¡°Es m¨¢s barato enviar un paquete a China que dentro de ?frica¡±
Ntombenhle Khathwane se lo jug¨® todo para fundar una empresa de cosm¨¦tica natural en Sud¨¢frica. Hoy utiliza su ¨¦xito para promover la industrializaci¨®n del continente y la emancipaci¨®n de sus mujeres
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Algo falla en el sistema econ¨®mico y comercial cuando a una empresa sudafricana le resulta m¨¢s barato mandar productos a China que a Nigeria. O cuando no hay ni una sola f¨¢brica en ?frica austral que produzca algo tan sencillo como frascos de spray. Algo falla tambi¨¦n cuando las mujeres negras sienten que deben ocultar su pelo bajo una peluca, que su piel es demasiado oscura y cuando el feminicidio se convierte en crisis nacional, como sucede en Sud¨¢frica.
Contra todo esto, y a favor de un ?frica autosuficiente e igualitaria, se levant¨® la emprendedora Ntombenhle Khathwane, cansada de ver un continente dependiente y a sus mujeres excluidas de la econom¨ªa formal, la participaci¨®n pol¨ªtica y la comunicaci¨®n de masas, desde los dibujos animados hasta la publicidad. Su herramienta es Afrobotanics, la empresa de cosm¨¦tica natural que cre¨® para demostrar que s¨ª se pueden llenar las estanter¨ªas de los supermercados con productos de calidad hechos en ?frica y pensados para la piel y el pelo de las africanas. Empez¨® de cero en 2011 y hoy vende en siete pa¨ªses de la regi¨®n, tiene una cifra de negocios de dos millones de d¨®lares y busca abrir mercados en otros continentes.
Sobre todo ello hablamos con Khathwane tras su participaci¨®n en un evento digital de ESADE sobre empresas sociales en ?frica.
Pregunta. En 2011, invirti¨® todos sus ahorros para fundar la empresa en Johannesburgo, inspirada por los cuidados naturales que su abuela le aplicaba a su pelo en Eswatini. ?Por qu¨¦ opt¨® por convertir la melena afro al natural en el estandarte de su marca?
Respuesta. Tengo una hija peque?a y la mayor parte del contenido que ve en la televisi¨®n muestra a personas que no se parecen en nada a ella. Y luego est¨¢ nuestra sociedad, que es muy patriarcal. Desde una edad temprana, las africanas sentimos que no tenemos un lugar en el mundo; que no somos importantes, por nuestra condici¨®n de mujeres y de negras. El pelo natural es un s¨ªmbolo de autoaceptaci¨®n y empoderamiento; un rechazo de la idea tan arraigada que tenemos que planchar nuestro pelo, estirarlo con productos qu¨ªmicos o esconderlo bajo pelucas para sentirnos bien.
Desde una edad temprana, las africanas sentimos que no tenemos un lugar en el mundo; que no somos importantes, por nuestra condici¨®n de mujeres y de negras
P. Usted es mujer, negra y emprendedora en Sud¨¢frica, pa¨ªs que tiene uno de los mayores ¨ªndices de desigualdad socioecon¨®mica y violencia machista del mundo ?C¨®mo fueron los inicios?
R. Complicados. Adem¨¢s de no haber incentivos para las empresas locales, la mayor¨ªa de los financiadores son hombres blancos, o sea, que no entend¨ªan de qu¨¦ les estaba hablando cuando les planteaba una l¨ªnea de productos para el cuidado del pelo afro. Algo parecido pasaba con los propietarios de cadenas comerciales: la mayor¨ªa no son ni sudafricanos ni mujeres negras y, adem¨¢s, daban por sentado que los productos no ser¨ªan de calidad. Hay tantas ideas preconcebidas¡
P. ?Prejuicios en cuanto a la capacidad de un negocio africano de crear productos con est¨¢ndares de calidad internacionales?
R. El mundo quiere nuestras materias primas, pero no cree que podamos producir nada de valor. Es desmoralizante. Nigeria exporta petr¨®leo, pero importa la gasolina. Otros pa¨ªses producen aceites de marula y karit¨¦, pero a d¨ªa de hoy no hay ni una sola empresa cosm¨¦tica africana que venda a nivel mundial. Es as¨ª en todo ?frica subsahariana. Esto tiene que cambiar.
El mundo quiere nuestras materias primas, pero no cree que podamos producir nada de valor
P. ?Qu¨¦ m¨¢s tiene que cambiar?
R. Faltan buenas redes de ferrocarril y carreteras, y todav¨ªa no est¨¢ implementado un mercado com¨²n; o sea, es dif¨ªcil comerciar libremente entre los diversos pa¨ªses africanos. Yo vendo mis productos a trav¨¦s de Internet, y me cuesta m¨¢s caro enviar un paquete de dos kilos a Botswana que a Europa. ?Incluso es m¨¢s barato mandarlo a China que a Nigeria! Estos escollos son f¨¢ciles de superar para grandes multinacionales como Coca-Cola y Unilever, pero a las start-ups africanas nos resulta muy complicado. Y luego est¨¢ la cuesti¨®n de los pagos con tarjeta.
P. ?Qu¨¦ pasa con los pagos con tarjeta?
R. En lugares como Europa hay organizaciones que recopilan datos de pago con tarjetas en los establecimientos. Como emprendedor, t¨² puedes pagar para acceder a estos datos y tener idea, por ejemplo, de qu¨¦ pinta tiene el mercado de productos de cosm¨¦tica. En ?frica esto es casi imposible, porque gran parte de las transacciones se hacen en efectivo. Si busco financiaci¨®n para expandir mi negocio a un pa¨ªs como Tanzania, por ejemplo, no puedo presentarle datos a mi banco sobre el tama?o de mi mercado all¨ª. Esto hace mucho m¨¢s complicado lograr apoyos.
P. En ?frica son muchos quienes solo manejan efectivo. ?Qu¨¦ significa esto para el desarrollo de modelos de negocio en l¨ªnea, m¨¢s en auge que nunca por la pandemia de covid-19?
R. Muchas personas no tienen tarjetas bancarias o no conf¨ªan en las compras por Internet por lo que una posibilidad ser¨ªa integrar sistemas de pago por m¨®vil como M-Pesa en las tiendas en l¨ªnea. Realizar operaciones de banca digital entre pa¨ªses sigue siendo muy complicado porque los gobiernos temen el blanqueo de dinero.
P. Los emprendedores no lo tienen nada f¨¢cil. ?Qu¨¦ le motiva a seguir adelante con su proyecto?
R. Entrar en un supermercado y ver que el 90% de los productos est¨¢n fabricados fuera de ?frica. Quiero construir un Procter&Gamble o un Unilever africanos. Quiero ver un continente que cree marcas propias con valor y que fabrique productos de calidad para la regi¨®n y el mundo. Y que las mujeres lideren este cambio.
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