El hambre como arma de guerra
La Comisi¨®n de Derechos Humanos en Sud¨¢n del Sur denuncia que tanto el Gobierno como fuerzas de la oposici¨®n han utilizado deliberadamente la inanici¨®n de civiles como m¨¦todo de presi¨®n en pleno conflicto
Akoon trabaja en la ciudad de Aweil, en Sud¨¢n del Sur, con ni?os que sufren de desnutrici¨®n aguda. En la ciudad todos lo conocen como el ¡°m¨¦dico de la desnutrici¨®n¡±. Akoon estudi¨® en la Escuela de Aviaci¨®n de Nairobi (Kenia) y su objetivo es obtener un t¨ªtulo universitario: est¨¢ ahorrando para una licenciatura en Nutrici¨®n Humana y Diet¨¦tica con una universidad en Kenia porque quiere ayudar a la gente de su pa¨ªs.
Todas las ma?anas llega al centro de alimentaci¨®n terap¨¦utica de Gabat, en el estado de Aweil, donde se desempe?a como trabajador comunitario de nutrici¨®n para Acci¨®n Contra el Hambre (ACH), uno de los socios implementadores de Unicef. ¡°Algunos cuidadores intentan registrar a sus hijos varias veces con nombres diferentes para obtener m¨¢s alimentos terap¨¦uticos desesperados por la situaci¨®n que viven¡±, explica Akoon a Unicef.
El hambre est¨¢ siendo utilizada como arma de guerra en Sud¨¢n del Sur, as¨ª lo ha revelado el informe de la Comisi¨®n sobre los Derechos Humanos el pa¨ªs el pasado octubre. La investigaci¨®n denuncia que tanto el Gobierno como las fuerzas de la oposici¨®n han utilizado deliberadamente la inanici¨®n de civiles como m¨¦todo de guerra.
El texto cuenta c¨®mo, entre enero de 2017 y noviembre de 2018, las fuerzas gubernamentales privaron intencionadamente de recursos cr¨ªticos a las comunidades fertit y luo, que viv¨ªan bajo el control de la oposici¨®n en el estado de Bahr el Ghazal Occidental. Estos actos constituyeron un castigo colectivo para la poblaci¨®n y la inanici¨®n como m¨¦todo de guerra.
El comisionado Andrew Clapham especific¨® que los continuos ataques contra ciudades y aldeas de ese estado provocaron muertes, violaciones, destrucci¨®n, incendios intencionales y saqueos de propiedades. ¡°La inseguridad alimentaria resultante agrav¨® la inseguridad f¨ªsica, dejando a los civiles sin otra alternativa m¨¢s que huir¡±, afirma en su investigaci¨®n.
Estas violaciones formaron parte de un ataque generalizado o sistem¨¢tico dirigido contra la poblaci¨®n civil en el oeste de Bahr el Ghazal y ¡°pueden constituir cr¨ªmenes de lesa humanidad¡±, denuncia Clapham, que recuerda de su trabajo de campo especialmente una peque?a aldea, Tagoti Vimoi muy rica en agricultura, con cultivos de tomates, patatas, cereales, sorgo y man¨ª que utilizan para vender y comer el grupo ¨¦tnico Fertit. ¡°Los soldados del SPLA vestidos con uniformes verdes con la bandera de Sud¨¢n del Sur entraron en Tagoti Vimoi y se acercaron a una mujer para preguntarle d¨®nde estaba su marido. Despu¨¦s de decirle que sab¨ªan que todas estaban casadas con rebeldes, comenzaron a golpearla con sus rifles hasta que empez¨® a sangrar. Le quitaron la ropa a su beb¨¦ y, cuando vieron que era una ni?a se la devolvieron y le gritaron que la habr¨ªan matado si hubiera sido un ni?o¡±, describe Clapham durante una videollamada por Zoom.
M¨¢s de siete a?os de guerra en Sud¨¢n del Sur han convertido la vida de 4,4 millones de ni?os en una aut¨¦ntica tragedia
M¨¢s de siete a?os de guerra en Sud¨¢n del Sur han convertido la vida de 4,4 millones de ni?os en una aut¨¦ntica tragedia. Miles de ni?os han muerto o han resultado heridos desde que estall¨® el conflicto a finales de 2013. Se estima que unos 1,3 millones de menores de edad tendr¨¢n desnutrici¨®n aguda en 2021, seg¨²n relata el informe.
El impacto de estos a?os de inseguridad y revueltas no termina ah¨ª. ¡°Unos 4,1 millones de personas han tenido que huir de sus hogares a causa de la violencia. De ellas, 1,8 millones lo han hecho al interior del pa¨ªs, mientras que 2,3 millones se encuentran refugiadas en los pa¨ªses vecinos¡±, denuncia la Comisi¨®n sobre los Derechos Humanos en Sud¨¢n del Sur.
¡°Miles de ni?os han sido reclutados en las filas de fuerzas y grupos armados, y las violaciones y agresiones sexuales contra menores se multiplican por cientos¡±, afirma Lorena Cobas, responsable de emergencias en Unicef. Ocho de cada 10 habitantes de Sud¨¢n del Sur (el d¨¦cimo por la cola en el ?ndice de Desarrollo Humano) viven en ¨¢reas rurales, y la mayor¨ªa subsisten gracias a lo que cultivan, o a sus animales. La red de alerta contra la hambruna FEWS estima que los hogares que hayan conseguido cosechar algo este a?o en medio del conflicto, las inundaciones y la covid-19 habr¨¢n agotado sus existencias antes de lo normal.
En el Estado m¨¢s joven del mundo los problemas se acumulan y las inundaciones de agosto y la pandemia del coronavirus solo han empeorado las cosas. ¡°Si el conflicto se intensifica y se limita a¨²n m¨¢s el acceso humanitario, puede darse otra cat¨¢strofe si los acuerdos de paz no se aterrizan¡±, avisa Helena Sainz, responsable de emergencias en M¨¦dicos del Mundo.
Sud¨¢n del Sur logr¨® su independencia en 2011 mediante un refer¨¦ndum aprobado tras un largo conflicto con el Ej¨¦rcito sudan¨¦s. Sin embargo, solo dos a?os m¨¢s tarde se sumergi¨® en una guerra civil despu¨¦s de que el presidente Kiir acus¨® a su vicepresidente Riek Machar de organizar un golpe de Estado. Adem¨¢s de los fallecidos, cientos de miles de personas han sufrido las consecuencias de una grav¨ªsima crisis humanitaria. ¡°Las personas refugiadas y desplazadas quieren formar parte de los procesos de reconstrucci¨®n y de paz. Se aferran a este nuevo proceso con la esperanza de un Sud¨¢n del Sur pac¨ªfico¡±, afirma una portavoz de la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) en Espa?a.
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