C¨®mo sentar en el banquillo a los violadores de los derechos humanos
Lo primero es saber que las v¨ªctimas no se rinden. Lo segundo es que no est¨¢n solas. La clave es documentar todas las pruebas posibles. Dos expertos en Justicia Universal dialogan sobre c¨®mo llevar a criminales de lesa humanidad a los tribunales internacionales
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Tanto Almudena Bernab¨¦u, del Centro Guernica 37 para la Justicia Internacional, como Reed Brody, de Human Right Watch, tienen una larga experiencia en llevar a los culpables de cr¨ªmenes de lesa humanidad ante los tribunales. Desde Guatemala o El Salvador, Gambia, Chad o Ruanda o Siria, la persistencia de las v¨ªctimas de estos cr¨ªmenes, ¡°v¨ªctimas activas¡± siempre, como aclara Bernab¨¦u, puede encontrar la colaboraci¨®n de organizaciones y abogados dispuestos a acompa?arles.
Los dos expertos sostuvieron un di¨¢logo, este pasado 5 de mayo, organizado por la Coalici¨®n por la Justicia en Nicaragua, en la plataforma del medio digital Divergentes. Moderado por Carlos Dada, periodista salvadore?o de El Faro, se abord¨® desde el inicio la cuesti¨®n m¨¢s dif¨ªcil: el tiempo de espera.
Como el propio Dada coment¨®, recientemente han dado inicio las audiencias por la masacre del Mozote, un ataque de los militares salvadore?os que dej¨® cerca de 1.000 v¨ªctimas civiles. El asunto es que sucedi¨® hace, nada m¨¢s y nada menos, que 40 a?os. Igualmente, los asesinatos cometidos contra los jesuitas espa?oles y dos mujeres de la Universidad Centroamericana fueron juzgados recientemente en Espa?a, 30 a?os despu¨¦s. Sin duda, es un plazo demasiado largo para los que esperan justicia.
Bernab¨¦u, que llev¨® el caso de los jesuitas, coment¨® acerca de las dos caras de esta moneda del tiempo. Reconoci¨® que la justicia debe darse con m¨¢s prontitud, ¡°si no, se pierde parte de su calidad y su sentido¡± y, adem¨¢s, record¨® que no se debe sustituir la aplicaci¨®n de justicia sobre cr¨ªmenes de lesa humanidad por otras iniciativas como la creaci¨®n de comisiones de la verdad, ¡°porque eso no transforma ni resuelve las inequidades que generan las violaciones de derechos humanos¡±. No les rest¨® valor simb¨®lico a esas iniciativas, pero enfatiz¨® en la necesidad de hacer justicia. ¡°He conocido a personas que han sufrido la revictimizaci¨®n a causa de la complejidad de estos procesos, pero, aun as¨ª, nunca he conocido a v¨ªctimas que se hayan rendido. Jam¨¢s¡±. Las v¨ªctimas son reivindicativas, subraya Bernab¨¦u, ¡°siempre van a estar ah¨ª¡±, y esa insistencia es la que da fuerza a esta abogada, experta en derechos humanos.
Los asesinatos cometidos contra los jesuitas espa?oles y dos mujeres de la Universidad Centroamericana fueron juzgados recientemente en Espa?a, 30 a?os despu¨¦s. Sin duda, un plazo demasiado largo para los que esperan justicia
La parte positiva es que el tiempo ofrece algunas oportunidades: ¡°Por un lado, los criminales se relajan, conf¨ªan en su impunidad, empiezan a viajar; por otro, se pueden recabar m¨¢s pruebas con las que fundamentar el caso, explic¨® Bernab¨¦u¡±. Al respecto, Brody apunt¨® que la documentaci¨®n de los casos puede parecer una tarea, a veces, desalentadora, pero tarde o temprano da sus frutos. Record¨® el caso Pinochet. El director jur¨ªdico del arzobispado de Santiago de Chile, quien hab¨ªa documentado muchos casos de violaciones de derechos humanos en aquel pa¨ªs, hab¨ªa interpuesto m¨¢s de 1.000 habeas corpus y no hab¨ªa prosperado ninguno. Al cabo de 20 a?os, ¨¦l estuvo en Londres, viendo a Pinochet en el banco de los acusados. ¡°Entonces comprendi¨® por qu¨¦ hab¨ªa hecho todo ese trabajo¡±, coment¨® Brody. Tambi¨¦n mencion¨® el caso del abogado Alain Werner, que ha radiografiado los cr¨ªmenes cometidos en Liberia y ha abierto varios casos contra los criminales de Liberia que se encuentran en diferentes pa¨ªses.
El papel de la movilizaci¨®n y organizaci¨®n de las v¨ªctimas y sus allegados es el motor de todo. Y, en segundo lugar, dijo Brody, ¡°la documentaci¨®n de los cr¨ªmenes, la informaci¨®n sobre las cadenas de mando del sistema que los perpetr¨®¡±.
Los expertos abordaron preguntas espec¨ªficas de una nutrida asistencia, muchos de los cuales estaban interesados en los cr¨ªmenes cometidos en Nicaragua durante la represi¨®n a partir de abril de 2018. ?Qu¨¦ requisitos se tienen que dar para que un presunto criminal pueda ser llevado a la Justicia Universal?
Normalmente, hay dos condiciones para ello. En primer lugar, seg¨²n aclararon los expertos, una vez que est¨¢ claro que se trata de un crimen de lesa humanidad, el pa¨ªs donde se encuentra el perpetrador debe recoger en su legislaci¨®n nacional el principio de justicia universal. Otra posibilidad es que sea una de las v¨ªctimas la que tenga la nacionalidad de un pa¨ªs que aplica la justicia universal, seg¨²n explic¨® Bernab¨¦u. Por ejemplo, si un criminal de Nicaragua (que no reconoce a la Corte Penal Internacional) viaja a otro pa¨ªs que s¨ª lo reconoce, o hay una v¨ªctima con la nacionalidad de ese otro pa¨ªs, podr¨ªa dictarse una orden de captura y juzgarse. Pero hay m¨¢s posibilidades a explorar, seg¨²n Brody, como la creaci¨®n de tribunales especiales en una regi¨®n.
El caso Pinochet, en 1988, tras la creaci¨®n de la Corte Penal internacional, fue un parteaguas en la justicia universal. Entonces, solo era necesario el crimen, en s¨ª, para poder activar el caso en la jurisdicci¨®n de los tribunales de cualquier pa¨ªs que acogiese la justicia universal, como en el caso de Espa?a. Despu¨¦s del juicio a Pinochet, se fue reduciendo este principio, seg¨²n explic¨® Bernab¨¦u, y algunos Estados impusieron trabas de tipo t¨¦cnico que dieron, como resultado, que, actualmente, solo se pueda aplicar si se cumplen las dos condiciones descritas previamente.
En cualquier caso, no se puede permitir ¡°la negaci¨®n de las v¨ªctimas, que es perpetuar la impunidad¡±, expres¨® Bernab¨¦u, quien adem¨¢s llam¨® la atenci¨®n sobre la arrogancia que caracteriza a quienes cometen estos cr¨ªmenes: ¡°Nunca he visto a uno solo que admita verdaderamente su culpa o muestre arrepentimiento ante un tribunal¡±. Pero el hecho de que algunos acaben sentados frente a un juez ofrece un mensaje esperanzador sobre no perpetuar la impunidad.
La otra gran cuesti¨®n que se abord¨® en este di¨¢logo fue si se debe apuntar a los cargos m¨¢s altos o a los de menor grado en el escalaf¨®n de la cadena criminal. Ambos expertos coincidieron en se?alar que eso depende de la estrategia m¨¢s conveniente en cada caso y pa¨ªs. Las posibilidades y las consecuencias dictaminan esa estrategia. El problema que se dio a partir de 1998, con lo de Pinochet, record¨® Brody, es que hay tantas injusticias en el mundo y tan pocos espacios donde canalizar la justicia universal que a veces se cometen errores de c¨¢lculo.
El experto de Human Right Watch se?al¨® que Espa?a y B¨¦lgica se convirtieron en los pa¨ªses adonde se dirigieron una multitud de causas desde muchas organizaciones, v¨ªctimas y rincones del mundo. La peculiaridad de estos dos pa¨ªses es que permit¨ªan iniciar un proceso contra un criminal, sin que este estuviera presente en el territorio. Eso permiti¨® al juez Garz¨®n iniciar el caso contra Pinochet y pedir su extradici¨®n. El problema vino, a?adi¨® Brody, cuando se empez¨® a apuntar hacia los cr¨ªmenes cometidos por personas de Estados Unidos o China. Las dos potencias ejercieron sus presiones y acabaron por hacer que B¨¦lgica y Espa?a se echaran atr¨¢s.
En muchos casos, cuando se quiere perseguir a los mandos m¨¢s altos, se puede dificultar o impedir todo el proceso. Tambi¨¦n se puede apuntar a cargos medios o bajos. ¡°Recientemente, en Alemania, se juzg¨® a uno de esos mandos sirios, lo que permiti¨® analizar profundamente el sistema de represi¨®n que se ha desarrollado en ese pa¨ªs¡±, explic¨® Brody. Ya hay causas abiertas en varios pa¨ªses contra criminales sirios. Todo ello puede alentar relativamente a la comunidad de las v¨ªctimas del largo conflicto de ese pa¨ªs de Oriente Pr¨®ximo.
Carlos Dada recalc¨® al final que el trabajo de expertos, como Bernab¨¦u y Brody, representan un mensaje de esperanza: ¡°Las v¨ªctimas no est¨¢n solas¡±. La movilizaci¨®n y la documentaci¨®n sistem¨¢tica y constante son claves para que estos procesos prosperen. En otras partes del mundo siempre hay gente dispuesta a acompa?ar la lucha que no deje impunes los cr¨ªmenes de lesa humanidad.
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