Un acuerdo fundamental
El pacto sobre salarios reviste una particular importancia ante la grave p¨¦rdida de poder adquisitivo de los trabajadores
Sin ruido medi¨¢tico y sin pistas visibles, el viernes los agentes sociales, sindicatos y organizaciones empresariales anunciaron un principio de acuerdo que pacta una subida salarial para el a?o 2023 de un 4% y de un 3% para los a?os 2024 y 2025, con una cl¨¢usula de revisi¨®n en el caso de que la inflaci¨®n se sit¨²e por encima de estas cifras. Por su ambici¨®n y su alcance en el tiempo, se trata de un acuerdo excepcional en un a?o de profundos desencuentros entre los agentes sociales, que hab¨ªan truncado el di¨¢logo social que tan buenos frutos dio durante la pandemia y la recuperaci¨®n. Con este anuncio, que abre la v¨ªa para la firma inminente del nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociaci¨®n Colectiva, se recupera la v¨ªa de la concertaci¨®n social que acompa?¨® varias subidas del SMI en los a?os anteriores, la puesta en marcha del sistema de ERTE y la propia reforma laboral de 2022. Ese rumbo favorable se hab¨ªa roto en los ¨²ltimos meses por la incomparecencia de las organizaciones patronales en otros importantes hitos, como la reforma de las pensiones o la actualizaci¨®n del SMI de 2023.
El acuerdo se ha trabajado con discreci¨®n para impedir que se frustrase por el camino y en s¨ª mismo tiene naturaleza orientativa. Es decir, el pacto al que han llegado sindicatos y empresarios implica que sus recomendaciones deber¨¢n plasmarse posteriormente en las negociaciones de los diferentes convenios colectivos, pero esto no debe restar valor a su papel como punto de referencia en el que anclarlas. Los salarios hab¨ªan experimentado, en 2022, una notable ca¨ªda de poder adquisitivo, cifrada por la OCDE en el 5,3%. Los convenios colectivos firmados en el primer trimestre de este a?o hab¨ªan pactado una subida del 3,06%, claramente insuficiente para frenar la p¨¦rdida de capacidad de compra. Con las nuevas orientaciones, que se prolongan hasta 2025, no solo no cede el poder adquisitivo, sino que se recuperar¨¢ una parte del ya perdido, y se sientan las bases para una negociaci¨®n m¨¢s ambiciosa en el futuro.
M¨¢s all¨¢ de su valor estrictamente laboral, este acuerdo tiene tambi¨¦n un importante valor como ejemplo de que la concertaci¨®n social, pilar indiscutible del dise?o de la pol¨ªtica sociolaboral del Gobierno, puede seguir funcionando y dotando de legitimidad a las reformas pendientes, tanto en lo que resta de la presente legislatura como ante la eventualidad de una pr¨®xima. La recuperaci¨®n del di¨¢logo social al m¨¢ximo nivel es un indicador incuestionable de calidad democr¨¢tica y no solo garantiza la estabilidad social en un a?o que ha de vivir dos importantes convocatorias electorales, sino que fortalece su papel como uno de los centros de gravedad del modelo econ¨®mico y social consagrado en la Constituci¨®n.
La negociaci¨®n global todav¨ªa no ha terminado y quedan muchos flecos por resolver, pero el acuerdo sobre la senda salarial marca el camino por el que debe transitar un reparto justo de las cargas de la actual crisis de precios, en su mayor parte decantadas del lado de los trabajadores. Los beneficios declarados por las grandes empresas pueden haber sido un factor positivo para un acuerdo que frena el potencial estallido de una conflictividad laboral que estropease esa buena marcha. Definitivamente, Espa?a funciona mejor cuando protege el di¨¢logo social y la negociaci¨®n colectiva alcanza pactos que revierten de forma directa en la mejora de las condiciones de vida de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n.
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