Venezuela negocia
El r¨¦gimen de Maduro accede a reanudar en M¨¦xico conversaciones con la oposici¨®n en un clima favorable
El Gobierno de Venezuela y la oposici¨®n tienen previsto retomar este fin de semana en M¨¦xico las negociaciones que llevan paradas casi un a?o. Es una se?al que invita al optimismo, toda vez que solo mediante el di¨¢logo el pa¨ªs podr¨¢ salir del atolladero en el que se encuentra desde hace a?os. La convulsa coyuntura internacional tras la agresi¨®n rusa a Ucrania, los cambios recientes de gobiernos a la izquierda en Am¨¦rica Latina, as¨ª como el impulso de la Administraci¨®n de Estados Unidos, han hecho m¨¢s propicio el escenario para rubricar nuevos acuerdos. En los ¨²ltimos d¨ªas, se ha conocido tambi¨¦n el respaldo al di¨¢logo por parte del ministro espa?ol de Exteriores, Jos¨¦ Manuel Albares.
El Gobierno y la oposici¨®n llegan a la capital mexicana con gran parte del trabajo hecho. Como ha de ser en unas negociaciones como estas, las conversaciones previas a cualquier pacto se han sucedido de forma discreta, acaso por primera vez en los ¨²ltimos a?os. Se han evitado las continuas acusaciones y la exhibici¨®n de unas diferencias que, por otro lado, son archiconocidas. As¨ª, llegan a la cita de la capital mexicana pr¨¢cticamente para exhibir al p¨²blico el acuerdo alcanzado ya, o al menos en estado muy avanzado. Puede entenderse tambi¨¦n como gesto con los anfitriones, que apostaron fuerte por estas conversaciones y se llevaron un jarro de agua fr¨ªa cuando el chavismo decidi¨® levantarse de la mesa tras la extradici¨®n de Alex Saab, el supuesto testaferro de Nicol¨¢s Maduro.
El alcance social de los acuerdos es tambi¨¦n relevante. Se prev¨¦ la creaci¨®n de un gran fondo de miles de millones de d¨®lares que ayude a mitigar la crisis de subsistencia que asola desde hace m¨¢s de un lustro a Venezuela. A falta de conocer los detalles del mismo y c¨®mo ser¨¢ gestionado, la expectativa favorable es en s¨ª misma positiva. En otro plano de an¨¢lisis, la oposici¨®n no pone la situaci¨®n pol¨ªtica en primer plano y el Gobierno, pese a los eufemismos ling¨¹¨ªsticos, termina por aceptar una crisis que han estado negando a toda costa. Lo m¨¢s importante es que ser¨¢ la poblaci¨®n que ha sufrido la debacle directamente la que se beneficie de las mejoras previstas y aun sin concretar en el sistema sanitario o energ¨¦tico.
La vuelta formal de las conversaciones se ha dado tambi¨¦n gracias a que, en paralelo a esta negociaci¨®n, han cambiado las relaciones entre el chavismo y Estados Unidos. Es la Administraci¨®n de Joe Biden quien puede rebajar las sanciones econ¨®micas impuestas a los jerarcas del chavismo. Adem¨¢s, tiene en sus manos facilitar la vuelta de Venezuela al mercado internacional del petr¨®leo, algo que, por otra parte, le conviene sobremanera a Estados Unidos, en la medida en que la guerra en Ucrania ha desatado una crisis energ¨¦tica mundial y alejar¨¢ a Venezuela de alianzas con Rusia, Ir¨¢n o Turqu¨ªa.
Las expectativas son favorables, pero solo son eso: se?ales, y a¨²n insuficientes. La salida a la crisis de Venezuela no llegar¨¢ hasta que en el pa¨ªs sudamericano las garant¨ªas pol¨ªticas alcancen a todos los actores, la justicia lo sea de forma integral y se ponga fin a la persecuci¨®n de quienes no piensan como Maduro y sus aliados, en un pa¨ªs que ha vivido un ¨¦xodo en los ¨²ltimos a?os de m¨¢s de siete millones de habitantes. El ¨²nico camino para llegar a ese punto democratizador es el di¨¢logo y la negociaci¨®n sin claudicaciones ni la intransigencia de otros tiempos.
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