Inquietud por la vivienda
La subida de los precios obliga al Gobierno a tomar medidas urgentes y a consensuar pol¨ªticas p¨²blicas a largo plazo
El coste de la vivienda y las dificultades para acceder a ella son la cuarta preocupaci¨®n de los espa?oles, seg¨²n la encuesta realizada por 40dB. para EL PA?S y la cadena SER. Aunque la Constituci¨®n indica que ¡°todos los espa?oles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada¡±, lo cierto es que a buena parte de ellos les cuesta acceder, y conservar, un hogar donde vivir con unas condiciones m¨ªnimas. La vivienda es ya un quebradero de cabeza, y no solo para los j¨®venes ¡ªcasi seis de cada diez entre 18 y 24 a?os vive con sus padres¡ª, sino para las familias. El eur¨ªbor ha subido y eso se traslada a las hipotecas, con lo que crecen los que dejan de pagar una mensualidad en un a?o (4,1%). Y persiste otro grave problema: casi la mitad de los hipotecados e inquilinos dedican entre el 30% y el 50% de su sueldo a la vivienda.
La frustraci¨®n de quienes ven que les sube la hipoteca, la de los que llevan a?os sin conseguir un techo digno y la rabia de los j¨®venes que no pueden independizarse han convertido la vivienda en un terreno de intensa confrontaci¨®n pol¨ªtica, aun cuando la inquietud sea en este caso transversal y no tenga colores partidistas. La situaci¨®n del mercado dio un importante viraje ¨²ltimamente. El mejor a?o para la compraventa fue 2022: desde 2007, antes de la crisis econ¨®mica, no se alcanzaron cifras tan altas, acaso por el ahorro que las familias acumularon durante la pandemia y por una financiaci¨®n barata. Pero las cosas han cambiado con la guerra de Putin en Ucrania, y el crecimiento de la inflaci¨®n y de los tipos de inter¨¦s. Comprar es ahora m¨¢s dif¨ªcil, y a mucha gente no le queda otra que alquilar.
Y los precios de los alquileres se han disparado, sobre todo en determinados n¨²cleos urbanos. El sector alerta de que la oferta es cada vez m¨¢s reducida ¡ªmuchos propietarios desconf¨ªan, adem¨¢s, por la alarma generada en torno a las viviendas ocupadas¡ª, grandes fondos de inversi¨®n compran edificios para dedicarlos al alquiler tur¨ªstico y, sobre todo, no existe un parqu¨¦ de vivienda p¨²blica y social asequible. En Espa?a es uno de lo m¨¢s exiguos de Europa, y no puede construirse de un d¨ªa a otro. Ante esta situaci¨®n, a corto plazo son necesarias medidas para impulsar a los propietarios a alquilar sin que los precios sean prohibitivos. Establecer determinados beneficios fiscales o fijar unos topes a las subidas en las ¨¢reas tensionadas, sobre cuyos efectos reales no hay consenso, son v¨ªas que el Gobierno de coalici¨®n explora y sobre las que es necesario que ambas partes alcancen acuerdos. Algo ya se ha avanzado: los alquileres con contrato vigente solo pueden subir un 2% anual. Las soluciones m¨¢gicas no existen, pero la inacci¨®n termina erosionando la confianza ciudadana en la pol¨ªtica.
En a?o electoral resulta tentador desentenderse de los problemas. No ha sido el estilo de un Gobierno que ha mostrado sensibilidad por los m¨¢s golpeados en las sucesivas crisis con las que le ha tocado lidiar. La encuesta muestra que el partido socialista ha reducido la distancia de tres puntos porcentuales que le sacaba el PP en anteriores bar¨®metros hasta dejarla en solo seis d¨¦cimas. La vivienda exige respuestas urgentes, y no olvidar que sin pol¨ªticas a largo plazo, y sin una decidida apuesta por la oferta p¨²blica y social, los problemas est¨¢n condenados a repetirse. Durante los ¨²ltimos gobiernos del PP las partidas dedicadas a pol¨ªticas de vivienda llegaron a reducirse en un a?o a 400 millones de euros, de ah¨ª la actual debilidad de la oferta p¨²blica. El Gobierno tiene hoy presupuestados casi 3.500 millones en esta ¨¢rea, una gran parte de ellos procedentes de los fondos europeos. Hay margen de maniobra para buscar soluciones.
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