La memoria fragmentada del PP
El partido de Feij¨®o no logra resolver sus contradicciones sobre el reconocimiento de las v¨ªctimas del franquismo
El PP ha vuelto a evidenciar sus contradicciones en una cuesti¨®n en la que le cuesta ser transparente como es la consideraci¨®n hist¨®rica sobre el golpe de Estado franquista y la dictadura. Este mi¨¦rcoles, los populares enterraron con sus votos en las Cortes de Castilla y Le¨®n el proyecto de ley, llamado ¡°de concordia¡±, que registraron con Vox hace siete meses y con el que el partido ultra trata de impugnar la Ley de Memoria Democr¨¢tica estatal en aquellas comunidades donde el PP lo necesita. El lunes, en cambio, el PP se apoy¨® en los votos de Vox en el Parlamento c¨¢ntabro en la direcci¨®n contraria, la eliminaci¨®n de la ley regional de memoria, sin aclarar sus intenciones futuras.
La derogaci¨®n de las legislaciones auton¨®micas de memoria hist¨®rica y su sustituci¨®n por ¡°leyes de concordia¡± forma parte del consenso que el PP y Vox alcanzaron en seis comunidades. El partido ultra rompi¨® esos pactos en julio por el reparto de los menores migrantes. Pese a tener ya manos libres, la formaci¨®n de Feij¨®o sigue enredada en sus relaciones con Vox ¡ªy sus votantes¡ª, un partido que ha hecho del blanqueo de la dictadura uno de sus referentes, como han vuelto a mostrar esta semana sus portavoces en los debates en Cantabria y Castilla y Le¨®n.
Pese a que la Ley de Memoria Democr¨¢tica, promulgada hace casi dos a?os, tiene vigencia en toda Espa?a, las normativas regionales impulsadas por las derechas pueden retrasar o paralizar la localizaci¨®n y apertura de fosas, la principal reclamaci¨®n de los familiares de las v¨ªctimas, de avanzada edad, as¨ª como entorpecer los planes para que la represi¨®n se estudie en las escuelas.
La coherencia nacional que el PP se esfuerza en mostrar en asuntos como la financiaci¨®n auton¨®mica desaparece cuando se trata de la memoria hist¨®rica, una cuesti¨®n de humanidad. En Arag¨®n, apoya una ley humillante para las v¨ªctimas y paralizada por el Constitucional tras el recurso del Gobierno; en la Comunidad Valenciana, otra que apunta al mismo camino; en Castilla y Le¨®n da marcha atr¨¢s, probablemente tambi¨¦n lo haga en Extremadura, mientras le da p¨¢bulo en Cantabria y el PP balear ha anunciado que apoyar¨¢ la derogaci¨®n de la ley regional. Con esas idas y venidas, resulta patente que el partido de Feij¨®o lleva m¨¢s de dos a?os haciendo piruetas pol¨ªticas al son que dicta Vox sin una verdadera posici¨®n sobre este asunto. Mientras, sigue blanqueando el revisionismo de la dictadura y sus cr¨ªmenes, en contra de todo el consenso historiogr¨¢fico, y eludiendo ayudar a las v¨ªctimas.
Hace un mes, Bruselas apoy¨® por tercera vez los proyectos que busquen recordar la ¡°historia de los cr¨ªmenes totalitarios¡±. En mayo, tres relatores de la ONU alertaron de los peligros de las ¡°leyes de concordia¡±. Sobre la mesa tiene Feij¨®o argumentos y ocasiones suficientes para distanciarse de Vox de una vez y no alentar un irreflexivo revisionismo seg¨²n la conveniencia pol¨ªtica en cada lugar.
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