Aire abrasador
El aumento del n¨²mero y la intensidad de las olas de calor es uno de los efectos ya provocados por el cambio clim¨¢tico
Acostumbrarse a medir las temperaturas en clave de competici¨®n es la mejor evidencia de la elevaci¨®n ins¨®lita de los term¨®metros en verano. La nueva ola que padecen una parte de Espa?a y otra parte de Europa, y en particular Italia, figura en una secuencia de datos extremos que condicionan de forma directa el desarrollo de las actividades cotidianas tanto en el ¨¢mbito laboral como en el profesional y el personal. El lunes, en varias zonas de Ja¨¦n y C¨®rdoba se rozaron los 45¡ã, seg¨²n la Asociaci¨®n Meteorol¨®gica FrostSE. Este martes, toda Catalu?a, salvo Tarragona, vio restringido el acceso a m¨²ltiples espacios naturales ante el elevad¨ªsimo riesgo de incendios tras el aviso rojo de la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa (Aemet), que es el m¨¢s alto en una escala de tres. Las previsiones de temperaturas cercanas a los 42¡ã y 43¡ã se vieron superadas con un m¨¢ximo hist¨®rico en el pantano de Darnius-Boadella (Girona) de 45¡ã, y a unos pocos kil¨®metros de ah¨ª, en Figueres, el term¨®metro escal¨® hasta unos hist¨®ricos 45,3¡ã, favorecidos por condiciones de viento adversas y que hacen casi irrespirable el aire abrasador. Tambi¨¦n el mapa de avisos de Sanidad estableci¨® siete provincias con alerta roja.
M¨¢s all¨¢ de la percepci¨®n inmediata, la investigaci¨®n cient¨ªfica y los datos resultan incontrovertibles. El calor extremo registrado en Europa en el verano de 2022, que fue el m¨¢s c¨¢lido en el continente europeo desde al menos 1880, est¨¢ detr¨¢s de 61.672 muertes prematuras en 35 pa¨ªses europeos, seg¨²n un estudio de Nature Medicine. La zona mediterr¨¢nea es la afectada de forma m¨¢s directa: Italia lleg¨® a contar m¨¢s de 18.000 fallecimientos y Espa?a super¨® los 11.000 muertos: entre ambos pa¨ªses alcanzaron la mitad de las v¨ªctimas. El estudio publicado hace unos d¨ªas se?ala que la cantidad equivale a un 41% m¨¢s de fallecimientos atribuidos a las altas temperaturas medias que en los veranos del periodo comprendido entre 2015 y 2021. Cualquier previsi¨®n de que esta evoluci¨®n se frene por s¨ª sola corresponde al pensamiento m¨¢gico, y m¨¢s cuando sabemos que los efectos de los picos de calor recaen en personas de edad en las que la combinaci¨®n de diversas enfermedades, y en particular cardiovasculares, puede desencadenar un efecto fatal.
La tentaci¨®n suicida del negacionismo ante la emergencia clim¨¢tica choca contra datos inasumibles, como los del verano del pasado a?o y los que empieza a dejar este. La intensificaci¨®n del calentamiento global est¨¢ fuera de discusi¨®n y la necesidad de medidas de prevenci¨®n m¨¢s eficientes e integrales tampoco deber¨ªa ser discutible. Ni toda la poblaci¨®n tiene recursos para protegerse, ni est¨¢ preparada para soportarlas, incluso en las mejores condiciones. Seguir escuchando en plena campa?a electoral mensajes que relativizan la evidencia emp¨ªrica y cient¨ªfica no es solo descorazonador sino que hace profundamente irresponsables a quienes los profieren.
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