Ellas y el futuro ol¨ªmpico de Chad
Cuatro ni?as del pa¨ªs africano, uno de los m¨¢s pobres del mundo, llegan a Madrid gracias a una beca que les permitir¨¢ continuar sus estudios y entrenarse como deportistas profesionales. Una de ellas ser¨¢ la representante de Chad en gimnasia art¨ªstica en los Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs 2024
Nota a los lectores: EL PA?S ofrece en abierto la secci¨®n Planeta Futuro por su aportaci¨®n informativa diaria y global sobre la Agenda 2030. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscr¨ªbete aqu¨ª.
En 2016, durante una estancia en Madrid para ser tratado de una enfermedad, el padre jesuita Camille Manyenan asisti¨® a un campeonato de gimnasia art¨ªstica femenina. Inmediatamente comprendi¨® que era la herramienta que buscaba para empoderar a las ni?as chadianas desde su puesto como director del colegio San Francisco Javier, en Toukra, situado a 30 kil¨®metros de la capital de Chad. Necesitaba cambiar mentalidades y ense?ar a las ni?as que, por serlo, eran capaces de hacer cosas que ni siquiera se hab¨ªan imaginado.
Chad es uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres de ?frica. All¨ª, la mujer est¨¢ muy por debajo del hombre en la escala social, las adolescentes son frecuentemente sometidas a matrimonios forzosos y la ablaci¨®n contin¨²a arraigada en la cultura de muchas familias. Un tercio de las ni?as se casa antes de cumplir 19 a?os. Casi la mitad de las mujeres est¨¢n enlazada con un hombre que les sobrepasa la edad en diez o m¨¢s a?os. La mitad de las menores de 14 a?os no est¨¢n escolarizadas y entre los ni?os la cifra desciende al 36%. Al llegar a la mayor¨ªa de edad, solo un tercio de las chicas escolarizadas contin¨²a sus estudios.
En pocos minutos, Manyenan y la organizadora del evento, Sylvia Garc¨ªa, junto con Ram¨®n Grosso, el presidente de la Fundaci¨®n Ram¨®n Grosso, se propusieron llevar la gimnasia a Chad. La entidad capitane¨® el proyecto que se inici¨® en un aula reconvertida en gimnasio y posteriormente, en 2018, continu¨® en una humilde instalaci¨®n deportiva que lograron construir gracias a la solidaridad de donantes e instituciones como el Club Gimnastica Salerno de Italia. Sylvia Garc¨ªa, la directora del programa, hizo pruebas a cientos de ni?as, trajo a algunas de ellas a Espa?a durante los veranos para entrenarse con los aparatos de los que no dispon¨ªan en Chad. Una de ellas, Regina, ser¨ªa luego la entrenadora en Chad.
Las clases de gimnasia pronto se convirtieron en un acontecimiento. Se llenaron r¨¢pidamente y hubo que elegir entre las chicas m¨¢s comprometidas. Garc¨ªa viajaba a Chad para verlas y asistir a sus progresos. ¡°En mi siguiente viaje a Chad, encontr¨¦ un escenario totalmente diferente: un grupo de gimnastas con un m¨¦todo. Ten¨ªan un entrenamiento reglado con una estructura propia de gimnasia, ven¨ªan de forma regular a preparase¡¡±. A partir de ah¨ª, fueron seleccionadas las cinco atletas con las mejores cualidades. Desde entonces, salvando las iniciales reticencias de algunos de sus padres, los siguientes veranos viajaron a entrenar con el Club de Gimnasia Art¨ªstica Pozuelo. ?ngela Dom¨ªnguez ser¨ªa la entrenadora del proyecto.
El siguiente paso era traerlas a vivir a Espa?a, darles las mismas oportunidades que a una ni?a europea, tanto en su educaci¨®n como en su preparaci¨®n deportiva. Demostrar que todos, en igualdad de oportunidades pueden lograr los m¨¢s altos objetivos. Ahora necesitaban un altavoz que trasmitiera el mensaje y ayudase al cambio del papel de la mujer en la sociedad chadiana. Garc¨ªa, Gresso y Manyenan se propusieron que una de las ni?as acudiera a los Juegos Ol¨ªmpicos en representaci¨®n de su pa¨ªs. La meta: Par¨ªs 2024.
¡°Las seis semanas de entrenamiento en verano en Espa?a no eran suficientes para acudir a unos Juegos Ol¨ªmpicos, ten¨ªamos que traerlas a entrenar durante todo el curso escolar¡±, comenta Sylvia.
Durante los cuatro a?os que restaban para la cita ol¨ªmpica, las ni?as pasar¨ªan el periodo escolar en Espa?a form¨¢ndose en el colegio de los Escolapios de Pozuelo y entrenando en seis sesiones de cuatro horas de lunes a s¨¢bado. Viajar¨ªan a Chad junto a sus familias en los periodos de vacaciones.
Gran acogida
La idea tuvo una buena acogida por parte del Gobierno chadiano que solo puso una condici¨®n. El equipo deber¨¢ clasificarse con sus propios medios, tratando de no tener en consideraci¨®n la invitaci¨®n ol¨ªmpica Wild Card (para deportistas o equipos a los que por competencias no les corresponder¨ªa participar, pero a los que los organizadores incluyen expresamente). Para la ocasi¨®n se cre¨® la Federaci¨®n Chadiana de Gimnasia y Garc¨ªa fue nombrada su directora t¨¦cnica. El reci¨¦n nombrado Comit¨¦ viaj¨® a finales de 2019 a Madrid para firmar el acuerdo de colaboraci¨®n con el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol. As¨ª naci¨® el equipo ol¨ªmpico de gimnasia de Chad.
¡°La intenci¨®n de la fundaci¨®n con los proyectos deportivos no es conseguir gimnastas, ni futbolistas, jugadores de baloncesto o karatecas. La intenci¨®n es que esos ni?os sean abogados, arquitectos, m¨¦dicos, y que ayuden a la sociedad chadiana. Si conseguimos que una de estas ni?as participe en los Juegos Ol¨ªmpicos va a ser un milagro. Pero el objetivo no es ese, sino demostrar al resto de ellas, que gracias al trabajo y al empe?o, no tienes por qu¨¦ resignarte a la vida que se espera de t¨ª, sino que puedes conseguir un futuro distinto¡±, explica Grosso.
Tras conseguir todos los permisos pertinentes, las cuatro ni?as, de 11 a?os, Grace, Cecilia, Ane Marie y Achta, aterrizaron en Madrid el 4 de enero de 2020 para iniciar su aventura. La m¨¢s peque?a, Bont¨¦, llegar¨¢ el pr¨®ximo septiembre de 2021, una vez cumplida la edad requerida para poder permanecer en Espa?a con una familia de acogida.
Tras las puertas del aeropuerto les esperaba un terrible desconocido, el invierno. Al llegar a la casa de una de las familias de acogida, Grace se qued¨® ensimismada con la chimenea, hasta que el dolor de su dedo tras tocar el cristal del casete la sac¨® de su embelesamiento.
La adaptaci¨®n no fue sencilla, apenas hablaban el idioma y aunque ya conoc¨ªan Espa?a, el choque cultural fue importante
La adaptaci¨®n no fue sencilla, apenas hablaban el idioma y aunque ya conoc¨ªan Espa?a, el choque cultural fue importante. La exigencia era m¨¢xima. A nivel acad¨¦mico ¨Ddependen de los resultados para permanecer en el programa¨D empezaron con clases de apoyo, pero deb¨ªan ponerse al nivel de sus compa?eros. En lo deportivo, el esfuerzo f¨ªsico pronto comenzar¨ªa a moldear sus privilegiados cuerpos para convertirlas en gimnastas.
Alto rendimiento
Dom¨ªnguez, su entrenadora, es la m¨¢s sorprendida por su rendimiento. ¡°T¨¦cnicamente han tenido una evoluci¨®n sorprendente. Han adquirido habilidades que se tardan mucho tiempo en conseguir. Ahora logro ver qu¨¦ tipo de gimnasia van a ir haciendo. Tienen un potencial f¨ªsico extraordinario, pero son muy diferentes. Por ejemplo, a nivel de fuerza una tiene una potencia muscular bestial y otra de ellas una fuerza exquisita que va encontrando el camino de los elementos y su funcionalidad. En la parte emocional se han adaptado a un deporte que te hace enfrentarte a bastantes miedos, a controlar los nervios, y siempre est¨¢n dispuestas a afrontarlo, aun estando tan lejos de los cuidados de sus padres, tan necesarios en estas edades. L¨®gicamente tienen alg¨²n momento de baj¨®n que puede ser debido a la presi¨®n, a las ganas de volver a casa o a la exigencia de un deporte que te exprime tanto que puedes llegar a no poder m¨¢s¡±.
Sus padres entend¨ªan que les daban una oportunidad para cambiar su destino, adem¨¢s de la felicidad que les aportaba practicar gimnasia
Sus padres entend¨ªan que les daban una oportunidad para cambiar su destino, adem¨¢s de la felicidad que les aportaba practicar gimnasia. Pero tambi¨¦n recib¨ªan, en una sociedad muy tradicional, las presiones de algunos miembros de la familia por desprenderse de sus hijas cuando m¨¢s empezaban a ayudar en casa. ?frica Central es una de las zonas m¨¢s desoladoras y violentas del planeta. Y ellos ten¨ªan la oportunidad de alejarlas de los secuestros de Boko Haram, de los ataques de las guerrillas que quieren derrocar el r¨¦gimen chadiano, de la malaria, del hambre¡ para ir a un pa¨ªs del llamado primer mundo. Antes de cumplir cien d¨ªas en Espa?a, se declar¨® la pandemia. Madrid se convirti¨® en uno de los epicentros de la covid-19 y las noticias que llegaban eran desoladoras.
Vivir algo as¨ª con 11 a?os y tan lejos de casa fue una prueba de fuego para ellas hacia la madurez. La comunicaci¨®n entre las familias de acogida y sus progenitores era continua y las videollamadas se multiplicaron. Ana acoge a Achta en su casa y cuenta c¨®mo fueron aquellas semanas: ¡°Llevaba una rutina muy seria, cole por la ma?ana, entrenamiento por la tarde, todos los d¨ªas. Los domingos hablaba con su familia durante varias horas. Si algo bueno sacamos del confinamiento es que esa convivencia constante nos hizo conocernos un poco mejor¡±.
Los entrenamientos en l¨ªnea se convirtieron en un aliciente durante el confinamiento. Pero la pandemia les afect¨® profundamente. Las autoridades espa?olas no pod¨ªan garantizar su regreso si viajaban a Chad durante el verano y el permiso de residencia les fue renovado autom¨¢ticamente. Las ni?as decidieron quedarse y sus padres las apoyaron. Su compromiso con la gimnasia es profundo y la responsabilidad de haber sido las elegidas es grande. ¡°No vais a Espa?a a jugar ni a divertiros, vais a hacer gimnasia y a estudiar¡±, les advirti¨® antes de su partida Boniface, el padre de Anne Marie. En su pa¨ªs son ya un acontecimiento: una cena de gala con m¨¢s de 200 invitados las esperaba en su frustrado regreso.
Este verano, la situaci¨®n se ha repetido y cumplen un a?o y medio lejos de casa. La fundaci¨®n ha intentado traer a sus padres y hermanos hasta Espa?a, pero una familia entera saliendo de un pa¨ªs donde acaban de asesinar al mandatario que llevaba 30 a?os gobernando con mano de hierro tiene pocas posibilidades de obtener un visado.
El proyecto tambi¨¦n ha pasado grandes dificultades. El padre Camille Manyenan finaliz¨® su periodo como director en el colegio de Toukra y su sustituto rompi¨® los lazos con la fundaci¨®n, cerr¨® el gimnasio y acab¨® con el resto de proyectos deportivos. Para evitar la dependencia de otra instituci¨®n, la Fundaci¨®n Ram¨®n Grosso ha abierto all¨ª su propio colegio y, cuando las condiciones econ¨®micas lo permitan, construir¨¢ un nuevo gimnasio. Las ni?as empiezan a viajar a competiciones para clasificarse y en ¨¦poca de pandemia las prioridades se vuelven m¨¢s cercanas y urgentes, y algunos proyectos son dif¨ªciles de sacar adelante.
Las atletas chadianas han terminado el curso de una manera sobresaliente. Las cuatro abandonaron hace tiempo el grupo de apoyo y su dominio del espa?ol es completo. El pasado mayo, compitieron por primera vez en un campeonato, el Trofeo de Primavera de Las Rozas, y los resultados fueron excelentes para llevar apenas un a?o y medio entrenando con aparatos. A ellas no les parecieron tan buenos y la clasificaci¨®n les sumi¨® en un breve drama que curaron al d¨ªa siguiente entrenando.
La fundaci¨®n est¨¢ realizando un documental que refleja el periplo de estas ni?as desde que abandonaron su casa en Chad hasta los Juegos Ol¨ªmpicos.
La historia de Sylvia Garc¨ªa est¨¢ ligada la gimnasia art¨ªstica y las olimpiadas. Su padre, Ram¨®n Garc¨ªa, form¨® parte del primer equipo espa?ol de gimnasia que particip¨® en unos Juegos Ol¨ªmpicos, en Roma en 1960. En los entrenamientos conoci¨® a la madre de Sylvia, Ana Gonz¨¢lez, que era juez internacional de la disciplina. Si su hija de 14 a?os, Vega Chich¨®n, campeona de Espa?a en varias categor¨ªas, contin¨²a su progresi¨®n, estar¨¢ desfilando junto a una de las atletas chadianas en los Juegos de Par¨ªs. Habr¨¢n compartido colegio, techo, entrenamientos, vacaciones y compartir¨¢n unos Juegos Ol¨ªmpicos defendiendo distinta bandera. Garc¨ªa acudir¨ªa a Par¨ªs con el coraz¨®n dividido, dice, pero hinchado de orgullo.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.