Educar contra la violencia juvenil
Los abusos sexuales y los homicidios cometidos por menores crecen de forma preocupante

La memoria de la Fiscal¨ªa General del Estado relativa a 2022, presentada el jueves, constata un aumento de conductas cada vez m¨¢s violentas entre ni?os y adolescentes, hasta el punto de merecer el calificativo del fiscal general, ?lvaro Garc¨ªa Ortiz, de ¡°explosi¨®n delictiva¡±. Las cifras son preocupantes y confirman la alarma que se hab¨ªa suscitado en el ¨¢mbito educativo y en los servicios sociales. El informe recoge los casos de acoso, peleas y agresiones que han tenido trascendencia penal, pero cabe presuponer que solo son una parte de los que se producen. Los delitos m¨¢s graves, como el homicidio o el asesinato consumados o en grado de tentativa, han aumentado un 14,77% con respecto a 2021, con un total de 101 causas abiertas, el doble de las 50 registradas en 2017.
Este aumento de la violencia tiene mucho que ver con la creciente presencia de armas blancas entre los j¨®venes, lo que indica que se est¨¢n incorporando patrones propios de las maras y bandas organizadas. De hecho, la Fiscal¨ªa vincula esta situaci¨®n al ¡°auge de grupos y bandas juveniles violentas¡±, de fuerte componente identitario, que ya no se forman solo en las grandes ciudades, sino tambi¨¦n en poblaciones medianas y peque?as. Obviamente, cuantos m¨¢s j¨®venes lleven armas blancas, m¨¢s probable es que los altercados en los que participan acaben con heridos o muertos.
Dada la facilidad con la que pueden adquirirse estas armas, la Fiscal¨ªa pide un mayor control de su venta. Tambi¨¦n un mayor control policial. Pero el problema no es solo de accesibilidad, sino tambi¨¦n de cultura. Parece evidente que est¨¢ extendi¨¦ndose una forma de entender las relaciones sociales basadas en la imposici¨®n y la ley del m¨¢s fuerte. Y una cierta banalizaci¨®n de la integridad f¨ªsica y del valor de la propia vida. Habr¨¢ que dilucidar los factores que influyen en esta tendencia, pero la forma de combatirla es insistir en acciones educativas que no solo han de vehicularse a trav¨¦s del sistema escolar, sino de todos los ¨¢mbitos comunitarios. Los educadores de calle y los servicios municipales de atenci¨®n juvenil tienen un nuevo e importante papel que jugar en esta coyuntura.
Lamentablemente, el informe tambi¨¦n constata, un a?o m¨¢s, el aumento de los delitos contra la libertad sexual cometidos por menores. Los 974 procedimientos incoados suponen un ascenso del 45,80% respecto de 2021 y del 116% con respecto a cinco a?os atr¨¢s. Hay que insistir en la necesidad de que los poderes p¨²blicos aborden con mayor determinaci¨®n las carencias en la educaci¨®n sentimental y sexual de ni?os y adolescentes. Y de adoptar medidas para evitar su exposici¨®n a una pornograf¨ªa violenta y machista a la que tienen acceso desde edades cada vez m¨¢s tempranas.
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