Los retos del Partido Conservador brit¨¢nico
Truss conf¨ªa en que la reducci¨®n de impuestos y la vuelta al conservadurismo fiscal cl¨¢sico le permita sortear el ¡°invierno del descontento¡± que se avecina. Si no lo hace, tanto su partido como el Reino Unido estar¨¢n en serios problemas
Liz Truss ha sido elegida l¨ªder del Partido Conservador brit¨¢nico y se convierte as¨ª en la ¨²ltima primera ministra de Gran Breta?a. Despu¨¦s de David Cameron, Theresa May y Boris Johnson, Truss es la cuarta primera ministra conservadora consecutiva de Gran Breta?a y la tercera mujer conservadora, despu¨¦s de su hero¨ªna Margaret Thatcher y Theresa May. Y ahora se enfrenta al conjunto de retos m¨¢s desalentadores desde que Thatcher lleg¨® al poder por primera vez, en 1979.
En las encuestas ¡ªen medio de una crisis energ¨¦tica y del coste de la vida que se intensifica r¨¢pidamente¡ª el Partido Conservador se encuentra en la v¨ªa r¨¢pida hacia una completa desaparici¨®n. Esta semana, en los sondeos, el partido obtuvo una media de apoyos de solo el 31%, que es lo que obtuvo John Major en 1997, cuando los conservadores fueron casi completamente eliminados por Tony Blair y el Nuevo Laborismo. Est¨¢ claro que los votantes est¨¢n castigando al partido en el poder por haber decidido lanzarse a un concurso de liderazgo al mismo tiempo que sus facturas de energ¨ªa, la inflaci¨®n y la exasperaci¨®n con la pol¨ªtica se disparan.
En gran medida, esto refleja que muchos votantes ya no consideran que el Partido Conservador en el poder gestione de forma competente los principales problemas de la pol¨ªtica brit¨¢nica. En cuanto a la econom¨ªa, la sanidad, el coste de la vida, la vivienda, la educaci¨®n, el desempleo e incluso los impuestos, los conservadores se sit¨²an sistem¨¢ticamente por detr¨¢s del Partido Laborista en la oposici¨®n, que apenas ha dicho nada. Esto subraya el viejo dicho: los partidos de la oposici¨®n no ganan elecciones, los gobiernos las pierden.
Los conservadores tampoco inspiran mucha confianza en los otros temas principales que ayudaron a impulsar a Boris Johnson al poder hace menos de tres a?os, con el mayor respaldo conservador en m¨¢s de 30 a?os. Sobre el Brexit, cerca del 80% de los brit¨¢nicos dicen que se est¨¢ gestionando ¡°mal¡±. Y en cuanto a la inmigraci¨®n, que se ha convertido en algo mucho m¨¢s importante para la gente a medida que el n¨²mero de peque?as embarcaciones que transportan inmigrantes ilegales a trav¨¦s del canal de la Mancha va en aumento, la mayor¨ªa de los votantes dicen que no conf¨ªan en ninguno de los grandes partidos para hacer frente al problema.
Uno de los chistes que circulan por Westminster es que Boris Johnson es el tercer primer ministro que ha sido derribado por Boris Johnson. Despu¨¦s de ayudar a derribar a su antiguo rival de Oxford, David Cameron, haciendo campa?a a favor del Brexit, y de ayudar a derribar a Theresa May haciendo campa?a en contra de un Brexit ¡°blando¡±, Johnson ha conseguido ahora derribarse a s¨ª mismo al no aportar disciplina y liderazgo al N¨²mero 10 de Downing Street.
La promesa de renovar y reformar el Reino Unido tras el Brexit se ha convertido en un esc¨¢ndalo tras otro en el N¨²mero 10. Y esto ha tenido profundas consecuencias. El realineamiento pol¨ªtico de la pol¨ªtica brit¨¢nica que encontr¨® su expresi¨®n tras el refer¨¦ndum del Brexit se est¨¢ desmoronando. Los tres grupos que fueron fundamentales para la rotunda victoria de Boris Johnson en 2019 ¡ªvotantes de clase trabajadora, personas sin t¨ªtulo universitario y pensionistas¡ª est¨¢n abandonando el partido. De hecho, los conservadores han perdido ya cerca de la mitad del apoyo de los que le votaron hace menos de tres a?os. Ha sido una clase magistral de c¨®mo perder amigos y alejar a tus principales votantes.
Al no sacar el m¨¢ximo r¨¦dito pol¨ªtico del Brexit, al aplicar una pol¨ªtica de inmigraci¨®n mucho m¨¢s liberal de lo que muchos votantes del Brexit quer¨ªan, y al no respetar el principio del ¡°juego limpio¡± y la decencia ¡ªdurante mucho tiempo centrales en la cultura brit¨¢nica¡ª, Boris Johnson ha perdido masas de apoyo en las zonas del norte, de clase trabajadora y pro-Brexit que su partido arrebat¨® a los laboristas en las ¨²ltimas elecciones.
Y ahora parece que las cosas van a empeorar. Con la previsi¨®n de que la inflaci¨®n alcance el 22% a principios de 2023, la recesi¨®n econ¨®mica que se avecina y los comentarios generalizados sobre un ¡°invierno del descontento¡± ¡ªcaracterizado por el malestar industrial, el lento crecimiento, el aumento de los precios y el mal funcionamiento de los servicios p¨²blicos¡ª hay buenas razones para preguntarse si Liz Truss disfrutar¨¢ del habitual per¨ªodo de luna de miel de los nuevos primeros ministros. Apuesta por que la reducci¨®n de impuestos y la vuelta al conservadurismo fiscal cl¨¢sico ayudar¨¢n a Gran Breta?a a salir de la crisis, a frenar la inflaci¨®n y a cambiar la suerte de su partido. Pero los principales economistas siguen siendo muy esc¨¦pticos y sostienen que sus planes no har¨¢n m¨¢s que alimentar la inflaci¨®n. Truss espera que est¨¦n equivocados y que gane su apuesta. Porque si no lo hace, tanto su partido como el pa¨ªs estar¨¢n en serios problemas.
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