El ¡®feminicidio emocional¡¯, la otra crisis que afecta a las latinoamericanas
No es f¨¢cil sospechar cuando esa familiar, colega o amiga es v¨ªctima. No hay moretones visibles ni marcas en la piel que levanten alarma, pero s¨ª que hay huellas con profundas afectaciones en la salud mental, autoestima y autoconcepto
Celos disfrazados de protecci¨®n, bromas hirientes, control del tiempo, gritos y humillaciones son expresiones de un tipo de violencia de g¨¦nero que afecta masivamente a las mujeres latinoamericanas. Los datos son contundentes y muy similares. Podr¨¢n cambiar los platos t¨ªpicos o el clima de un pa¨ªs a otro, pero los efectos del machismo estructural en la regi¨®n se mantienen sin importar las fronteras.
Algunos datos para dimensionar la prevalencia de la violencia psicol¨®gica: en M¨¦xico, el 51,6% de las mujeres se reconocen como v¨ªctimas, de acuerdo con la m¨¢s reciente Encuesta Nacional sobre la Din¨¢mica de las Relaciones en los Hogares que el Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Geograf¨ªa (INEGI) present¨® en agosto de 2022; en Colombia, la corporaci¨®n Sisma Mujer tambi¨¦n la ubica en primer lugar, con 54%, y la Encuesta de la UNESCO sobre Violencia a J¨®venes en Instituciones de Educaci¨®n Superior de Am¨¦rica Latina y el Caribe, presentada apenas en marzo 2023, revel¨® que 53% de las participantes la han sufrido en su entorno escolar.
Per¨² tiene uno de los indicadores m¨¢s preocupantes de la regi¨®n, con casi seis de cada diez mujeres afectadas, seg¨²n datos abiertos del Gobierno con corte a noviembre de 2022, aunque lo supera Guatemala, con 69%, de acuerdo al An¨¢lisis R¨¢pido de G¨¦nero realizado por ONU Mujeres y Care en 2021.
Quiz¨¢ cuando leyeron algunas de las formas en que se manifiesta lleg¨® a su mente la tentaci¨®n de pensar que no es tan grave. ?Cu¨¢ntas veces lo he escuchado! Pero las agresiones de g¨¦nero son un fen¨®meno progresivo y la violencia emocional es antesala de todas las dem¨¢s, incluidas la sexual y f¨ªsica.
Adem¨¢s, las cifras oficiales nunca alcanzar¨¢n a registrar el n¨²mero de muertas en vida por el cotidiano abuso minimizado socialmente y normalizado incluso a nivel interior. Ellas, todas ellas, son v¨ªctimas de lo que llamo ¡ªcon licencia y guardadas las proporciones¡ª un ¡°feminicidio emocional¡±. ?Empezamos a hablar sobre esto?
El reto est¨¢ claro: no es f¨¢cil sospechar cuando esa familiar, colega o amiga es v¨ªctima. No hay moretones visibles ni marcas en la piel que levanten alarma, pero s¨ª que hay huellas con profundas afectaciones en la salud mental, autoestima y autoconcepto. De hecho, algunas investigaciones cient¨ªficas han demostrado que las agresiones psicol¨®gicas recurrentes son m¨¢s dif¨ªciles de sanar que el trauma f¨ªsico.
Feminicidio emocional es un concepto in¨¦dito que desarrollo y documento como parte de mi tesis doctoral en la Universidad Panamericana de M¨¦xico. No es poco pol¨¦mico: algunas veces me han cuestionado si al nombrar as¨ª los efectos de este tipo de violencia minimizo la enorme crisis feminicida que tambi¨¦n flagela a nuestros pa¨ªses. Creo lo contrario, que nos permite generar alerta respecto al riesgo que hay de no actuar a tiempo. Y con a tiempo, me refiero a desde la primera agresi¨®n.
Se trata de un asunto global y la ONU lo tiene claro en su Agenda 2030. Cada d¨ªa, 137 mujeres son asesinadas por miembros de su propia familia en todo el mundo, de acuerdo a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Baja autoestima, inseguridad y sentimientos de culpa provocados por el violentador emocional son el inicio del riesgo feminicida en los tamizajes que aplican autoridades y academia.
Aqu¨ª hay una clave para el an¨¢lisis: el cuerpo se protege a s¨ª mismo bloqueando aquello que le causa sufrimiento, es el instinto de supervivencia. Como el shock o desmayo que experimentamos ante un dolor f¨ªsico insoportable, cuando el cuerpo emocional sufre, se resguarda. Esta reacci¨®n natural combinada con los nada naturales roles y estereotipos de g¨¦nero que mandatan sumisi¨®n y buena cara a las mujeres ¡ªver Barbie, para referencias sencillas¡ª son un c¨®ctel peligroso.
Una mujer desconectada de su propio cuerpo o que no puede fijar l¨ªmites o expresar emociones juzgadas negativamente en la sociedad, como el enojo o la incomodidad, constituye una intersecci¨®n de vulnerabilidad de urgente atenci¨®n: normalicemos hablar de feminicidio emocional. ?Aunque nos digan exageradas!
Estos son nuestros art¨ªculos recomendados de la semana:
El feminismo arrasa a Rubiales
Mar¨ªa Jos¨¦ Pizarro: ¡°El Congreso de la Rep¨²blica sigue siendo un lugar inseguro para las mujeres¡±
Ang¨¦lica S¨¢nchez, jueza de Veracruz: ¡°Soy v¨ªctima de una persecuci¨®n pol¨ªtica¡±
Madres condenadas a la pena m¨¢xima en Venezuela por cr¨ªmenes que no cometieron
Ivana Huato, el caso de la joven que desapareci¨® en Ciudad de M¨¦xico y apareci¨® muerta en Tlaxcala
Clara Serra, fil¨®sofa: ¡°Apelar a los hombres es una revoluci¨®n del feminismo¡±
El teatro lleva el consentimiento sexual a juicio
Y una sugerencia para acabar:
Un podcast: ¡®Las Cabras¡¯, presentado por Ana Julia Yey¨¦
Por Almudena Barrag¨¢n
Las Cabras es un podcast narrativo para reflexionar sobre la sexualidad y la deconstrucci¨®n de la heteronormatividad con una pizca de humor. Antes llamar ¡°cabra¡± a alguien era un insulto. Hoy, en palabras del equipo detr¨¢s de este podcast, es una forma de nombrarse con orgullo. ¡°Jotos, trabas, cabros, tortilleras, machorras, maricones, chichifos, colifatos¡ cada quien elija el que m¨¢s le represente¡±, dice Ana Julia Yey¨¦, conductora del proyecto.
El proyecto ha sido creado por la productora peruana Decibelio85 y la espa?ola Podium Studios, en exclusiva para Podimo.
En cada cap¨ªtulo, se comparten historias de vida de miembros de la comunidad LGTBIQ+ con el prop¨®sito de conocer los puntos de vista de sus protagonistas y c¨®mo se enfrentaron a circunstancias de aceptaci¨®n o rechazo. En el primer episodio conoceremos a una mujer mexicana, quien despu¨¦s de casarse, ser madre y divorciarse, se reconoce como lesbiana cuando acepta que jam¨¢s olvid¨® a su primer amor. Una compa?era de la escuela de la que se enamor¨® en la primaria y con quien se reencontr¨® 30 a?os despu¨¦s. Las Cabras se convierte en un espacio ¨²nico que acepta ¡°todas las miradas¡±, como dicen sus creadores y creadoras, a trav¨¦s de relatos impregnados de amor, dolor, felicidad, de personas de todas las edades y nacionalidades.
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