Un ¡®new deal¡¯ para los trabajadores informales
Es indispensable poner en marcha programas de recuperaci¨®n para los empleados en sectores no regulados, pues sufren injusticias econ¨®micas y sociales ahora exacerbadas por la covid-19. Y no solo hace falta financiaci¨®n; tambi¨¦n un cambio de mentalidad
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A principios de la d¨¦cada de 1930, el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt lanz¨® el New Deal (nuevo acuerdo, en castellano) en un intento por combatir los efectos de la Gran Depresi¨®n. El programa de est¨ªmulo econ¨®mico consist¨ªa en tres pilares principales: asistencia para los desempleados, recuperaci¨®n de la econom¨ªa y la creaci¨®n de empleos y reforma mediante nuevas reglas y programas de bienestar social.
La crisis de la covid-19 presenta una oportunidad para otro New Deal, uno que reconozca, proteja y apoye a los trabajadores informales, que componen el 61% de la fuerza de trabajo global, pero carecen de seguro de salud, baja retribuida por enfermedad o pensiones. La mayor¨ªa de ellos producen bienes esenciales como alimentos, leche, ropa, zapatos y viviendas, o prestan servicios cruciales como atenci¨®n sanitaria, cuidados infantiles y a la tercera edad, limpieza, entregas, transporte, gesti¨®n de residuos y distribuci¨®n de alimentos.
El car¨¢cter indispensable de estos trabajos, que la pandemia ha revelado con claridad, llama a una estrategia que incluya los mismos tres pilares que impuls¨® Roosevelt ¡ªasistencia, recuperaci¨®n y reforma¡ª, pero apuntando a ayudar a los trabajadores informales. Sin embargo, muchos aspectos de las medidas actuales de los gobiernos para enfrentar la pandemia los amenazan.
A principios de 2020, la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo proyect¨® que la covid-19 y los confinamientos causados por ella destruir¨ªan o afectar¨ªan los medios de vida de un 80% de la fuerza laboral informal mundial, o 1,6 mil millones de empleos. De manera similar, un estudio realizado en 12 ciudades del planeta por Mujeres en Empleos Informales. Globalizaci¨®n y Organizaci¨®n (WIEGO, por sus siglas en ingl¨¦s) concluy¨® que un 70% de los trabajadores informales encuestados tuvieron cero ingresos en los periodos de m¨¢ximo confinamiento. En consecuencia, muchos tuvieron que reducir los gastos, gastar sus ahorros, hipotecar o vender bienes y endeudarse m¨¢s, limitando as¨ª sus perspectivas de recuperaci¨®n econ¨®mica.
El estudio de la WIEGO tambi¨¦n hall¨® que las respuestas de ayuda de los gobiernos frente a la pandemia han sido d¨¦biles e inconsistentes, reflejando las brechas preexistentes en las pol¨ªticas sociales y de bienestar. Una persona que trabaja desde su casa en Pleven, Bulgaria, se?al¨® que el Gobierno hab¨ªa propuesto muchas medidas de alivio, pero no para la econom¨ªa informal. ¡°Una de las principales condiciones [para el alivio] es tener pagadas las contribuciones a la seguridad social¡± plante¨®. ¡°Muchos de nuestros miembros [de la red HomeNet de Europa del Este] no las pagan, y no recibimos ning¨²n tipo de apoyo¡±. Del mismo modo, el secretario de la Asociaci¨®n de Recicladores de Kpone, en las proximidades de Accra, capital de Ghana, dijo ¡°no haber recibido ning¨²n apoyo del Gobierno¡±.
Los gobiernos tienden a favorecer a las corporaciones y las empresas formales por sobre la econom¨ªa informal al levantar o suavizar las restricciones. Pero, ?por qu¨¦ se deber¨ªa permitir la apertura de los centros comerciales cuando los mercados callejeros no pueden hacerlo? ?Por qu¨¦ los restaurantes, pero no los vendedores callejeros, tendr¨ªan la autorizaci¨®n para usar las aceras y los aparcamientos para servir comida? Peor a¨²n, muchos gobiernos est¨¢n aprovechando la crisis de la covid-19 como pretexto para arrestar trabajadores informales, expulsarlos de las calles, vertederos y espacios p¨²blicos, y destruir sus materiales. Las autoridades tambi¨¦n est¨¢n impulsando medidas que apuntan a suprimir a este colectivo y a las actividades que les dan un sustento.
M¨¢s a¨²n, hay una creciente evidencia de que los paquetes de est¨ªmulo y los fondos de alivio de la pandemia entregados por los gobiernos est¨¢n siendo secuestrados por las elites econ¨®micas, no los desempleados o los propietarios de peque?as empresas para los que est¨¢n destinados, y mucho menos para los trabajadores informales que est¨¢n en la base de la pir¨¢mide econ¨®mica. En los Estados Unidos, las grandes corporaciones utilizaron pr¨¦stamos federales de ayudas que iban dirigidas a las peque?as empresas. En la India, las grandes empresas lograron que se subiera el umbral de inversi¨®n para las compa?¨ªas de tama?o medio, de tal modo que pudieran aprovechar los pr¨¦stamos ideados para los micro emprendimientos y las empresas de tama?o peque?o y mediano.
Un estudio del Banco Mundial publicado en febrero de 2020, justo al inicio de la pandemia, encontr¨® que hasta una sexta parte de la ayuda extranjera destinada a apoyar a los pa¨ªses m¨¢s pobres estaba yendo a cuentas bancarias en para¨ªsos fiscales. Pero las instituciones financieras y los gobiernos nacionales parecen creer que apoyar al sector corporativo privado es esencial para la recuperaci¨®n econ¨®mica, y por tanto han entregado a estas firmas miles de millones de d¨®lares para ayudarlas a continuar operando y sostener empleos durante la crisis.
La comunidad internacional tiene que reconocer que los sectores privado y p¨²blico representan en conjunto menos de la mitad de los trabajos mundiales y apenas algo menos del 20% de las unidades econ¨®micas. ?Por qu¨¦ no dar fondos de recuperaci¨®n y alivio a la amplia base de la pir¨¢mide econ¨®mica en lugar de solo a la punta, y construir as¨ª una recuperaci¨®n justa desde abajo?
El mundo se enfrenta a una crisis existencial que plantea preguntas fundamentales acerca de si poner a la gente y la naturaleza sobre los due?os del capital y la tecnolog¨ªa, y si proteger los derechos de quienes se encuentran en desventaja por los intereses de la elite pol¨ªtica y econ¨®mica. Es un momento decisivo: ?seguir¨¢ la comunidad global el llamamiento mundial a la justicia social y econ¨®mica?
Para hacer frente a las injusticias raciales y econ¨®micas expuestas y exacerbadas por la crisis del covid-19 es vital un New Deal para los trabajadores informales que confronte las narrativas predominantes que los estigmatiza como un problema. Y deber¨ªa partir de dos compromisos fundamentales que no exigen recursos financieros significativos, sino m¨¢s bien un cambio de mentalidad.
Los gobiernos deben dejar de acosar, desalojar y expropiar a los trabajadores informales cuyos sustentos se han visto amenazados durante la crisis
El primero es no hacer da?o. Los gobiernos deben dejar de acosar, desalojar y expropiar a los trabajadores informales cuyos sustentos se han visto amenazados durante la crisis. Como lamentaban muchos de ellos de todo el mundo, en los momentos ¨¢lgidos de confinamiento por la pandemia: ¡°Nos va a matar el hambre, no el virus¡±.
El segundo compromiso deber¨ªa ser ¡°nada acerca de nosotros sin nosotros¡±. Los gobiernos deben ver a los trabajadores informales como actores econ¨®micos leg¨ªtimos e invitar a sus representantes a la mesa al discutir y planificar programas de asistencia, recuperaci¨®n y reforma.
Si todos los l¨ªderes nacionales y agencias intergubernamentales respetan estos compromisos, el mundo superar¨¢ la crisis de la covid-19 de un modo que asegure un futuro mejor y m¨¢s justo para todos.
Marty Chen es asesora s¨¦nior de Mujeres en Empleos Informales: Globalizaci¨®n y Organizaci¨®n (WIEGO) y profesora de Pol¨ªticas P¨²blicas en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard.
Traducido del ingl¨¦s por David Mel¨¦ndez Tormen. Copyright: Project Syndicate, 2021.
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