Emprendedoras bajo la sombra de Estado Isl¨¢mico
Una tienda de moda en l¨ªnea, una florister¨ªa y un restaurante turco son algunos de los negocios que las mujeres j¨®venes de Mosul est¨¢n abriendo tras a?os de infierno bajo un r¨¦gimen terrorista

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La vida en Mosul, una de las ciudades m¨¢s importantes de Irak, en el norte del pa¨ªs, est¨¢ volviendo lentamente a la normalidad. Ya han pasado m¨¢s de tres a?os desde que la ciudad fue liberada del terror que implant¨® el Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s) desde que gobern¨® la ciudad entre 2014 y 2017. Despu¨¦s de las bombas, la destrucci¨®n, el miedo y la dictadura islamista radical, la ciudad ha necesitado varios a?os para recuperarse. La vida en Mosul transcurre entre innumerables checkpoints, militares, escombros y un caos formado por miles de coches circulando en todas direcciones mientras los peatones los intentan sortear. En medio de esta lenta vuelta a la normalidad han ido abriendo una serie de negocios creados por mujeres, algo impensable hace apenas unos a?os en esta ciudad conservadora y sun¨ª, en un pa¨ªs de mayor¨ªa chi¨ª.
Durante el autoproclamado califato de ISIS en Mosul, las mujeres pasaron una ¨¦poca oscura y dif¨ªcil de olvidar. El tiempo se par¨® para ellas durante tres a?os. Para las m¨¢s j¨®venes, sus estudios se paralizaron y su papel en la sociedad se reduc¨ªa a estar en casa, casarse y tener hijos. El simple hecho de ir al mercado sola supon¨ªa un peligro extremo, ya que el castigo pod¨ªa ser ir a prisi¨®n o recibir un severo correctivo traducido en latigazos, entre otros muchos riesgos. El niqab, velo que cubre todo el rostro, y el jilbab, prenda muy holgada para el cuerpo, eran obligatorios para todas. Ni siquiera sus ojos eran legales, ya que deb¨ªan utilizar una tela negra para cubrirlos bajo el niqab. Las manos tambi¨¦n deb¨ªan ser tapadas con guantes.
Despu¨¦s de este ¡°infierno¡±, como muchas de ellas lo denominan, algunas han puesto todos sus esfuerzos en llevar a cabo proyectos que siempre han querido realizar. Hiba Sabhan ha comenzado a vender vestidos que ella misma fabricaba durante aquellos a?os. Los vende a trav¨¦s de redes sociales, pero sue?a con tener un local pronto. Sahar Shakir decidi¨® abrir un bar de comida turca. Dania al Salam se arriesg¨® a montar su propia florister¨ªa y tras el ¨¦xito, en unas semanas se trasladar¨¢ a un local de mayor tama?o.
Estas son las historias de tres j¨®venes mosul¨ªes que, despu¨¦s de a?os sometidas, han decidido arriesgarse a montar un negocio y demostrar que a pesar de todo, las mujeres en Mosul tienen talento y no se rinden.
Moda y colores para olvidar el niqab
La casa de Hiba al Sabhan, en la zona nueva de Mosul, es elegante y cuidada. Su hermano Abdelrahman se encarga de atender a los invitados en el sal¨®n con ricos manjares t¨ªpicos de la zona como crema de s¨¦samo o de d¨¢tiles, acompa?ados de pan y t¨¦ azucarado. Mientras, al Sabhan se prepara y acicala; siempre le gusta estar impecable. A los pocos minutos aparece esta joven de 33 a?os cargando con varios vestidos coloridos de seda y sat¨¦n. Con uno de ellos viste a un maniqu¨ª y lo sit¨²a en una de las esquinas de la habitaci¨®n. Lejos han quedado los tiempos en los que la ¨²nica ropa que pod¨ªa utilizar para salir a la calle era el niqab, prenda que ha tirado y que le horroriza ver porque le recuerda a cuando los terroristas de ISIS se apoderaron de su ciudad. Los sue?os de esta joven licenciada en estudios ingleses por la universidad de Mosul y con un m¨¢ster en Agricultura se evaporaron durante los tres a?os de una ¨¦poca triste y gris en su ciudad. Despu¨¦s de dejar aquellos tiempos atr¨¢s, al fin ha conseguido realizar su proyecto: lanzar su colecci¨®n de moda, en l¨ªnea por el momento.
Era 2015 cuando al Sabhan descubri¨® su talento. ¡°Cuando lleg¨® ISIS a Mosul todo se par¨® por completo. Me v¨ª sola en casa, sin nada que hacer. Me daba miedo salir. Me d¨ª cuenta de que ten¨ªa talento para la moda y pens¨¦ ?por qu¨¦ no hacerlo? Entonces comenc¨¦ a fabricar vestidos a mano, desde casa¡±, explica la joven. Al Sabhan siempre tuvo la esperanza de que todo cambiar¨ªa. En junio de 2017 la ciudad fue liberada de los terroristas, pero la normalidad en la urbe todav¨ªa estaba lejos de llegar. Mosul qued¨® destrozada y en la batalla por la liberaci¨®n murieron entre 9.000 y 11.000 civiles, seg¨²n Associated Press y Amnist¨ªa Internacional. Al Sabhan y su hermano se miran y enumeran las personas que perdieron. ¡°Ahmed, Mohamed, los primos, nuestros t¨ªos... Perdimos a amigos, parientes y muchos compa?eros que huyeron y nunca volver¨¢n¡±, lamentan. Despu¨¦s de la liberaci¨®n, la joven decidi¨® irse a Erbil, capital de la regi¨®n semiaut¨®noma del Kurdist¨¢n iraqu¨ª, a algo m¨¢s de una hora de Mosul, para dar clases en el taller de moda Adam Academy.
Despu¨¦s de ganar experiencia en moda y tras a?os dise?ando y fabricando ¡°a escondidas¡±, al Sabhan se decidi¨® a finales de 2020 a lanzar la colecci¨®n de todos los vestidos que hab¨ªa hecho a trav¨¦s de sus redes sociales. ¡°Quer¨ªa mostrar al mundo que ten¨ªa talento y, la verdad, fue un ¨¦xito¡±, afirma orgullosa. Desde entonces al Sabhan est¨¢ muy solicitada, sobre todo la llaman para bodas, pero a¨²n no puede permitirse tener un local. ¡°Me gustar¨ªa tener mi propia tienda, pero desgraciadamente no tengo suficiente dinero. Ir¨¦ paso a paso¡±, explica. Al Sabhan tambi¨¦n ha incorporado a sus modelos mascarillas ¡°para concienciar¡± a la sociedad sobre su importancia en medio de la pandemia de la covid-19.
La ciudad, seg¨²n explica la joven, se ha liberado y tras unos a?os oscuros, la poblaci¨®n ha tenido una gran apertura de mente. ¡°Est¨¢ incluso mejor que antes de la ¨¦poca de Daesh, por eso hemos aprovechado ahora la oportunidad para comenzar proyectos. No es normal ver a mujeres creando negocios en Mosul. Incluso antes de ISIS las ¨²nicas que trabajaban lo hac¨ªan en la alcald¨ªa, pero no en proyectos privados¡±, argumenta.
Innovando con pasteles turcos
Fahid y Omar est¨¢n concentrados en hacer el mejor pan para sus clientes. Con traje blanco y gorro a juego parecen dos chefs de cualquier restaurante de lujo. El primero, de 26 a?os, prepara en la terraza del bar la masa de los futuros pasteles salados. El segundo, de 24, pone en marcha la m¨¢quina para hacer el sajj, un pan sin levadura, muy fino, grande y muy utilizado en la cocina turca. En unos minutos el cliente podr¨¢ probar un aut¨¦ntico pastel de cordero, pollo, patata o mozzarella t¨ªpico de cualquier rinc¨®n de Estambul, pero est¨¢n en Mosul y el peque?o local se llama Fatira ua Chai, Pastel y T¨¦, en su traducci¨®n del ¨¢rabe. La due?a de este establecimiento situado en la zona izquierda de la ciudad iraqu¨ª atravesada por el r¨ªo Tigris es Sahar Shakar. A sus 28 a?os, es licenciada en Arte por la Universidad de Mosul, trabaja en una organizaci¨®n de protecci¨®n a la infancia y combina sus estudios de una segunda carrera, de Derecho y que acabar¨¢ el a?o que viene, con la gesti¨®n de su bar turco, abierto hace 10 meses.
Lo primero que recalca Shakar desde un restaurante en Erbil es que su casa y su familia est¨¢n en Mosul, pero que reside en el Kurdist¨¢n iraqu¨ª debido a sus estudios y su trabajo. A esta ciudad lleg¨® con los suyos en 2016, despu¨¦s de dos a?os bajo el yugo de ISIS. Tras la liberaci¨®n su familia regres¨® y por eso viaja todos los fines de semana a Mosul, que seg¨²n cuenta, est¨¢ cambiando. ¡°La ciudad se est¨¢ desarrollando muy r¨¢pido y la gente ahora acepta ideas diferentes. La situaci¨®n es muy buena y las personas est¨¢n creciendo en muchos aspectos¡±, afirma la joven.
La ciudad se est¨¢ desarrollando muy r¨¢pido y la gente ahora acepta ideas diferentesSahar Shakal, empresaria
Cuando decidi¨® abrir el restaurante muchos le recomendaron que, en lugar de eso, apostara por una tienda de ropa o de maquillaje, ya que en Mosul seg¨²n explica, nunca ha sido normal que una mujer dirija este tipo de negocios. ¡°Al principio fue dif¨ªcil, pero finalmente me decid¨ª a montarlo porque ten¨ªa muchas ganas y est¨¢ yendo muy bien gracias al apoyo de los m¨ªos¡±, cuenta con una sonrisa. El propio Fahid ya suscribi¨® las palabras de la empresaria en el local hace unos d¨ªas. ¡°Llevo toda mi vida trabajando en restaurantes y nunca hab¨ªa tenido una jefa. Es extra?o en Mosul, pero Sahar es genial¡±, sostiene.
Fatira ua Chai, seg¨²n afirma Shakir, es el ¨²nico restaurante que sirve este tipo de comida turca de Mosul, por eso decidi¨® que despu¨¦s de unos a?os dif¨ªciles era el momento de montar este negocio para que los mosul¨ªes lo pudieran disfrutar. ¡°Suelen venir viajeros de diferentes zonas, por lo que ya es conocido, pero con la llegada de la pandemia hemos bajado un poco, como todos los establecimientos¡±.
La florister¨ªa de la joven Dania
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En un peque?o y ordenado local situado frente a la Universidad de Mosul se encuentra la florister¨ªa de Dania al Salam, de 26 a?os. A pesar de su juventud, est¨¢ ¡°felizmente¡± casada y embarazada. Esta emprendedora estuvo estudiando agricultura hasta la llegada de ISIS en 2014. Justo un a?o despu¨¦s decidi¨® huir junto a su madre a Erbil. Durante m¨¢s de dos a?os su vida fue ¡°muy dif¨ªcil¡±, seg¨²n explica. Tuvo que dejar su ciudad y sus amistades y compaginar sus estudios en una nueva universidad en Kirkuk, a algo m¨¢s de una hora en coche de Erbil, con un trabajo que consigui¨® en una florister¨ªa en la capital del Kurdist¨¢n iraqu¨ª, debido a la mala racha econ¨®mica de su familia por aquel entonces. La joven se aficion¨® a su nuevo oficio y un a?o despu¨¦s de que Mosul fuese liberada decidi¨® que era la hora de arriesgarse a montar su propia florister¨ªa.
¡°Aqu¨ª es muy raro que una mujer se lance a montar un negocio, pero a m¨ª desde que lo propuse siempre me ha apoyado mi gente cercana¡±, explica al Salam sonriente y sentada detr¨¢s del mostrador. La florista, que ha montado su propia tienda con sus ahorros y sin ning¨²n apoyo gubernamental, tiene un empleado, Ahmed, y abre todos los d¨ªas de la semana de 10 de la ma?ana a 10 de la noche. ¡°Yo soy de aqu¨ª y siempre he querido abrir un negocio en mi ciudad. Un negocio para los mosul¨ªes. No tengo intenci¨®n de moverme a otro lugar mientras las cosas sigan bien aqu¨ª¡±, afirma al Salam.
En la tienda se pueden conseguir gran variedad de art¨ªculos. La venta principal son las flores, pero tambi¨¦n hay bombones, carteras y muchos objetos de decoraci¨®n. ¡°Llegan todo tipo de clientes para comprar regalos para bodas, aniversarios, el d¨ªa de la madre o de San Valent¨ªn, por lo que casi siempre hay una venta diaria¡±, explica.
El negocio estaba yendo ¡°realmente bien¡±, seg¨²n cuenta, pero desde marzo, con la llegada de la pandemia y las restricciones, ha empezado a empeorar su situaci¨®n. ¡°Hemos pasado una ¨¦poca dura por el coronavirus, pero ahora la situaci¨®n est¨¢ volviendo a ser lo que era¡±, comenta. De hecho, al Salam ya est¨¢ comenzando la mudanza para mover su tienda a otro lugar. ¡°Dentro de unas semanas nos moveremos a otro local m¨¢s grande y espacioso para que nosotros podamos aumentar las ventas y los clientes se sientan m¨¢s c¨®modos¡±, zanja.
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