El aborto terap¨¦utico, en peligro en Per¨²
Una ley aprobada esta semana otorga derechos al feto desde la concepci¨®n. Es m¨¢s simb¨®lico que f¨¢ctico, pero el movimiento feminista y la Defensor¨ªa del Pueblo temen que acabe con la ¨²nica causa legal en el pa¨ªs
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El ala conservadora de Per¨² tiene entre ceja y ceja un mismo cometido: que un ¨®vulo reci¨¦n fecundado tenga los mismos derechos que una persona; en concreto, que los de la mujer gestante. Este mi¨¦rcoles, el Congreso de la Rep¨²blica aprob¨® el proyecto de ley 785, con 70 votos a favor y 29 en contra, que reconoce que la vida empieza en la concepci¨®n y no en el nacimiento y que un feto es beneficiario del derecho a ¡°la vida, la salud, la integridad moral, ps¨ªquica y f¨ªsica, identidad y al libre desarrollo y bienestar¡±.
Si bien estos reconocimientos ya estaban parcialmente concedidos en la Constituci¨®n y el C¨®digo Civil ¡ªcomo tambi¨¦n sucede en pa¨ªses como El Salvador, Guatemala o Rep¨²blica Dominicana¡ª, el brazo antiderechos del pa¨ªs andino se marca un tanto en la conversaci¨®n sobre el aborto, extremamente polarizada. ¡°Est¨¢n generando confusi¨®n para las mujeres que quieran acceder a este servicio¡±, explica Rossina Guerrero, directora de programas del Centro de Promoci¨®n y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos, Promsex. ¡°Es la ruta de los grupos fundamentalistas para quitarnos agencia a nosotras. Este podr¨ªa ser el primer paso para revertir el derecho a la interrupci¨®n del embarazo¡±.
La medida pone en jaque los escasos avances en materia de derechos sexuales y reproductivos en uno de los pa¨ªses sudamericanos m¨¢s restrictivos con respecto a la interrupci¨®n del embarazo, ya que reabre una discusi¨®n ya cerrada por los organismos internacionales que han expresado alto y claro que los derechos del feto no podr¨¢n ser iguales que los de las mujeres. Hace m¨¢s de una d¨¦cada que la Corte Interamericana de Derechos Humanos se pronunci¨® al respecto en Artavia Murillo vs Costa Rica, un caso sobre fecundaci¨®n in vitro. La Corte IDH fue clara: la protecci¨®n del feto ha de ser ¡°gradual e incremental y no absoluta¡±.
Sin embargo, esta norma peruana fue derivada el mi¨¦rcoles al Ejecutivo para que la observe o promulgue, antes del 18 de mayo. Si no recibe ning¨²n ¡®pero¡¯ de la presidenta, queda aprobada directamente. Carmen Cecilia Mart¨ªnez, directora de estrategias legales para la regi¨®n del Centro de Derechos Reproductivos lamenta que Per¨² se aleje de la tendencia progresista de otros pa¨ªses de la regi¨®n como Colombia, Argentina o M¨¦xico, donde el derecho del aborto es mucho m¨¢s amplio. ¡°La protecci¨®n de la vida prenatal no es absoluta, sino que debe ser siempre ponderada para no restringir o vulnerar los derechos de las personas embarazadas¡±, dice.
Aunque la medida tiene un tinte m¨¢s simb¨®lico que f¨¢ctico, para Melissa Guill¨¦n, vocera del Movimiento Manuela Ramos, las consecuencias pueden ser ¡°muy preocupantes¡±: ¡°Esto podr¨ªa confundir a las ciudadanas de a pie, que no tienen por qu¨¦ tener claros los conceptos jur¨ªdicos, e incluso abrir la puerta a que doctores, que ya se mostraban reticentes a cumplir los lineamientos sobre la interrupci¨®n del embarazo, se vean con herramientas para entorpecer los procedimientos¡±.
En Per¨², el aborto sigue siendo considerado un delito, a excepci¨®n ¨²nicamente del terap¨¦utico, es decir, cuando la vida de la madre est¨¢ en riesgo. La mayor¨ªa de veces, la implementaci¨®n ni siquiera es tangible, ya que m¨¢s del 70% de los centros de salud desconocen la existencia de la gu¨ªa t¨¦cnica de aborto terap¨¦utico y 75% del personal sanitario se ¡°autocapacit¨®¡±.
La Defensor¨ªa del Pueblo expres¨® tambi¨¦n su rechazo a la iniciativa porque ¡°incumple est¨¢ndares internacionales¡± y tambi¨¦n cuestiona el acceso a la pastilla del d¨ªa despu¨¦s, legal en el pa¨ªs, incluyendo casos de violaci¨®n sexual. Seg¨²n datos del Ministerio de Salud, en 2022 se reportaron 7.614 casos de violaciones sexuales contra ni?as y adolescentes y 1.624 nacimientos de ni?as menores de 14 a?os.
La congresista que present¨® el proyecto de ley encarna el lobby ultraconservador y religioso que persigue los derechos de las mujeres. Mar¨ªa J¨¢uregui, pastora y congresista de la bancada de Renovaci¨®n Popular, se autodenomina ¡°defensora de la vida y la familia¡± y ha liderado proyectos de ley contra el lenguaje inclusivo o la educaci¨®n sexual y otros que ped¨ªan transformar el Ministerio de la Mujer por el de la ¡°Familia y Poblaciones Vulnerables¡±. Tambi¨¦n han sido muy pol¨¦micas sus declaraciones sobre el rol de las esposas: ¡°Dios cre¨® al hombre para ser el rey, profeta y sacerdote de tu casa y ninguna mujer tiene el derecho de quit¨¢rselo¡±. ¡°El Se?or nos cre¨® para ser ayudas id¨®neas de nuestro esposo¡±, dec¨ªa en uno de sus v¨ªdeos m¨¢s virales, sujetando la Biblia.
Para Luz Patricia Mej¨ªa Guerrero, secretaria t¨¦cnica del Mecanismo de Seguimiento de la Convencio?n Bel¨¦m do Par¨¢ (Mesecvi), el precio de voces como esta en el Congreso es demasiado alto: ¡°Estos grupos antiderechos han invadido la pol¨ªtica; ocurre en toda Latinoam¨¦rica. Tienen much¨ªsima influencia por los recursos y la capacidad de llegar a espacios donde hist¨®ricamente los Estados no est¨¢n llegando; con poblaciones con poca capacidad cr¨ªtica que, adem¨¢s, son los m¨¢s afectados por pol¨ªticas invadidas de conceptos morales o religiosos¡±.
El debate que propone la antigua presidenta de la CIDH y el Mesecvi es justamente el opuesto al que se habla estos d¨ªas en Per¨²: garantizar al menos tres causales del aborto; por violaci¨®n o incesto, el terap¨¦utico o cuando la vida del feto corre peligro. ¡°El problema de estos retrocesos va mucho m¨¢s all¨¢ de lo pol¨ªtico¡±, explica Guill¨¦n. ¡°Lo que verdaderamente est¨¢ en juego es la vida de muchas mujeres¡±.
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Y una sugerencia para acabar:
? Un p¨®dcast: Juntas
Por Sally Palomino
Marcela Rojas y Adriana Gonz¨¢lez comparten su historia con la misma valent¨ªa con que hace diez a?os alzaron sus voces para luchar por el derecho al matrimonio igualitario en Colombia. Juntas se enfrentaron a las barreras de una institucionalidad que hizo todo lo posible para evitar que se casaran. Un d¨ªa antes de la boda que hab¨ªan so?ado, una llamada de la jueza que oficializar¨ªa la ceremonia las oblig¨® a poner los pies en la tierra: ¡°No vengan vestidas de novias, vengan disimuladamente, no pueden venir con su familia¡±. La advertencia ser¨ªa solo el principio de un largo camino que las puso en el centro de un debate que lleg¨® hasta la Corte Constitucional.
Las protagonistas de uno de los avances m¨¢s importantes en materia de derechos en Colombia cuentan en cuatro episodios su historia de amor y la persecuci¨®n que les cost¨® querer casarse. Juntas es un p¨®dcast de Colombia Diversa, producido por La No Ficci¨®n Agencia. Cada mi¨¦rcoles hay un nuevo cap¨ªtulo, el primero se lanz¨® el 26 de abril como parte de la celebraci¨®n por el D¨ªa de la visibilidad l¨¦sbica.
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