Kiev, donde morir¨ªan, se a?ad¨ªa, 280.690 personas, y Ciudad de M¨¦xico, con 717.000 muertos.
Zafra y Rizzi recuerdan que medios de prestigio han publicado simulaciones similares. En alg¨²n caso tambi¨¦n sobre Barcelona, como hizo El Peri¨®dico de Catalunya en 2015. The Washington Post (2015 y 2022), The New York Times (2017) o The Atlantic (2018), entre otros, han difundido gr¨¢ficos de te¨®ricos bombardeos nucleares sobre zonas urbanas.
El aspecto m¨¢s controvertido y discutible se centra en si esas simulaciones tan expl¨ªcitas pueden herir la sensibilidad de algunos lectores, como se?ala C¨¦sar Fueyo, y especialmente de quienes habitan en la ciudad elegida para el simulacro.
Zafra lo ve as¨ª: ¡°Es dif¨ªcil abordar con sensibilidad un ataque tan destructivo¡±. Rizzi a?ade: ¡°Si la proyecci¨®n les ha parecido inadecuada a algunos lectores, lo lamento, pero no creo que est¨¦ desprovista de sentido period¨ªstico porque es una herramienta de concienciaci¨®n ciudadana¡±.
Los periodistas nos encontramos con dificultades para mantener en estos casos ese inestable equilibrio entre el rigor informativo y la sensibilidad ciudadana. Otros medios con los que puede compararse EL PA?S, como los se?alados, han optado como norma general por no situar los bombardeos sobre mapas detallados en los que se ven avenidas o manzanas de casas concretas sobre las que caer¨ªa la bomba. Seguramente debemos afinar m¨¢s esa sensibilidad.
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