Vencer a Putin e ingresar en la OTAN son la misma cosa
No hay ni una sola noticia buena para el presidente de Rusia. Son malas todas las que le han ido llegando desde Vilnius, donde la Alianza se ha presentado otra vez unida y reforzada
Han pasado m¨¢s de 500 d¨ªas de guerra. No se ha roto la unidad entre los aliados. La OTAN sigue ampli¨¢ndose. Las opiniones p¨²blicas europeas tampoco flaquean, tal como demuestran los datos del ¨²ltimo Eurobar¨®metro. Los europeos mantiene muy mayoritariamente sus posiciones a favor de la ayuda militar y financiera, de la acogida de los refugiados, del ingreso de Ucrania en la UE, de la prohibici¨®n europea de los medios de comunicaci¨®n rusos controlados por el Kremlin y de la pol¨ªtica de sanciones contra Rusia.
No hay ni una sola noticia buena para Putin. Son malas todas las que le han ido llegando desde Vilnius, donde la OTAN se ha presentado otra vez unida y reforzada, todav¨ªa m¨¢s que en Madrid hace un a?o. Con un nuevo socio como Finlandia ya incorporado y otro como Suecia aceptado finalmente por Erdogan despu¨¦s de un a?o en la sala de espera. La neutralidad forzada del primero durante la entera Guerra Fr¨ªa y la hist¨®rica durante dos siglos del segundo, desde las guerras napole¨®nicas, ha terminado, de pronto y a la vez, gracias a la agresi¨®n rusa contra Ucrania. Con un vecino as¨ª, no valen bromas ni equidistancias.
El B¨¢ltico es ya un lago de la OTAN, salvo el enclave de Kaliningrado y la ciudad portuaria de San Petersburgo en el fondo del golfo de Finlandia. Las rep¨²blicas b¨¢lticas se sentir¨¢n m¨¢s seguras a partir de ahora. Suecia aporta una moderna flota submarina y una aviaci¨®n que refuerzan el flanco escandinavo y cuenta tambi¨¦n con una industria de defensa relevante. La alianza que Putin considera antirrusa, y a la que culpabiliza de la guerra, se halla m¨¢s cerca, gracias a los 1.300 kil¨®metros de frontera com¨²n nueva, y es mucho m¨¢s s¨®lida, gracias a la profundidad estrat¨¦gica que proporciona el control de la entera pen¨ªnsula escandinava, adem¨¢s de la isla de Gotland, como un enorme portaviones que vigila permanentemente las costas rusas. No quiso OTAN y ahora tiene dos tazas.
La causa de esa p¨¦sima noticia para Putin es otra mala noticia. Erdogan se aleja del Kremlin y se acerca a la Casa Blanca, despu¨¦s de a?os de distanciamiento. Junto al permiso a Suecia para que entre en la OTAN, le ha dado un par de disgustos al presidente ruso. Ha dejado en libertad a cinco comandantes ucranios de la divisi¨®n Azof, que Putin hab¨ªa soltado a petici¨®n de Erdogan, a cambio de que los mantuviera retenidos en Turqu¨ªa hasta el final de la guerra. Y ha garantizado la continuaci¨®n del tr¨¢fico de buques cerealeros por el mar Negro aunque sea bajo protecci¨®n exclusiva de la flota turca. Traducido del turco al ruso: le ha perdido el respeto a Putin.
Erdogan piensa obtener ventajas, no tan solo pol¨ªticas, sino tambi¨¦n algunas econ¨®micas que tanto necesita su pa¨ªs para combatir el d¨¦ficit p¨²blico y atraer inversiones. Se ha hecho perdonar la compra de misiles antia¨¦reos rusos S-400, incompatibles con el armamento de la OTAN, y tendr¨¢ los aviones F-16 que Washington le negaba hasta ahora. No importa si es una maniobra transaccional o una nueva etapa en la pol¨ªtica exterior turca, quiz¨¢s la tercera, despu¨¦s del islamismo democr¨¢tico y europe¨ªsta inicial y del autoritarismo neotomano de su ¨²ltima d¨¦cada. Ni siquiera importa si de verdad se abrir¨¢ la negociaci¨®n para entrar en la UE. Mejorar¨¢, en todo caso, su deteriorada relaci¨®n con Bruselas, profundizar¨¢ su uni¨®n aduanera con la UE y obtendr¨¢ ayuda financiera.
Nada le interesa tanto a Putin como una OTAN dividida y un Zelenski enojado con Biden. Las disputas aireadas sobre el camino atl¨¢ntico de Ucrania y las irritadas expresiones del presidente ucranio van a quedar en segundo plano al lado de la firme invitaci¨®n a incorporarse a la Alianza cuando termine la guerra. Junto a unas garant¨ªas de seguridad a largo plazo y un paquete de ayuda financiera y militar ¡ªunos compromisos en los que ha participado el G-7¡ª, equivalen al estatus que Estados Unidos ha ofrecido hist¨®ricamente a Israel y en alguna medida a Taiw¨¢n.
Zelenski quer¨ªa mucho m¨¢s, aunque no lo ha expresado con claridad y se ha mostrado de acuerdo con el necesario final de la guerra para el pleno ingreso. Seg¨²n algunos comentaristas ucranios, el deseo ucranio es algo parecido a la inmediata integraci¨®n del territorio ucranio bajo el paraguas de la OTAN, sin que signifique en cambio la participaci¨®n directa con tropas atl¨¢nticas sobre el terreno.
La decisi¨®n depende, finalmente, del socio m¨¢s poderoso, la Casa Blanca, cuyo compromiso con Ucrania admite pocas dudas, incluso superando las l¨ªneas rojas humanitarias del suministro de un armamento inaceptable para muchos socios europeos, como son las bombas de fragmentaci¨®n. El argumento de la prudencia no es tanto el peligro cierto que significa una escalada, como la exigencia del consenso para cualquier decisi¨®n y ampliaci¨®n. A Suecia le ha costado un a?o obtenerlo de Turqu¨ªa y todav¨ªa debe pasar por la ratificaci¨®n parlamentaria. A pesar de la disputa, es serio el compromiso atl¨¢ntico con Ucrania. Aunque Kiev quisiera leg¨ªtimamente que fuera todav¨ªa m¨¢s expl¨ªcito, en ning¨²n caso puede ser del agrado del Kremlin.
En todo este paisaje han contado los demoledores efectos del mot¨ªn de Prigozhin sobre el prestigio de Putin. Es un perdedor que ahora suscita m¨¢s repulsa que atracci¨®n, incluso en el llamado sur global. Las se?ales desfavorables llegan incluso de la India y de China. Con la desconfianza y el temor instalados en el Kremlin, la autocracia est¨¢ evolucionando hacia una direcci¨®n colectiva, el modo de funcionamiento de la c¨²pula comunista en la ¨¦poca posestalinista, tal como ha se?alado un agudo observador de la Europa exsovi¨¦tica como el b¨²lgaro Ivan Krastev (Ahora hay un Putin colectivo en el Kremlin, Financial Times, 11 de julio).
El frente militar parece estancado. No lo est¨¢ seg¨²n los ucranios. En cualquier momento empezar¨¢n a observarse los efectos. En un art¨ªculo que publica Kyiv Post (¡®En Ucrania he visto en el limbo a un pa¨ªs valiente pero destruido. Necesita un futuro. Necesita a la OTAN¡¯, 11 de julio) el historiador brit¨¢nico Timothy Garton Ash anuncia que se acerca el D¨ªa D y de ah¨ª la necesidad de una se?al contundente en favor del ingreso urgente de Ucrania en la OTAN. Cuando tal cosa suceda, ser¨¢ el momento de la victoria.
Ucrania es Europa, donde debe imperar la ley sobre la fuerza, la regla de juego aceptada por todos sobre el criterio arbitrario y con frecuencia criminal de los aut¨®cratas. La victoria es una Ucrania plenamente europea y atl¨¢ntica. Es l¨®gico que los ucranios tengan prisa. Urge la paz. Una paz justa. Todos tenemos prisa.
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