Proteger el mercado interior

La carrera de subsidios para apoyar la transici¨®n energ¨¦tica ya est¨¢ lanzada. Tiene su lado positivo en la medida en que pa¨ªses como Estados Unidos, que hasta ahora no hab¨ªan apostado por el tr¨¢nsito hacia una econom¨ªa sin emisiones, dan por fin el paso. Pero hay muchas dudas sobre la forma en que Washington ha elegido hacerlo. En Bruselas est¨¢n convencidos de que ese camino es desleal y rompe las normas de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio. La opini¨®n sobre c¨®mo lo hace China es incluso peor, como ha dejado claro la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, en Davos. Tambi¨¦n Jap¨®n o India est¨¢n en la misma competici¨®n.

La Uni¨®n Europea debe reaccionar ante esas iniciativas. Los Veintisiete se arriesgan a perder inversiones y quedarse atr¨¢s en el momento decisivo de la revoluci¨®n digital y verde. La Comisi¨®n Europea est¨¢ preparando una respuesta que en todo caso no es f¨¢cil. Existe un alto riesgo de que la carrera global de subsidios se convierta en una carrera interna entre los pa¨ªses miembros, lo que acarrear¨ªa el riesgo mayor de una fragmentaci¨®n del mercado ¨²nico. Que Francia y Alemania puedan permitirse copar el 77% de las ayudas de Estado previstas en la UE para respaldar al sector privado en la crisis provocada por la invasi¨®n de Ucrania, cuando sus econom¨ªas apenas superan el 40% del conjunto del club comunitario, demuestra que est¨¢n justificadas las alertas que lanzan pa¨ªses como Luxemburgo, Suecia, Finlandia, Italia y tambi¨¦n Espa?a.

Bruselas ya ha anunciado las l¨ªneas b¨¢sicas de lo que pretende: rebajar las exigencias para dar subvenciones, se?alar sectores estrat¨¦gicos para la industria europea y la doble transici¨®n, dar ayudas para evitar fugas de inversiones y crear alg¨²n tipo de herramienta financiera conjunta que amortig¨¹e las desigualdades entre los Estados que tienen margen econ¨®mico para esas ayudas y los que no lo tienen. Y todo esto lo har¨¢ de forma temporal. Lo contrario puede acabar viciando la econom¨ªa: empresas subsidiadas incapaces de competir sin la ayuda p¨²blica.

No obstante, la Uni¨®n Europea deber¨ªa plantearse tambi¨¦n esta oportunidad con la ambici¨®n de modernizar su econom¨ªa. El continente se ha quedado atr¨¢s en sectores como la fabricaci¨®n de microchips y equipos electr¨®nicos o en el mundo digital. Ni una sola de las grandes redes sociales (Facebook, Twitter, TikTok, Instagram) son europeas, y tampoco los gigantes digitales lo son. Cuando Bruselas aprob¨® el a?o pasado su reglamento sobre el mercado digital, destinado a controlar a los grandes del sector, solo una empresa europea estaba afectada directamente, la alemana SAP; el resto son Microsoft, Google, Amazon, TikTok, Meta¡­ estadounidenses o chinas.

Cambiar este escenario no pasa solo por una relajaci¨®n de las ayudas de Estado y una herramienta conjunta que enjugue las diferencias de tama?o y margen fiscal de los socios comunitarios. Tambi¨¦n exige replantearse muchas de las pol¨ªticas comunes para buscar una mayor integraci¨®n que evite, como sucede ahora, que en los planes de recuperaci¨®n del Next Generation EU apenas haya proyectos transnacionales. El objetivo prioritario de la UE debe estar en competir de manera eficaz con China y Estados Unidos, no dentro del mercado ¨²nico cuando cumple con buena salud su 30? aniversario.