Sorpresa con Lula: su Gobierno presenta un repunte de la corrupci¨®n, mayor que con Bolsonaro
El presidente brasile?o ha tropezado con el hecho de que las instituciones del Estado estaban dominadas por la corrupci¨®n y con las que tuvo que pactar para gobernar
El Gobierno de Lula, que lleg¨® para reparar el desastre de Jair Bolsonaro, no se resigna con el resultado reci¨¦n publicado de los ¨ªndices de corrupci¨®n registrados por la ONG de Transparencia Internacional, la m¨¢s antigua y global en la historia de la corrupci¨®n mundial. El partido de Lula, el PT, ha reaccionado con dureza e indignaci¨®n.
Seg¨²n dicha ONG, Brasil ha perdido 10 posiciones en los ¨ªndices mundiales, pasando a la posici¨®n de 104 entre 180 pa¨ªses. Aparece como uno de los pa¨ªses m¨¢s corruptos de Am¨¦rica Latina y perdi¨® 30 posiciones con relaci¨®n al ¨²ltimo a?o de Gobierno de Bolsonaro. Hoy Brasil figura en ¨ªndices de corrupci¨®n al nivel de pa¨ªses como Argelia, Serbia y Ucrania.
La BBC Brasil ha destacado siete motivos para explicar dicho descalabro en los ¨ªndices de corrupci¨®n del Gobierno como ¡°la falta de compromiso en reconstruir los sistemas y mecanismos de control de la corrupci¨®n en su primer a?o de Gobierno¡±, entre ellos, destaca, la injerencia en la autonom¨ªa de las instituciones, nombrando por ejemplo para el Supremo Tribunal a su abogado y amigo personal, Cristiano Zanin, y el no haber respetado la norma de la lista presentada por los fiscales para el nombramiento del importante cargo de fiscal general del Estado, nombrando a un cat¨®lico conservador, amigo suyo.
En su editorial del jueves pasado, el diario O Globo, alert¨® de que el aumento de los ¨ªndices de corrupci¨®n de Brasil son un riesgo, ya que ¡°aleja a los empresarios a invertir en el pa¨ªs¡±. Lula ha preferido mantener silencio ante el aumento de los ¨ªndices de corrupci¨®n y ha dejado su defensa a la presidenta de su partido, el PT, su fiel escudera, Gleisi Hoffmann, que ha llegado a acusar, justamente de corrupci¨®n, a la ONG de Transparencia Internacional. ¡°Expliquen antes (refiri¨¦ndose a los miembros de la ONG internacional) qui¨¦nes les financian, abran sus cuentas, expliquen sus negocios¡±, escribi¨® en X y a?adi¨® que se trata de un sistema de medida de la corrupci¨®n mundial ¡°donde la injusticia de la ley se aplica de acuerdo con los intereses del Gobierno y de las ¨¦lites¡±.
Quiz¨¢ la mayor dificultad para Lula la haya encontrado justamente en el tema de lucha contra la corrupci¨®n. Al contrario de sus dos gobiernos pasados, Lula ha tenido que tropezar con el hecho de que las instituciones del Estado, como el Congreso, el Poder Judicial o los gobiernos locales, estaban dominadas por la corrupci¨®n y con las que tuvo que pactar, ofreci¨¦ndoles ministerios y cargos en el Estado, para poder gobernar y aprobar algunas de sus medidas m¨¢s importantes.
Existe el peligro de que tambi¨¦n este a?o de elecciones municipales Lula tenga que cerrar los ojos al apoyar candidatos ligados a Bolsonaro o a negociar con ellos para poder elegir sus candidatos y no repetir las ¨²ltimas elecciones de 2020 en las que su partido fracas¨® abiertamente no consiguiendo conquistar un solo gobierno local importante.
Justamente la dificultad de Lula es el haberse encontrado, sea a nivel nacional o local, con el poder en manos de pol¨ªticos de la extrema derecha, con quienes necesita m¨¢s que combatirles frontalmente, negociar para ir recuperando terreno para poder llevar a cabo las reformas de fondo que desea imponer, justamente para disminuir esos ¨ªndices de corrupci¨®n que averg¨¹enzan a un pa¨ªs.
El Gobierno de Lula, como reconoce al mismo tiempo la ONG de Transparencia Internacional, ha hecho esfuerzos en el primer a?o para renovar las instituciones y las libertades civiles, as¨ª como para reforzar los mecanismos de ayuda a las clases m¨¢s necesitadas y reforzar las pol¨ªticas sociales, algo que ha sido reconocido internacionalmente.
De ah¨ª la necesidad que en este a?o Lula sepa mantener un equilibrio, para resarcirse del descalabro de dichas elecciones de 2020. Lula va a necesitar un fuerte equilibrio para poder recuperar el poder local perdido sin hacer excesivas concesiones a la extrema derecha que mantiene, justamente en ese poder local, su fuerza reaccionaria.
?Pedirle mucho? Quiz¨¢, pero si sue?a con un cuarto mandato en 2026, cuando cumpla 82 a?os, necesitar¨¢n ¨¦l y su partido en estos sus tres a?os de Gobierno m¨¢s que realizar un duelo ideol¨®gico con su antecesor Bolsonaro presentar acciones concretas de renovaci¨®n social profunda que devuelva incluso a la derecha no fascista la esperanza de un Brasil renacido de la pesadilla bolsonarista, la cual a pesar de todo, sigue viva y con aspiraciones de volver al poder.
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