Los c¨®mplices de Israel
El alivio de un alto el fuego no puede ocultar que toda soluci¨®n real pasa por eliminar el consentimiento de tantos pa¨ªses a los abusos llevados a cabo por los sucesivos gobiernos israel¨ªes
Trump quiere un cese de hostilidades en Oriente Pr¨®ximo y Benjam¨ªn Netanyahu parece haber calculado que le conven¨ªa conceder al nuevo presidente de Estados Unidos lo que le neg¨® al anterior. El inmenso sufrimiento humano provocado por la reacci¨®n de Israel al ataque de Ham¨¢s hace que el alto el fuego, aunque de ninguna manera pueda considerarse una paz, resulte un alivio de importancia casi indescriptible. La alegr¨ªa que por ello probar¨¢ toda persona decente no deber¨ªa, sin embargo, llevarnos a la amnesia ni distorsionar el juicio sobre los c¨®mplices de Israel en su despiadada acci¨®n b¨¦lica y en sus abusos de potencia ocupante. Si bien Estados Unidos es el principal, entre ellos figuran tambi¨¦n muchos europeos. Es importante recordarlo en estas horas y en la nueva etapa del mismo camino.
Corresponde a la justicia definir el car¨¢cter de la acci¨®n israel¨ª ¡ªgenocidio, cr¨ªmenes contra la humanidad, de guerra, etc.¡ª. Afortunadamente, hay procedimientos en marcha. La Corte Internacional de Justicia requiri¨® medidas cautelares en el caso por presunto genocidio, y ha considerado ilegal la ocupaci¨®n en una opini¨®n consultiva; el Tribunal Penal Internacional ha emitido una orden de arresto contra Netanyahu. Esto no ha podido desviar el curso de los acontecimientos, pero que la justicia avance reviste m¨¢xima importancia. Reconocido a la justicia el papel fundamental e insustituible que tiene, es no solo leg¨ªtimo sino necesario expresar juicios pol¨ªticos y morales sobre los acontecimientos. Y aunque Israel haya hecho todo lo posible para que no se sepa lo que hace ¡ªimpidiendo a los periodistas extranjeros entrar en Gaza, y matando a docenas los locales¡ª hay elementos de sobra como para conformarse una opini¨®n. El ataque de Ham¨¢s fue una intolerable barbaridad de ¨ªndole terrorista que d¨¦cadas de opresi¨®n y ocupaci¨®n ilegal israel¨ª no justifican; Israel ten¨ªa derecho a una leg¨ªtima defensa, pero respondi¨® con un castigo colectivo que se sit¨²a entre los mayores oprobios de la historia moderna, sea cual sea la definici¨®n jur¨ªdica que acaben dictaminando los jueces.
Esto solo ha sido posible con la complicidad fundamental de EE UU, proveedor esencial del armamento que habilit¨® esa acci¨®n y del amparo pol¨ªtico del veto en el Consejo de Seguridad de la ONU. Esto ser¨¢ una mancha indeleble en el legado de Joe Biden. Y conviene no hacerse ninguna ilusi¨®n con respecto a Donald Trump. Si bien es indudablemente su empuje pol¨ªtico el que ha hecho gestar la posibilidad de una tregua necesaria, poca duda cabe de que es otro c¨®mplice de Israel en los abusos que impiden toda perspectiva de paz. Basta con recordar como en su primer mandato traslad¨® la embajada de EE UU a Jerusal¨¦n. Todo apunta a que Trump seguir¨¢ avalando el anexionismo israel¨ª.
Pero, aunque de segundo orden, no decisivas, deben considerarse las complicidades europeas. Alemania contin¨²a con sus exportaciones militares a Israel (341 millones de euros en 2023, y unos 170 en 2024 hasta diciembre) y ha hecho todo lo que ha podido para frenar posiciones comunes de la UE que elevaran la presi¨®n sobre el pa¨ªs. La UE no ten¨ªa y no tendr¨¢ un peso decisivo en esa cuesti¨®n, pero es el primer socio comercial del pa¨ªs liderado por Netanyahu: pod¨ªa haber hecho cosas de peso. No se hicieron porque algunos no quisieron.
Alemania no es el ¨²nico pa¨ªs europeo que afrontar¨¢ un duro juicio de la historia en esa cuesti¨®n. Por supuesto hay que se?alar a la Hungr¨ªa de Orb¨¢n, a menudo en la min¨²scula cuadrilla que en la ONU ha defendido lo indefendible ¡ªcomo la ocupaci¨®n ilegal, que suma y sigue¡ª. Pero cabe recordar tambi¨¦n los titubeos y ambig¨¹edades de Francia, que, ante la orden de detenci¨®n contra Netanyahu, dej¨® entender que no proceder¨ªa a ella si el pol¨ªtico pisara su suelo. Alemania e Italia tambi¨¦n responden de forma ambigua y con contorsionismo (aunque Italia s¨ª ha ido resecando el flujo de suministros militares a Israel).
Tampoco deber¨ªa olvidarse la posici¨®n de Ursula von der Leyen, bien retratada con su visita de 2023 a Jerusal¨¦n, que fue probablemente una extralimitaci¨®n de sus competencias y sin duda la bandera de una posici¨®n muy escorada en favor de Israel.
Hay pa¨ªses ¡ªcomo Espa?a, B¨¦lgica o Irlanda¡ª o dirigentes que han mantenido posiciones que superan mucho mejor el juicio moral. Pero las sombras se extienden sobre muchos otros.
Israel tiene derecho a existir en seguridad. Los secuestrados deben ser devueltos y su sufrimiento, as¨ª como aquel de todos los afectados por la barbarie del 7 de octubre, debe ser objeto de insuperable empat¨ªa. El antisemitismo es una espantosa lacra que no ha sido todav¨ªa erradicada y ante la cual hay que permanecer vigilantes. Pero todo lo anterior no impide que, desde hace d¨¦cadas, Israel es un opresor sin derecho. Esa opresi¨®n ¡ªdemasiado a menudo brutalmente violenta¡ª tiene c¨®mplices que la habilitan y consienten. En Europa tambi¨¦n. El alivio de un alto al fuego es inmenso, pero toda soluci¨®n real pasa por eliminar esa habilitaci¨®n, ese consentimiento.
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