?C¨®mo? ?El asesino psic¨®pata y fascista no es el bueno de la serie?

Ha vuelto The Boys y esto significa que en redes volvemos a cruzarnos con gente que se hace una pregunta que parec¨ªa resuelta: ¡°?Esta serie es una s¨¢tira de la derecha trumpista? ?Desde cu¨¢ndo?¡±.

La serie de Erik Kripke lleva cuatro temporadas utilizando a los superh¨¦roes para satirizar a la derecha estadounidense, igual que el c¨®mic de Garth Ennis en el que se basa satiriz¨® durante la primera d¨¦cada de los 2000 el neoconservadurismo de George W. Bush. No se puede decir que sea sutil: en los primeros episodios de la cuarta temporada, que acaba de comenzar, hay un juicio que recuerda al de Donald Trump y unas elecciones presidenciales como las que sufriremos en noviembre. Y en estos a?os hemos visto a conspiracionistas, agitadores, empresas que tienen m¨¢s poder que el Gobierno y que se presentan como progresistas para vender m¨¢s y, por supuesto, nazis (literalmente).

Aun as¨ª, cada a?o hay espectadores que se indignan porque la serie ya se ha vuelto irremediablemente woke, que es el adjetivo que usan para descalificar todo lo que les lleva la contraria o simplemente no les gusta. Y cada a?o llegan comentarios en Twitter de espectadores sorprendidos por lo que les parece un cambio por sorpresa en el argumento.

El personaje m¨¢s conflictivo es el de Patriota (Homelander). Muchos ven a un h¨¦roe rubio, alto y fuerte que les recuerda a una versi¨®n conservadora de Superman y del Capit¨¢n Am¨¦rica, y esperan una historia de redenci¨®n o que demuestre que todos esos cr¨ªmenes eran por el bien del pa¨ªs. A esto se suma que es un personaje interesant¨ªsimo, un producto gen¨¦tico y comercial casi perfecto, pero rot¨ªsimo por dentro. Es normal sentir fascinaci¨®n, como ocurre con los villanos de ficci¨®n bien construidos, sobre todo si se enfrentan a unos ¡°buenos¡± que tampoco es que sean unos seres puros y angelicales.

Pero, en ocasiones, esa fascinaci¨®n se ha convertido en admiraci¨®n. Por ejemplo, en 2020 y despu¨¦s del estreno de la segunda temporada, un seguidor de Trump fue disfrazado de Patriota a una manifestaci¨®n a favor del expresidente. Kripke tuite¨®: ¡°Um¡­ ?de verdad est¨¢n viendo la serie?¡±.

The Boys no es la ¨²nica comedia que se ve sometida a revisiones peri¨®dicas: otra discusi¨®n casi cl¨¢sica en Twitter es si Starship Troopers va en serio o no. La pel¨ªcula dirigida por Paul Verhoeven y estrenada en 1997 est¨¢ basada en una novela de Robert A. Heinlein en la que los humanos se enfrentan a una raza de ar¨¢cnidos alien¨ªgenas gigantes. El guion de Edward Neumeier cogi¨® los elementos militaristas de la novela para convertir la historia en una s¨¢tira contra el fascismo.

De nuevo, la pel¨ªcula es divertid¨ªsima, pero no muy sutil. Los oficiales humanos llevan uniformes sospechosamente parecidos a los de la SS, por ejemplo. Verhoeven contaba en una entrevista por el vig¨¦simo aniversario del estreno que busc¨® a actores de f¨ªsico casi perfecto para imitar la est¨¦tica de El triunfo de la voluntad, de Leni Riefenstahl (recordemos: una pel¨ªcula de propaganda nazi estrenada en 1935).

Como escrib¨ªa Umberto Eco en uno de los art¨ªculos de La estrategia de la ilusi¨®n, la principal diferencia entre lo tr¨¢gico y lo c¨®mico es que en una tragedia se menciona la regla quebrantada de forma expl¨ªcita. Por ejemplo, el adulterio y Madame Bovary. Pero en la comedia se vulneran normas que no se pueden mencionar, porque entonces se pierde la gracia. The Boys es muy bruta, pero Patriota no puede decir: ¡°Hola, soy Trump y soy malo¡±.

Es decir, de vez en cuando no pillamos el chiste. Y es algo que nos pasa a todos porque todos tenemos nuestros sesgos y puntos ciegos. Pero intentemos admitir el error y no alargarlo durante cuatro temporadas o casi 30 a?os, si es posible.