La India y Jap¨®n en la Casa Blanca
El presidente de EE UU ha dado la vuelta al tablero internacional, y Europa no sabe d¨®nde va a quedar en ¨¦l

Hagan juego, se?ores. La irrupci¨®n de Donald Trump en la Casa Blanca ha abierto la temporada de apuestas: qui¨¦n ganar¨¢ y perder¨¢ en esta etapa in¨¦dita. Sin orden ni concierto aparente, se suceden comunicados intimidantes, exigencias conminatorias, palabras que se arrojan ante los medios como bolas en la rueda de la ruleta, sin certeza de en qu¨¦ casilla caer¨¢n, ?pares o impares? Las amenazas lanzadas, ?ser¨¢n sacudidas t¨¢cticas o mamporros de largo alcance? Grandes cosas est¨¢n en juego. Nos late con fuerza el coraz¨®n ante el temor a perderlo todo: lo que queda del precario orden multilateral. Sube la adrenalina de quienes esperan importantes ganancias, las Big Tech se deleitan con avidez cuando el vicepresidente J. D. Vance alecciona con ce?o fruncido a Von der Leyen. Nos esforzamos por secuenciar una l¨®gica que introduzca la raz¨®n, nos entregamos al c¨¢lculo de posibles combinaciones cuando se anuncian planes de expansi¨®n territorial. Y aunque el sentido com¨²n nos dicte que Trump no sostendr¨¢ sus envites m¨¢s descabellados, no las tenemos todas con nosotros.
Entre las inc¨®gnitas a despejar est¨¢ el trato que recibir¨¢n los aliados, ahora en entredicho por asuntos monetarios. De entrada, destaca el protagonismo de Oriente, del Pr¨®ximo al Lejano. Los primeros mandatarios que han visitado a Trump en Washington han sido, por este orden, el primer ministro de Israel, el rey de Jordania, y los primeros ministros de Jap¨®n y la India. El encuentro de Shigeru Ishiba y Narendra Modi con Trump y la posterior rueda de prensa nos muestran c¨®mo han tratado y negociado con el at¨ªpico presidente.
Para Ishiba, esta era su primera reuni¨®n cara a cara con Trump. Las expectativas eran bajas, hab¨ªa dudas, inquietud y temor, si bien finalmente el premier sali¨® airoso del encuentro. Sus palabras reflejan este recorrido: ¡°Durante muchos a?os vi (a Trump) en la televisi¨®n, y estaba muy emocionado por ver en persona a una celebridad. En televisi¨®n da miedo¡ pero al conocerlo ha sido muy sincero y muy poderoso¡±. Los contactos entre los correspondientes ministros de Exteriores y Defensa allanaron el terreno. El resultado ha sido un intercambio transaccional de mutuo beneficio. Ishiba se comprometi¨® a reducir el super¨¢vit comercial importando recursos energ¨¦ticos de Estados Unidos y aumentar la inversi¨®n extranjera directa. Acept¨® expl¨ªcitamente la pol¨ªtica arancelaria y respondi¨® a la petici¨®n de aumentar los gastos de defensa hasta el 3% del PIB con la promesa de incrementar la capacidad militar. A cambio obtuvo la inesperada invitaci¨®n a que la acer¨ªa japonesa Nippon Steel invierta en US Steel, la sider¨²rgica norteamericana que intent¨® comprar y Joe Biden vet¨® por razones de seguridad nacional.
Tambi¨¦n fue rese?able la declaraci¨®n conjunta en la que Washington reafirma el compromiso incondicional con la defensa de Jap¨®n, ofreciendo todas las capacidades disponibles ¨Dincluida la nuclear¨D, y la ratificaci¨®n del alineamiento frente a China.
D¨ªas despu¨¦s, aterriz¨® Narendra Modi, primer ministro de la India, ¡°socio estrat¨¦gico global integral¡± de Estados Unidos, lo que no ha impedido a Trump se?alarlo como ¡°rey de los aranceles¡± y ¡°gran abus¨®n del comercio¡±. Previamente, en un gesto de anticipaci¨®n, Nueva Delhi introdujo en el presupuesto anual medidas que reducen los impuestos en beneficio de las exportaciones norteamericanas.
En la rueda de prensa conjunta se anunci¨® una agenda ambiciosa: la compra por parte de Delhi de material de defensa e hidrocarburos y la negociaci¨®n de un acuerdo de libre comercio a cerrar en oto?o, cuando Trump visite la India. Medidas que compensar¨¢n el super¨¢vit comercial de la India ¡ª43.200 millones de d¨®lares, seg¨²n el portal Statista¡ª. Tambi¨¦n abordaron la inmigraci¨®n ilegal de origen indio en Estados Unidos. Se estima que cerca de 700.000 personas indocumentadas residen en el pa¨ªs, aunque solo 18.000 han sido identificados. Modi tuvo palabras solemnes denunciando las redes de tr¨¢fico humano. Sin bien, en la pr¨¢ctica, la respuesta ha sido meramente simb¨®lica: hasta ahora, la India solo ha aceptado la repatriaci¨®n de 104 personas.
Al igual que Ishiba, Modi regal¨® los o¨ªdos de Trump. En su caso, con un curioso juego de palabras. Si Am¨¦rica es MAGA (Make America Great Again), afirm¨®, la India sigue su senda y es MIGA (Make India Great Again), y juntos forma MEGA, una mega-asociaci¨®n. Uno y otro han jugado con habilidad sus bazas. En general, han puesto de relieve el valor de sus pa¨ªses en la relaci¨®n bilateral, realizado concesiones y alineado intereses econ¨®micos y estrat¨¦gicos amplios.
Al final, las cuatro primeras visitas subrayan un arco que conecta el Indo-Pac¨ªfico (incluido EE UU) con Oriente Medio y Europa: la iniciativa del Corredor Econ¨®mico India-Oriente Medio-Europa (IMEC) aludida indirectamente por Trump. Un mega-proyecto puesto en marcha por la Administraci¨®n de Biden del que forman parte India, Jordania e Israel, y que, no lo olvidemos, tiene a la UE en su extremo final y busca contrarrestar la influencia regional de China.
En esta nueva era Trump, ?en qu¨¦ casilla terminar¨¢ la UE?
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