Feij¨®o da por amortizado a Maz¨®n
El presidente de la Comunidad Valenciana es un dirigente pol¨ªtico acabado y el l¨ªder del PP es consciente de ello. Por eso, m¨¢s que defenderle, carga contra el Gobierno
Parte de esta historia, la terrible gesti¨®n de la dana en Valencia, ya nos la cont¨® Spielberg hace casi 50 a?os. A pesar de la presencia de un gran escualo que ha devorado a una joven, el alcalde de Amity Island, un ficticio enclave en la costa de Massachusetts, se niega a cerrar las playas por miedo a perjudicar al turismo. Ignoro si Carlos Maz¨®n ha visto alguna vez Tibur¨®n. Tanto como las razones que le llevaron a afirmar, antes de un jugoso puente, que el temporal iba a disminuir de intensidad.
Maz¨®n es un dirigente pol¨ªtico acabado. Por su actitud err¨¢tica al inicio del desastre, que incluy¨® duras cr¨ªticas internas al cierre de la universidad en una reuni¨®n el martes a media ma?ana. Pero sobre todo por una alarma que lleg¨® cuando el agua ya arrasaba las calles, a pesar de que la Aemet avis¨® del peligro 12 horas antes. Hay im¨¢genes demasiado duras para que se olviden borrando un tuit.
Feij¨®o es consciente. Por eso, m¨¢s que defenderle, ha cargado contra el Gobierno con un reguero de insinuaciones que recuerdan a ese nefasto proceder del PP en casos como el Prestige o el Yak-42: sacar la calculadora para ver c¨®mo escurrir el bulto. De momento sabemos, seg¨²n cont¨® este peri¨®dico, que Maz¨®n no es ni el responsable legal del operativo al no haber declarado la ¡°emergencia catastr¨®fica¡±, seg¨²n permite su propia ley de Protecci¨®n Civil.
Hay preguntas que ni la aritm¨¦tica del presidente valenciano ni de Feij¨®o pueden responder: ?por qu¨¦ aun habiendo medios a su alcance, puestos por Interior, Defensa y otras comunidades aut¨®nomas, el Consell tard¨® 72 horas en movilizarlos? ?Por qu¨¦ incluso, como denunci¨® CC OO, ha habido medios propios infrautilizados, como los bomberos forestales?
No conocemos la respuesta a estas preguntas, pero s¨ª las consecuencias de tal demora: la l¨®gica indignaci¨®n de muchos afectados al verse abandonados en medio del fango. A pesar de que las competencias entre administraciones est¨¢n claras, nadie, como es normal, se detiene a valorarlas entre las ruinas. Y as¨ª, del ¡°Maz¨®n dimisi¨®n¡±, pasamos al ¡°todos los pol¨ªticos son iguales¡±.
Una conclusi¨®n nada inocente empujada por editoriales de medios que se han cuestionado por la ausencia del Estado cuando su l¨ªnea siempre ha sido la de abogar por la reducci¨®n de lo p¨²blico. M¨¢s lejos han llegado los agitadores de la extrema derecha, que directamente han lanzado la intoxicaci¨®n del ¡°Estado fallido¡±. Vivimos tiempos salvajes donde una banda de evasores fiscales puede socavar impunemente la democracia desde sus teclados situados en Andorra.
Todo se subcontrata, tambi¨¦n la mentira. En esta cat¨¢strofe, en el bulo del pucherazo que afect¨® a las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas o en la pandemia. Dejar a otros decir las barbaridades que t¨² no puedes decir, hundir a un Gobierno sin importar que se hundan las instituciones. La encerrona de Paiporta es el resultado de una exasperante especulaci¨®n con la ayuda, pero tambi¨¦n lo que los ultras intentaron desatar este pasado verano tras el crimen de Mocej¨®n.
Tradiciones que vienen de lejos. Esta comenz¨® el 11-M, donde para tapar las mentiras de Acebes y Aznar se puso en marcha una campa?a entre el periodismo desaprensivo y la conspiranoia. Antiguas l¨ªderes de la derecha, como Esperanza Aguirre, han compartido estos d¨ªas bulos ultras sobre la destrucci¨®n de presas, revelando, en su arrogancia, la buena salud de este matrimonio.
Lo cierto es que 7.000 militares luchan para paliar los efectos de la dana. Han llegado, como el resto de efectivos, cuando Maz¨®n lo ha solicitado. Tarde. Muchos se han preguntado por qu¨¦ el Gobierno no elev¨® la alerta al nivel 3 para tomar en exclusiva las riendas de la situaci¨®n.
Si S¨¢nchez hubiera aparecido el jueves declarando la emergencia de inter¨¦s nacional hubiera dado un golpe de efecto indudable. Pero a la gente no se la ayuda con campa?as de imagen. La cuesti¨®n, m¨¢s all¨¢ de las acusaciones de tiran¨ªa que hubieran sido esgrimidas por los mismos que denunciaron el estado de alarma, es que el Gobierno pens¨® que el traslado de competencias podr¨ªa ralentizar, a¨²n m¨¢s, las labores de rescate.
Nunca es buena idea cambiar al jinete en medio de la carrera, salvo que este cabalgue en la direcci¨®n equivocada. Que Feij¨®o haya pedido, en su declaraci¨®n de este lunes, que el Gobierno sustituya a la Generalitat en la gesti¨®n, nos confirma que Maz¨®n es para el PP una figura amortizada. Por lo que no importa su ca¨ªda si con su lentitud ha prestado su ¨²ltimo servicio a G¨¦nova arrastrando a S¨¢nchez.
Es triste tener que escribir este mapa de intereses mientras que tantas personas sufren. Pero es pueril pensar que el clima de excepcionalidad con el que la derecha decidi¨® comenzar esta legislatura, con Ferraz ardiendo, va a contar con una tregua por esta calamidad. Todo o nada, esa ha sido siempre la consigna.
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