Por qu¨¦ las mujeres son decisivas para erradicar la covid-19
Las africanas desempe?aron un papel fundamental en su continente para acabar con la polio. Ellas pueden ser de nuevo la llave indispensable para que los gobiernos y la comunidad m¨¦dica inmunicen a toda la poblaci¨®n contra el nuevo coronavirus
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Cuando era ni?a, Amina Ahmed ve¨ªa a su abuela, Hauwa¡¯u Musa, guiar a las mujeres en partos que duraban horas. Igual que ella, Ahmed dedic¨® a?os a perfeccionar sus capacidades como partera. Lo hizo en hogares de todos los rincones de Kano, la mayor ciudad del norte de Nigeria. ¡°Mi abuela me ense?¨® todo lo que s¨¦¡±, explica por tel¨¦fono desde su casa. ¡°Ahora, siempre que alguien est¨¢ embarazada me llama¡±.
Pero la labor de Ahmed no acaba all¨ª. Cuando una mujer da a luz, la matrona, que ahora tiene 37 a?os, acompa?a a la familia a un centro de salud local. En sus instalaciones, una enfermera administra dos gotitas de la vacuna contra la polio al reci¨¦n nacido. Una acci¨®n peque?a que, no obstante, salva vidas. La polio es una enfermedad sumamente infecciosa que puede causar par¨¢lisis y la muerte, en particular en ni?os de menos de cinco a?os.
El 25 de agosto, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) declar¨® el continente africano libre de poliomielitis por poliovirus salvaje. La victoria coronaba el mayor esfuerzo de salud p¨²blica de la historia coordinado a escala internacional. El ¨¦xito de la campa?a, que dur¨® tres d¨¦cadas, fue descrito por el director general de la organizaci¨®n, Tedros Adhanom Ghebreyesus, como ¡°uno de los mayores logros en materia de salud p¨²blica¡± de nuestros tiempos.
Los expertos afirman que la erradicaci¨®n de la polio salvaje en ?frica indica lo dif¨ªcil que puede ser frenar o eliminar una enfermedad infecciosa, una lecci¨®n que creen que resulta cada vez m¨¢s evidente a medida que el mundo se esfuerza por combatir la propagaci¨®n de la covid-19. Al cabo de m¨¢s de un a?o del comienzo de la devastadora pandemia de coronavirus, el pat¨®geno ya ha infectado a m¨¢s de 155 millones de personas en el mundo y se ha llevado m¨¢s de tres millones de vidas. Mientras los pa¨ªses se apresuran a hacerse con herramientas contra la infecci¨®n, la pregunta sigue siendo c¨®mo lograr¨¢n los Gobiernos y la comunidad m¨¦dica en general inmunizar con ¨¦xito al mundo entero.
Aprovechar el poder de las mujeres
La respuesta podr¨ªa estar, sencillamente, en las mujeres, que desempe?aron un papel fundamental en la erradicaci¨®n de la polio salvaje de ?frica. Los l¨ªderes mundiales, los cient¨ªficos y la sociedad civil pueden responder de manera m¨¢s eficaz a la covid-19 aprovechando el poder de ellas en las comunidades locales de todo el mundo, opina Sonia Bari, experta en poliomielitis de la OMS.
Hace d¨¦cadas, cada a?o, la polio por virus salvaje causaba par¨¢lisis a m¨¢s de 75.000 ni?os en todo el continente africano. En 2021, la tasa de Nigeria ?el pa¨ªs m¨¢s poblado de ?frica? sumaba m¨¢s de la mitad de los casos de todo el mundo. Mientras que Europa est¨¢ libre de polio desde 2002, y Estados Unidos desde 1979, la enfermedad sigui¨® activa en diversas zonas de ?frica hasta agosto de este a?o, y en Afganist¨¢n y Pakist¨¢n contin¨²a rebrotando hasta hoy.
Cada a?o, una variante del virus conocida como poliovirus derivado de la vacuna sigue circulando por ?frica. La causa es una cepa mutante de la dosis que se administra por v¨ªa oral contra la enfermedad. Aunque supone una amenaza, su incidencia es baja ?este a?o se han notificado 172 casos y ninguna muerte en 14 pa¨ªses?, y afecta a las zonas donde hay vac¨ªos de inmunidad.
Aun as¨ª, sin las trabajadoras sanitarias es probable que la poliomielitis fuera responsable de la muerte de miles de ni?os en ?frica cada a?o. Mujeres como Ahmed fueron esenciales: generaron confianza, ayudaron a administrar las inmunizaciones y, de resultas de ello, erradicaron la enfermedad. De puerta en puerta, cientos de miles de trabajadores de primera l¨ªnea aplicaron o ayudaron a aplicar el preparado a alrededor de 51 millones de ni?os nigerianos tan solo en un mes en 2019. La gran mayor¨ªa eran mujeres.
Apoyarse en la confianza
¡°Pudieron hacerlo porque les abr¨ªan las puertas¡±, explica Bari. ¡°En muchas comunidades, a los hombres no los habr¨ªan dejado entrar¡±. Gran parte de la labor de Ahmed consiste en convencer a los maridos de las madres primerizas de las virtudes de proteger a los hijos, no solo de la polio, sino tambi¨¦n de la tuberculosis, la hepatitis y la meningitis.
¡°Me re¨²no con ellos para charlar¡±, explica Ahmed en referencia a los hombres que parecen recelar m¨¢s. ¡°Muchas veces acceden despu¨¦s de una conversaci¨®n¡±.
Sus dudas son comprensibles. La desinformaci¨®n ha sido durante mucho tiempo un gran obst¨¢culo para los esfuerzos de inmunizaci¨®n en la zona, y en gran medida es la responsable de la persistencia de la enfermedad en Afganist¨¢n y Pakist¨¢n.
Contraer la polio salvaje conlleva riesgos enormes. A pesar de ello, los temores sobre la seguridad de la vacuna proliferaban antes de que la enfermedad se erradicase de ?frica, afirma Rose Leke, presidenta de la Comisi¨®n Regional Africana de Certificaci¨®n de la Erradicaci¨®n de la Polio de la OMS. En 2003, cuatro estados del norte de Nigeria suspendieron sus programas de inmunizaci¨®n a ra¨ªz de las afirmaciones infundadas de que la antipoliomiel¨ªtica formaba parte de un complot estadounidense para esterilizar a las mujeres musulmanas.
Disipar las ideas equivocadas
Sin embargo, las sanitarias recorrieron millones de hogares, reuniones de grupo y lugares de culto para distribuir informaci¨®n ?y disipar las ideas equivocadas? sobre la poliomielitis y la vacuna. La raz¨®n por la cual la informaci¨®n fue bien recibida era simple, explica Alice Awuor-Oyuko, una veterana asesora en materia de salud de Save the Children. Las mujeres viv¨ªan y trabajaban en sus propias comunidades, y no se las consideraba extra?as.
La informaci¨®n sobre la vacuna de la polio fue bien recibida porque las mujeres que la daban viv¨ªan en sus propias comunidades, y no se las consideraba extra?as
Ahmed cree que, a pesar de la desinformaci¨®n que sigue arrojando una sombra sobre los programas de inmunizaci¨®n, su comunidad ser¨¢ receptiva a protegerse contra la covid-19 siempre y cuando sean mujeres como ella las que ofrezcan informaci¨®n y educaci¨®n a la poblaci¨®n. ¡°La gente conf¨ªa en m¨ª¡±, explica, ¡°as¨ª que me resulta f¨¢cil convencerla¡±.
Para combatir la desinformaci¨®n en la actual era covid ser¨¢ necesario reproducir esa labor. Seg¨²n los expertos, tras haber desarrollado varias candidatas contra la covid-19, introducirla es un reto igual o mayor que el de enfrentarse a la poliomielitis salvaje, y su ¨¦xito probablemente tambi¨¦n depender¨¢ de las mujeres. Seg¨²n datos de Naciones Unidas, ellas representan el 70% del personal sanitario a nivel mundial, y en la mayor¨ªa de las zonas, el 80% de las enfermeras son mujeres. En consecuencia, probablemente ser¨¢n personas como Ahmed las que tengan que acabar con las teor¨ªas de la conspiraci¨®n en las comunidades, opina Awuor-Oyuko. ¡°Si [las trabajadoras sanitarias] no la aceptan, ser¨¢ un problema¡±, vaticina Helen Rees, directora ejecutiva del Instituto Wits de Salud Reproductiva y Sida de la Universidad del Witwatersrand en Johannesburgo. ¡°Ellas ser¨¢n el pilar de los programas de divulgaci¨®n para otros adultos¡±.
Awuor-Oyuko a?ade que tienen mucho trabajo por delante. El esfuerzo por producirlas coincidi¨® con el aumento del movimiento antivacunas en Europa y Estados Unidos. Al mismo tiempo, en el continente africano, los siglos de colonialismo, los experimentos m¨¦dicos y los recientes comentarios racistas sobre los ensayos en la poblaci¨®n africana han vuelto especialmente desconfiados a muchos habitantes de la zona.
¡°La gente tiene miedo¡±, denuncia Leke, de la OMS. ¡°[En las redes sociales] est¨¢n diciendo que no se la pongan, que van a eliminarlos¡±.
Proteger a las comunidades
Incluso antes de que hubiera un preparado disponible, las trabajadoras sanitarias como Ahmed estuvieron desempe?ando un papel fundamental para proteger a sus comunidades. En los primeros meses de la pandemia, Ahmed puso en marcha una campa?a sanitaria dirigida a educar a las familias de su ciudad en la importancia de lavarse las manos, mantener la distancia f¨ªsica y utilizar mascarilla.
¡°Les digo que la covid-19 es real y que tienen que respetar las normas¡±, explica. ¡°Igual que con la polio, ir casa por casa hablando a sus habitantes [de la situaci¨®n actual] ser¨¢ una inmensa ayuda¡±.
Su trabajo es decisivo. Se est¨¢ viendo que, una vez producida una vacuna, no est¨¢ al alcance de todo el mundo. Los profesionales m¨¦dicos coinciden en que la prioridad inmediata es inmunizar a los adultos mayores de 50 a?os, as¨ª como a los trabajadores sanitarios, los cuidadores a domicilio y otros grupos vulnerables.
Mientras el mundo espera, Ahmed seguir¨¢ con el trabajo de su vida: educar y proteger a su peque?a comunidad de Kano, una capacidad que adquiri¨® en las rodillas de su abuela. Y, cuando llegue el momento de ayudar a administrar una vacuna contra el coronavirus que salvar¨¢ vidas, ella ser¨¢ la primera de la fila.
Este art¨ªculo ha sido publicado en el marco de la asociaci¨®n entre la edici¨®n brit¨¢nica de Marie Claire, el peri¨®dico keniano The Nation y The Fuller Project.
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