La inseguridad alimentaria se agudiza en Argentina por la pandemia

A comienzos de a?o, cuando la pandemia era una noticia lejana en Argentina, 350 personas se acercaban todos los d¨ªas al comedor Los Bajitos para recibir una vianda para almorzar. En este momento, la organizaci¨®n social, ubicada en el Partido de Tigre, provincia de Buenos Aires, recibe a m¨¢s de 600 personas. ¡°Empez¨® a venir gente que nunca hab¨ªa pedido ayuda a un comedor. Por la pandemia, quedaron sin trabajo o les redujeron las horas y muchas personas no llegan con sus ingresos a comprar los alimentos. Se acercaban con verg¨¹enza y me dec¨ªan que cuando se reactivara el trabajo no iban a pedir m¨¢s asistencia alimentaria¡±, cuenta Cristina Gerez, coordinadora General de la instituci¨®n.

El aumento de la demanda en Los Bajitos no es un caso aislado. De hecho, el Gobierno argentino est¨¢ asistiendo con alimentos a 11.200.000 personas por el impacto del coronavirus en la econom¨ªa. Antes de la pandemia, ocho millones requer¨ªan ayuda. En estos meses, se invirtieron 85.000 millones de pesos argentinos (926 millones de euros, aproximadamente) en pol¨ªticas alimentarias, concentrados en los comedores y en la Tarjeta Alimentar, que fue el primer instrumento del Plan Argentina contra el hambre, promovido por el Gobierno.

Esta ¨²ltima pol¨ªtica de complemento integral alimentario para los sectores m¨¢s vulnerables se inaugur¨® a principios de a?o y est¨¢ destinada a madres de ni?os y ni?as de hasta seis a?os que reciben Asignaci¨®n Universal por Hijo (AUH), embarazadas a partir de los tres meses que perciben la Asignaci¨®n por Embarazo; y personas con discapacidad que reciben AUH. Las tarjetas son de 4.000 pesos argentinos (43 euros) para madres con un hijo y de 6.000 pesos argentinos (65 euros) para aquellas que tienen dos o m¨¢s ni?os. La directora nacional de Seguridad Alimentaria del Ministerio de Desarrollo Social, Karina Yarochevski, confirma que la Tarjeta Alimentar permiti¨® llegar a 1,5 millones de titulares y alcanz¨® a 2,8 millones de ni?os y ni?as.

Victoria Tolosa Paz, responsable del Consejo Nacional de Coordinaci¨®n de Pol¨ªticas Sociales, se?ala que este a?o hubo una transferencia in¨¦dita de recursos: ¡°La asistencia social en tiempos de pandemia fue muy importante para poder amortiguar el impacto. Los primeros meses nos abocamos a lo urgente, a que el plato de comida est¨¦. Luego, vamos a trabajar en lo que contiene el plato¡±.

¡°Es evidente que el tema alimentario antes de la pandemia ya era complejo", reconoce Sebasti¨¢n Waisgrais, especialista en Inclusi¨®n Social y Monitoreo de Unicef. "De hecho, la Tarjeta Alimentar apuntaba a reducir uno de los impactos de la pobreza en Argentina, que es la inseguridad alimentaria¡±, dice. Y agrega un dato: 8,3 millones de chicas y chicos est¨¢n en situaci¨®n de pobreza monetaria, es decir el 62,9% del total de poblaci¨®n infantil y adolescente. Y 2,4 millones se encuentran en pobreza extrema.

Cerca de 8,3 millones de chicas y chicos est¨¢n en situaci¨®n de pobreza monetaria, es decir el 62,9% del total de poblaci¨®n infantil y adolescente. Y 2,4 millones se encuentran en pobreza extrema

El aumento de la demanda de alimentos tambi¨¦n lo confirma el Banco de Alimentos de Buenos Aires, ya que se revel¨® que la entrega de productos creci¨® en un 66%. ¡°Cuando en marzo se decret¨® el aislamiento social, preventivo y obligatorio tuvimos que implementar un procedimiento de emergencia para dar de alta nuevas organizaciones. Esto quiere decir que, cuando un comedor u organizaci¨®n comunitaria nos ped¨ªa ayuda, nos contact¨¢bamos para ver las necesidades que ten¨ªa. Tambi¨¦n tuvimos que reorganizar la log¨ªstica de entrega de los alimentos. Antes, las organizaciones ven¨ªan al Banco a retirar las donaciones. Recib¨ªamos entre 40 y 45 organizaciones por d¨ªa. Con la crisis sanitaria tuvimos que ver la forma de llegar a las instituciones y evitar que se junten en el dep¨®sito¡±, cuenta Marisa Gir¨¢ldez, directora del Banco de Alimentos de Buenos Aires.

En marzo, esta entidad reparti¨® 625 toneladas de comida y en los ¨²ltimos meses 1.000 toneladas. Las instituciones vinculadas est¨¢n llegando a 570.000 personas, mientras que antes atend¨ªan 168.000 personas. ¡°Los centros comunitarios est¨¢n funcionando con una modalidad sist¨¦mica. Acercan alimento, no solo a los ni?os, sino a la familia entera¡±, comenta Gir¨¢ldez.

En el relevamiento del Banco de Alimentos de Buenos Aires, se observ¨® que de las organizaciones que mantienen la provisi¨®n de alimentos, el 70% tuvo que implementar la entrega de viandas o bolsones. Es decir, se suspendi¨® la posibilidad de comer en el comedor para evitar que se aglomerasen muchas personas.

En el caso de Los Bajitos, a las seis de la ma?ana ya empiezan a llegar las voluntarias al comedor para cocinar. A partir de las 11.30, empiezan a acercarse las familias en busca de su vianda. ¡°Cuando vienen a buscar la comida, tienen que traer un t¨¢per para que lo usemos al d¨ªa siguiente y as¨ª entregarles una nueva raci¨®n¡±, cuenta Gerez. Alrededor de las tres de la tarde se termina de realizar la entrega.

¡°Tenemos menos voluntarios que antes porque algunos son grandes y por la pandemia les ped¨ª que se quedaran en la casa. Por el aumento de la demanda tuvimos que comprar una olla nueva de 100 litros y un anafe porque no d¨¢bamos abasto. Ten¨ªamos seis hornallas, pero no nos alcanzaban. Las voluntarias empezaron a venir una hora antes para llegar con la comida de todos¡±, relata Gerez.

A la referente de Los Bajitos le preocupa que tuvieron que sacar la fruta y el pescado del men¨² porque no les alcanzaban los recursos para tanta gente. Explica: ¡°Antes trat¨¢bamos de darlo una vez por mes. Pero siendo tantos, no podemos salir de los fideos, la polenta, el arroz y la salsa. Cuesta mucho mantener el nivel nutricional. Usamos vegetales b¨¢sicos para las salsas y a veces hacemos sopa de verdura. El Estado nos dona alimentos una vez al mes, pero no alcanzan. Entre la polenta, las lentejas, los fideos y el arroz, que nos brindan, nos arreglamos por una semana. Env¨ªan 130 kilos de arroz y para una sola comida usamos 70 kilos. Tambi¨¦n tenemos donantes particulares y alguna empresa que nos ayuda¡±.

Antes trat¨¢bamos de dar pescado y fruta una vez por mes. Pero siendo tantos, no podemos salir de los fideos, la polenta, el arroz y la salsa. Cuesta mucho mantener el nivel nutricional

Para Waisgrais, la emergencia alimentaria de Argentina tiene que ver en gran parte con la calidad de los alimentos. ¡°Se consume en exceso az¨²car, hidratos de carbono, ultra procesados y alimentos secos. En general, cuesta mucho que los bolsones y viandas tengan alimentos frescos, carnes, verduras y legumbres. Venimos trabajando con otras organizaciones sociales como C¨¢ritas y La Poderosa para introducir en las donaciones alimentos de calidad. Hasta el momento, no se estuvo pensando en las necesidades nutricionales de los m¨¢s chiquitos y ellos terminan comiendo de la misma olla que los adultos¡±, se?ala. Seg¨²n datos de la Segunda Encuesta Nacional de Nutrici¨®n y Salud (ENNyS2), el 41,1 % de los chicos y adolescentes de entre 5 y 17 a?os tiene sobrepeso y obesidad en Argentina.

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