Covid cero: ag¨ªtese con cuidado
China se dispone a convivir con el coronavirus. Ojal¨¢ no lo haga demasiado deprisa
Las protestas en las ciudades chinas han dado resultado, y el Gobierno ha liquidado la estrategia de covid cero que manten¨ªa desde el inicio de la pandemia y que ha acabado hartando a los ciudadanos con sus confinamientos f¨¦rreos y sus parones de la actividad econ¨®mica. La pol¨ªtica de covid cero se ha revelado inviable, aunque esto es mucho m¨¢s f¨¢cil de decir ahora que hace tres a?os. Consiste en aislar los focos virales aun cuando eso signifique cerrar a cal y canto una ciudad de 20 millones de habitantes y concentrar todos los recursos en localizar a los contactos de los contagiados y someterlos a cuarentenas preventivas. La ventaja es que China ha evitado millones de muertes por covid. El inconveniente es que ahora la poblaci¨®n est¨¢ mal inmunizada.
Los dem¨¢s pa¨ªses del mundo optaron por la estrategia alternativa de convivir con el virus. Esto tampoco fue una decisi¨®n f¨¢cil. El Reino Unido de Boris Johnson estuvo a punto de optar por la libre circulaci¨®n del virus desde el minuto uno de la pandemia, y los microbi¨®logos brit¨¢nicos se tuvieron que emplear a fondo para disuadirle in extremis. No era el momento de hacer eso, porque los hospitales se habr¨ªan colapsado y las cifras de muertos habr¨ªan sido inasumibles para el Gobierno. Este a?o, sin embargo, con la poblaci¨®n vacunada o inmunizada por infecci¨®n natural y unas variantes v¨ªricas m¨¢s leves, los pa¨ªses han adoptado de hecho el enfoque de la convivencia con el virus. Pero esto ha sido un proceso, como dicen los psic¨®logos. China parece tener prisa.
Los modelos epidemiol¨®gicos muestran que levantar de repente el tel¨®n de la covid cero dar¨¢ a la variante ¨®micron, que se propaga como fuego por la paja, la oportunidad de contagiar a una poblaci¨®n enorme que no ha tenido contacto con el virus ni est¨¢ vacunada y, por tanto, carece de toda inmunidad contra ¨¦l. Que ¨®micron curse con m¨¢s levedad que sus ancestros no quiere decir que nunca sea mortal, sino que lo es en menos casos. Un tsunami de contagios saturar¨¢ los hospitales de todos modos y matar¨¢ en seis meses a un mill¨®n y medio de personas.
Nueva Zelanda tambi¨¦n apost¨® por la pol¨ªtica de covid cero desde el principio, pero utiliz¨® ese tiempo robado a la pandemia para acelerar las campa?as de vacunaci¨®n y reforzar las unidades de cuidados intensivos. China no ha hecho nada de eso. La mayor parte de su poblaci¨®n est¨¢ sin vacunar, y el resto ha recibido la vacuna china, que es sub¨®ptima. Pek¨ªn se ha empe?ado en utilizar ese producto local pese a las evidencias de que funciona peor que las nuevas vacunas de ARN mensajero que se han usado en otros pa¨ªses.
Hong Kong ha aportado un experimento natural relevante a esta cuesti¨®n. La ¨®micron caus¨® un gran brote en los primeros tres meses de este a?o, la poblaci¨®n estaba vacunada poco y mal y el resultado fueron 6.000 muertos, casi todos mayores de 60 a?os. Extrapolar esas cifras a la enormidad de China produce escalofr¨ªos. Que Pek¨ªn se avenga al consenso global de convivir con el virus puede ser una buena noticia, pero un tempo apresurado puede convertirla en todo lo contrario.
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