Respaldo a la justicia espa?ola
El tribunal de la UE desacredita el rechazo belga a la entrega de los fugitivos del ¡®proc¨¦s¡¯ y respeta las euro¨®rdenes
La justicia espa?ola, y en concreto el Tribunal Supremo, recibi¨® el martes un fuerte respaldo a su actuaci¨®n reclamando a B¨¦lgica la entrega de los fugitivos del proc¨¦s all¨ª instalados. La sentencia del Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea propina un varapalo directo al pa¨ªs centroeuropeo, por negarse (durante cinco a?os) a cumplir las ¨®rdenes de detenci¨®n tramitadas por el juez Pablo Llarena por su participaci¨®n en el proceso insurgente. Refuerza la plena vigencia de las euro¨®rdenes, al se?alar que obligan a todos y en todos los casos, salvo excepciones particularizadas y muy concretas. Y, al mismo tiempo, concede a los acusados alguna posibilidad de defensa, si bien de suerte improbable.
M¨¢s all¨¢ de las importantes cuestiones jur¨ªdicas y judiciales suscitadas, de enorme calado positivo para el futuro, de esta sentencia se infiere una evidente consecuencia pol¨ªtica: la campa?a secesionista, encabezada por el pr¨®fugo expresident Carles Puigdemont, que atac¨® las euro¨®rdenes, denigr¨® la calidad del Estado de derecho en Espa?a y compar¨® a su propio pa¨ªs con Turqu¨ªa y otras autocracias, ha fracasado.
El tribunal ha desautorizado a B¨¦lgica porque solo podr¨ªa haberse opuesto a la entrega de los fugitivos tras realizar un examen a fondo del caso ¡ªni siquiera pidi¨® la informaci¨®n pertinente¡ª y haber concluido que en Espa?a existen ¡°deficiencias sist¨¦micas en el funcionamiento del sistema judicial¡±, que ni siquiera lleg¨® a evaluar al presumir su correcci¨®n como en todo miembro de la UE, y que los encausados pudiesen sufrir vulneraciones ¡°de un modo concreto y preciso¡± en sus derechos, especialmente a ¡°un proceso equitativo¡±. Y esto ¨²ltimo, en el caso espec¨ªfico de que la persona reclamada pertenezca a un ¡°grupo objetivamente identificable¡± que careciese en la pr¨¢ctica del derecho a la tutela judicial efectiva que consagra la Constituci¨®n espa?ola.
A esta percha intenta ahora auparse la defensa de los fugitivos en dos sentidos: uno, que el Tribunal Supremo los juzg¨® en ¨²nica instancia, y no en dos como es lo habitual, salvo que, como sucedi¨®, el tribunal fuese la ¨²ltima instancia de la jerarqu¨ªa, seg¨²n reconoce el Convenio Europeo de Derechos Humanos y la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Y otro, que Puigdemont y sus colegas pertenecen a un grupo espec¨ªfico. S¨ª, al subgrupo de quienes eludieron sus responsabilidades pol¨ªticas y jur¨ªdicas. Resulta, sin embargo, que los dirigentes independentistas gozan de sus plenos derechos constitucionales (salvo condena), como confirma que uno de ellos presida la Generalitat de Catalu?a, participen en la pol¨ªtica espa?ola sin cortapisa y compartan la gobernabilidad de Espa?a a trav¨¦s de su influencia ¡ªa veces decisiva¡ª en el Congreso de los Diputados. As¨ª que el procedimiento seguir¨¢, con nuevas euro¨®rdenes y recursos. Pero estos dif¨ªcilmente tendr¨¢n demasiado recorrido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.