Ofensiva el¨¢stica sobre la retaguardia
Con la estrat¨¦gica ciudad de Jers¨®n en manos de Ucrania, la guerra entra en una nueva etapa, quiz¨¢s la definitiva
No es lo mismo una huida desordenada, en la que todo se pierde, equipos, tanques, ca?ones, munici¨®n, e incluso la dignidad, puesto que se abandonan los heridos y los cad¨¢veres de los soldados, que una retirada planificada y efectuada como si fuera una ofensiva. Sigue siendo una derrota, sobre todo si se pierde una pieza de enorme valor estrat¨¦gico, como es la ciudad de Jers¨®n, pero al menos se ahorran vidas, se salva material b¨¦lico y se prepara la siguiente fase de la guerra.
Rusia ha sufrido dos reveses humillantes: en las batallas de Kiev, entre febrero y marzo al empezar la guerra, y de J¨¢rkov, entre septiembre y octubre. Y acaba de sufrir otro, quiz¨¢s m¨¢s humillante todav¨ªa, en la retirada de esta capital provincial y de la entera orilla occidental del r¨ªo Dni¨¦per, solo matizada por el esfuerzo de los mandos por mantener el orden en la evacuaci¨®n y por su anuncio p¨²blico, disfrazada de mero repliegue t¨¢ctico y coincidiendo con la fecha de las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos. Uno de los inefables comentaristas militares de la televisi¨®n estatal moscovita ha subrayado que se ha postergado la noticia para no contribuir al ¨¦xito electoral de Joe Biden.
La retirada es la operaci¨®n m¨¢s dif¨ªcil en la guerra, seg¨²n los tratadistas militares. Los ej¨¦rcitos avanzan en direcci¨®n a casa, pero deben defenderse de los ataques que sufren en la retaguardia. Napol¨¦on no fue derrotado en su ofensiva hasta Mosc¨² sino al regresar a Francia, en una retirada que se convirti¨® en hecatombe, acosado por las guerrillas y sobre todo por el General Invierno. En el caso de Rusia viene muy a cuento recordar la ¡°retirada el¨¢stica sobre la retaguardia¡±, el eufemismo alem¨¢n inventado ante la ca¨ªda del frente en tierras tambi¨¦n ucranias ante el avance sovi¨¦tico a partir de 1943, con el que no tan solo se oculta la derrota, e incluso la huida, sino que se disfraza de voluntad de dirigirla.
Vlad¨ªmir Putin ha perdido algo m¨¢s que la tercera gran batalla. La contraofensiva triunfal de Ucrania empez¨® con un amago de ofensiva sobre Jers¨®n en septiembre, que suscit¨® un enorme error del mando ruso al desplazar hacia el sur sus mejores tropas, dejando descubierto J¨¢rkov, donde el ataque ucranio consigui¨® otra desbandada casi tan bochornosa como la de Kiev, y la recuperaci¨®n de la entera provincia. Dos derrotas consecutivas, por evitar sin buen criterio una sola.
Al empezar la invasi¨®n, Jers¨®n era la llave para abrir el camino de Putin hacia Odesa y Transnistria, en una enorme y definitiva envolvente por el sur, que cerraba el acceso al mar y hac¨ªa inviable el r¨¦gimen de Volod¨ªmir Zelenski. Ahora, en manos de Kiev, conduce a Crimea y se?ala el punto de donde sale la secante que separa Donb¨¢s de la pen¨ªnsula. Crucial, por tanto, en un momento tambi¨¦n crucial. Con Jers¨®n en manos de Kiev empieza una nueva etapa de la guerra. O quiz¨¢s el principio del fin.
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