El ¡®Barbenheimer¡¯ de Feij¨®o o d¨®nde estuvo anoche
El l¨ªder del PP dio plant¨®n al electorado. Los votantes est¨¢n, la pol¨ªtica les interesa, pero ¨¦l pasa de ellos. Cabr¨ªa pensar que est¨¢ arrepentido, pero ya les digo yo que no. Est¨¢ feliz
Alberto N¨²?ez Feij¨®o se lio, eso est¨¢ claro. Pens¨® que la cita importante era la de ir al preestreno de ¡®Barbie¡¯, porque ¨¦l quiere estudiar un poco de feminismo y al ver una pel¨ªcula tan rosa pens¨® que ser¨ªa relevante para las mujeres. Aunque hay quien asegura que en realidad estaba en un pase VIP de ¡®Oppenheimer¡¯ para aprender de un seductor c¨®mo se puede destruir el planeta o a una porci¨®n de humanidad sin mala conciencia. Pero es mentira: la noche de marras, Feij¨®o estaba viendo el debate. Es un hecho. Quiz¨¢ no el m¨¢s veros¨ªmil de todos, pero es la verdad.
No porque quisiera ver a los contendientes, sino porque quer¨ªa ver que no estaba. ¡°No creo que fuese un debate que ofreciese a los espa?oles alguna novedad¡±, ha sentenciado. Porque, para Feij¨®o la suerte est¨¢ echada y el hecho de no estar era para ¨¦l la visi¨®n m¨¢s grandiosa de su futura victoria, el arte de ganar desde la invisibilidad. Una vuelta de tuerca: ganar un debate estando presente empieza a resultar aburrido. La gente se cansa. Una desaparici¨®n tiene m¨¢s tir¨®n. Y as¨ª, la audiencia, que no falt¨® al debate, no par¨® de preguntarse d¨®nde estaba el que faltaba.
En horario de m¨¢xima audiencia, con una media de 4,1 millones de espectadores y una cuota de pantalla del 34,6%, Feij¨®o dio plant¨®n al electorado. Los votantes est¨¢n, la pol¨ªtica les interesa, pero Feij¨®o pasa de ellos. Cabr¨ªa pensar que est¨¢ arrepentido, pero ya les digo yo que no. Feij¨®o est¨¢ feliz, convencido de que la audiencia dej¨® de escuchar a los que hablaban en el plat¨®, pues ya solo les interesaba el enorme silencio que presidi¨® la escena televisada. Lo mismo que esta ma?ana: ning¨²n columnista habla de otra cosa.
En resumen, Feij¨®o ha perpetrado un acto perfecto de anulaci¨®n pol¨ªtica: los contendientes desaparecen en la falta de presencia de Feij¨®o, hablan pero no se les escucha, y la audiencia se ha girado en el sof¨¢ ¡ªcomo si fueran los coaches de La Voz¡ª para mirarle a ¨¦l, lejos de la escena pero omnipresente. Mientras Yolanda D¨ªaz reparte su WhatsApp personal para hablar con cualquiera interesado en su programa, Feij¨®o quiere dejar claro que su poder ser¨¢ intocable, medieval, sobrenatural y absolutamente inaccesible. El plasma de Rajoy parece ahora una estratagema infantil comparada con la aureola sagrada de Feij¨®o.
No s¨¦ si pudieron sentirlo en sus casas, pero yo percib¨ª una cualidad divina recorriendo la figura del ausente, una presencia que no es solo omnipresencia sino tambi¨¦n ausencia, pues no estando es como est¨¢, y no siendo visto es como le ven sus votantes. Feij¨®o ser¨ªa, en este sentido, un candidato m¨ªstico y el origen de su poder ser¨ªa del tipo divino. Quiz¨¢s habr¨ªa que llamarlo desde ya San Feij¨®o de Os Peares, pueblo del que dice ser y donde nadie recuerda haberlo visto de rapaz, como no pod¨ªa ser de otra manera.
Claro, tambi¨¦n cabe preguntarse con qui¨¦n lo vio. La gente supondr¨¢ que con colegas, amigos o familia. Craso error. No pudo verlo con nadie porque no estaba all¨ª, sino en el plat¨®. Desde el plat¨® del que estaba ausente y omnipresente. En este sentido, su familia, amigos o colegas tambi¨¦n se reunieron en torno a una ausencia. Y as¨ª, Feij¨®o estuvo ausente de dos sitios a la vez. Hasta ahora el talento sobrenatural consist¨ªa en estar en dos sitios. Desde ahora, y gracias al candidato que se augura la victoria, consiste en estar ausente de dos sitios al mismo tiempo.
En mi opini¨®n, estas cualidades de orden sobrenatural le dan ventaja sobre sus adversarios, pero tambi¨¦n le inhabilitan. El ¨®rgano pertinente deber¨ªa excluir la carrera electoral: no es de este mundo. En todo caso, habr¨¢ que reformar la Constituci¨®n para que los partidos puedan presentar a una divinidad como candidato a la presidencia del Gobierno. O eso, o ir a votar. A lo mejor el origen del poder todav¨ªa reside en el pueblo. Y a lo mejor los ciudadanos todav¨ªa nos merecemos un respeto. Falta poco para saberlo: este domingo lo decidimos. A ver si alguien le recuerda a Feij¨®o que adem¨¢s de con Barbie y Oppenheimer tiene una cita con el electorado.
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